Miramar. En 2014, se inauguró la costanera, que actúa de defensa. Hoy la laguna ya la roza. Foto: La Voz Archivo |
La laguna está subiendo y rozaría, en julio o agosto, los niveles máximos históricos. Un caudal inusual del río Dulce ya está dejando bajo agua la zona de los bañados. En la zona de los bañados, la inundación ya empezó.
por Fernando Colautti
La quinta laguna salada más grande del mundo y la primera maravilla
natural de Córdoba sube y baja, desde hace siglos. Ahora está en
pleno ascenso y se aguarda que hacia julio o agosto llegue a niveles
similares a los de sus mayores crecidas históricas.
La
laguna Mar Chiquita viene engordando desde hace tres años, de la
mano de lluvias por encima de los promedios anuales habituales.
Ahora, con una inusual crecida del río Dulce -su principal
tributario-, pegará un salto más para rozar la marca del mayor
incremento del último siglo, registrado en 2003.
Este
fenómeno inquieta a Miramar de Ansenuza, el único pueblo asentado
sobre sus costas. Allí, se preparan para evitar inundaciones urbanas
con una certeza: no hay modo de que se repita la destrucción de
aquella crecida –incluso menor a la actual– que hace 40 años
dejó a medio pueblo bajo el agua y se tragó su potencial turístico
por décadas.
Aquella
vez -desde 1977-, la laguna avanzó sobre terrenos en los que
nunca más se urbanizó y que quedaron, desde entonces, tapados por
“la mar”.
En
Miramar aseguran estar trabajando en medidas de prevención para
mitigar daños.
La
crecida del río Dulce está inundando ahora el extremo norte de la
laguna, en la zona de los bañados, sobre el límite con Santiago del
Estero. En esa región estiman que el pico se dará hacia fines de
mayo, y que desde entonces se verá crecer la enorme laguna al menos
en medio metro más. El aumento se agrega a un nivel que desde hace
un año ya es alto.
Cálculos
Fabián
López, ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, anticipó
que la laguna puede llegar “a sobrepasar los 71 metros” y recordó
que “las defensas existentes en la zona céntrica de Miramar tienen
72 metros”. Apuntó además que “en la zona sur de la localidad
podría generarse algún inconveniente, por lo que se está
trabajando en medidas de protección”.
Adrián
Walker, intendente de Miramar, precisó a La Voz que “la Provincia
está realizando un monitoreo satelital diario, calculando el avance
de la crecida. Hoy se están llenando los bañados, primero hacia el
noroeste y luego el resto, y la laguna ya estaría empezando a
recibir ese caudal”. Según indicó, técnicos de la Provincia y de
la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) están evaluando medidas
posibles de protección.
“Se
estima que la laguna aumentaría unos 50 centímetros de nivel
respecto de hoy, que está bastante alta, con este aporte
extraordinario del Dulce más las lluvias que estén dentro de lo
normal en otoño. Para Miramar, hay que sumar la previsión del
oleaje que genera el viento norte, que puede aumentar otros 50
centímetros el nivel en algunos días”, acotó.
Walker
comentó que el nivel está hoy sobre los 70 metros sobre el nivel
del mar. La cota para que no supere la costanera es a los 72. “A
diferencia de otras crecidas, hoy tenemos la costanera, que actúa
como defensa. Sin esa obra realizada años atrás hoy estaríamos en
serios problemas, con agua dentro de la zona urbana”, sostuvo.
En
Miramar, la laguna besa desde hace meses el terraplén de esa avenida
costanera y ya ha tapado las playas centrales. En el último verano,
por esa razón, esas playas tuvieron escaso uso turístico.
“No
creemos que llegue al nivel de 2003, pero puede estar muy cerca”,
interpretó el intendente. En 2003, superó los 71,5 metros e inundó
algunos barrios, pero entonces no estaba la costanera de defensa.
En
los ’70, el pueblo asomaba en la cota 68. Esta fue largamente
superada por aquella crecida, que se tragó más de 100 hoteles,
otras tantas viviendas y pasó al archivo lo que era una de las
ciudades turísticas más activas de Córdoba.
