La
solución prometida es la construcción de otra planta ubicada al
lado, que permitiría arrojar los líquidos con el tratamiento que
corresponde. Pero su construcción demandará por lo menos tres años.
por
Diego Marconetti
En
los archivos de La Voz , los primeros informes sobre la falta de
tratamiento de los líquidos cloacales en la Estación Depuradora de
Aguas Residuales (Edar) de Bajo Grande se remontan a 1998.
En
esa época, las conexiones residenciales a la red cloacal sumaban 165
mil y la planta de tratamiento de líquidos cloacales ya estaba
sobrepasada en su capacidad. La Edar, inaugurada en 1987, había sido
planificada para 77 mil conexiones.
Lo
que sucedió en estos casi 20 años fue un empeoramiento paulatino de
la situación, que se hace evidente en el estado que presenta el río
Suquía aguas abajo de la Edar.
El
curso de agua es literalmente una cloaca a cielo abierto. El año
pasado, este diario analizó muestras tomadas metros después de Bajo
Grande.
Los
resultados de los análisis arrojaron que las bacterias coliformes
fecales eran 930 mil cada 100 mililitros de agua, e igual número de
bacterias Escherichia coli .
Los
valores aceptables en agua de recreación, según lo establece la
Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia, son mil
bacterias coliformes fecales y 800 de Escherichia coli en 100
mililitros de agua. Es decir que lo hallado fue 930 veces más que lo
admitido por la normativa.
¿Qué
pasó en estos 20 años? En 2011, se habilitó una ampliación de la
planta que tendría que haber solucionado el problema.
Sin
embargo, no hubo cambios en los efluentes que se arrojan al río, por
deficiencias en las obras, que constan en un expediente judicial. La
falta de mantenimiento en las instalaciones es noticia cada tanto.
Por
otra parte, en la Justicia se tramitan causas contra funcionarios,
empleados, la Municipalidad y la Provincia, que están cajoneadas.
La
solución prometida es la construcción de otra planta ubicada al
lado, que permitiría arrojar los líquidos con el tratamiento que
corresponde. Pero su construcción demandará por lo menos tres años.
Serán
entonces más de dos décadas arrojando contaminación al Suquía. Y
lo más grave es que aguas abajo de la Edar viven cientos de familias
que conviven a diario con el río-cloaca.
Fuente:
Diego Marconetti, Casi 20 años conviviendo con el río-cloaca, 25/04/17, La Voz del Interior.
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