Según
Walker, la población local tiene ahora “cierta tranquilidad”
ante el diagnóstico de estudios que -asegura- encargó la
Provincia y que determinarían que el mar de Ansenuza no podría
superar los 72 metros de la costanera, porque a partir de ese punto
empezaría a desaguar, desde el norte, hacia Santa Fe y hacia la
cuenca del río Salado. En el pueblo, no pocos vecinos dicen que
quieren verlo para creerlo.
“Estamos
trabajando con tiempo, viendo dónde sumar defensas. Si no ocurren
otros eventos climáticos extraordinarios, como grandes lluvias sobre
la misma localidad, no deberíamos tener problemas urbanos”, apuntó
Walker.
Técnicos
de Recursos Hídricos de la Provincia y de la UNC analizan por estos
días el tipo de protecciones más útiles. Entre ellas, evalúan la
colocación de rompeolas, estructuras flotantes con tambores que
pueden reducir el oleaje en días de viento norte, para evitar que
compliquen a Miramar.
Turismo
Tras
la debacle que generó hace 40 años que medio pueblo quedara bajo
agua, Miramar logró recuperar en la última década parte de aquel
esplendor turístico.
La
laguna sube más rápido de lo que baja: la única vía de evacuación
es por evaporación. Así, es una certeza que el próximo verano
estará al tope. Una vez que se supere el estado de alerta, la
prioridad del pueblo será llegar en aceptables condiciones a fin de
año para recibir a los visitantes.
“Hay
que empezar a diseñar cómo y donde crear nuevas playas”, marcó
Walker. “En la principal, ya colocamos una protección con geotubos
para evitar que se erosione y se la lleve”, anticipó.
En la
zona de los bañados, la inundación ya empezó
En
los bañados, al norte de la laguna, ya empezó una evaciuación
preventiva de lugareños y del ganado que crían. Otra gran crecida de la Mar Chiquita pone en alerta a Miramar.
El
Gobierno de la Provincia dispuso, hace 10 días, la “alerta
amarilla” por la crecida que registra el río Dulce (o Salí), que
baja desde el norte del país y es el principal tributario de la
laguna Mar Chiquita. Los ríos cordobeses Suquía y Xanaes son los
otros aportantes, de menor magnitud.
El
Dulce ya tuvo su pico, con un registro muy inusual de 1.700 metros
cúbicos por segundo, medidos en río Hondo. Esa crecida es la que
está llegando ahora a la zona de los bañados que anteceden a la
laguna. Las mediciones actuales ya marcan en río Hondo un volumen
muy inferior, aunque aún significativo.
La
zona de los bañados ya registra inundaciones y se ha iniciado un
programa de evacuaciones preventivas de lugareños y de ganado.
Claudio Vigneta, secretario de Gestión de Riesgo Climático y
Catástrofes de la Provincia, señaló que en esa amplia zona rural
viven 490 personas, en puestos o parajes dedicados a la ganadería.
En la hipótesis de máxima, todos ellos deberían ser evacuados, al
igual que unas 30 mil cabezas de ganado.
En
algunos sectores, esa evacuación ya se concretó. En otros, se
evalúa el avance de las aguas.
Vigneta
indicó además que Vialidad Provincial está trabajando en el alteo
de caminos, para aseg urar, principalmente, la conectividad vial
entre Sebastián Elcano y La Rinconada, pueblos cercanos al áre a en
potencia más complicada.
Numerosos
cuarteles de bomberos voluntarios, con embarcaciones, están ya
alistados para participar en casos de emergencias.
“Estamos
preparándonos con una hipótesis de máxima para el caso de que
tuviéramos una situación de catástrofe”, manifestó Vigneta.
Fuentes:
Fernando Colautti, Otra gran crecida de la Mar Chiquita pone en alerta a Miramar, 29/04/17, La Voz del Interior. Consultado 29/04/17.
En la zona de los bañados, la inundación ya empezó, 29/04/17, La Voz del Interior. Consultado 29/04/17.
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