M.H.: En el mes
de diciembre el Ministro de Medioambiente nos encomendó rezar ante
el fenómeno natural, o sobrenatural que afecta nuestro país, las
inundaciones y los incendios. ¿Hay alguna explicación más racional
para todo esto?
E.B.: Aquí hay una combinación de fenómenos naturales agravados por la irresponsabilidad humana e institucional. En el caso de los incendios está claro, había sequía, el cambio climático significa que en las zonas secas va a llover menos. Ahora, una vez que esto viene anunciado y hay consenso en los científicos desde hace por lo menos 20 años, no se puede echarle la culpa al cambio climático de lo que es la imprevisión de los funcionarios.
Ya se sabe que va
a haber sequías, ya se sabe que en las sequías hay incendios, por
lo tanto, hay que prepararse. Esto vale tanto para Argentina como
para Chile. En Chile es mucho más grave que para Argentina por dos
motivos, por un lado, porque ha habido un reemplazo del bosque
nativo, que era húmedo, por forestación seca que prende más fácil.
Esta forestación llega hasta el borde de los pueblos, con lo cual
cuando se quemó la forestación se quemaron los pueblos también.
Y en el caso de
las inundaciones, ya se sabía que una cantidad de zonas son
inundables, ¿qué pasa entonces con los municipios que siguen
autorizando que se construya en zonas inundables?
M.H.: ¿Qué
incidencia tiene el cultivo de la soja? Se conoció durante estos
días una información producida por ingenieros del INTA que
señalaban que ese cultivo generaba poca absorción de los suelos.
E.B.: Son varias
cosas. Un bosque en la medida que los árboles tienen grandes raíces,
éstas canalizan y envían el agua hacia el subsuelo y, al mismo
tiempo, retienen agua en las hojas y eso posibilita que baje más
lentamente. Cuando hay un cultivo el agua va menos al subsuelo con lo
cual termina escurriendo en la superficie y de ahí a inundar hay un
paso muy chiquito.
M.H.: En nuestra
última conversación abordamos el tema del Riachuelo. Ahora hay una
orden de la Corte Suprema para que en el término de 90 días se
produzca información al respecto por parte de la ACUMAR (Autoridad
de Cuenca Matanza Riachuelo). ¿Vamos a tener alguna precisión que
no tuvimos en la anterior audiencia de la Corte Suprema con la
ACUMAR?
E.B.: Es una
especie de obra de teatro en la que los protagonistas repiten las
mismas palabras. En el año 2008 la Corte Suprema de Justicia pidió
una serie de informes que no le dieron ni en ese año, ni en los
siguientes. Entonces, la Corte Suprema simula que está pidiendo por
primera vez cosas que ya pidió diez veces. En algún momento la
sociedad tiene que decir basta. Mientras repiten este juego en el que
los funcionarios “se portan mal” la Corte los “reta” y no
pasa nada, y al año siguiente viene otro diciendo que es nuevo y no
sabe nada del tema, y la Corte lo vuelve a retar, y así
sucesivamente. Estamos en un círculo vicioso consciente, todos los
actores de esto, excepto las víctimas que son los vecinos, saben que
están haciendo trampa.
M.H.: Un tema que
tuvo bastante trascendencia fue el informe de la ONG internacional
Oxfam acerca de que el 1 % más rico de la población concentra en sus
manos más riqueza que el resto del planeta, dieron los nombres de
los 8 más ricos, pero dentro de ese mismo informe hay otra cosa que
no tuvo tanta trascendencia, y es que se ha profundizado la
concentración de la tierra en la Argentina, apenas el 1 % acapara el
33 % del territorio. En los últimos tiempos vivimos dos hechos que
apuntan en este sentido, como lo sucedido en El Bolsón en relación
al empresario Joe Lewis y la situación vivida en Chubut en relación
a la comunidad mapuche del Lof en Resistencia de Cushamen que reclama
tierras que están en manos del empresario Benetton. ¿Cuál debería
ser a su entender el tratamiento de este tema?
E.B.: Creo que
hay que frenar esta estrategia de concentración de las tierras que
están teniendo las grandes empresas, una estrategia que tiene como
herramienta el manejo del mercado y el monopolio de la tecnología.
En la región pampeana, por ejemplo, y en todas las zonas de grandes
cultivos lo que han hecho es imponer este modelo sojero que para
poder trabajar allí hay que tener un campo grande, los que tienen
campos chicos tienen que alquilar la tierra a los monopolios o
vendérsela a una empresa grande. Con lo cual esta concentración de
la tierra ha destruido la cultura agraria, en los pueblos están
quedando cada vez menos agricultores, hay grandes latifundios y
grandes empresas que son las que producen soja, trigo soja, etc., en
un campo cada vez más despoblado.
Entonces, hay
concentración de la tierra, hay enriquecimiento de unos pocos, hay
una tecnología usada como arma económica que esta despoblando el
campo y obviamente la gente que no tiene trabajo en el campo termina
construyendo villas miseria en las ciudades.
M.H.: ¿Quiere
agregar algo más?
E.B.: Simplemente
recordar que si no hay reclamos vecinales enérgicos por el Riachuelo
no hay intenciones de que avance nada.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Inundación en La Boca", de Benito Quinquela Martín (1890-1977) pintor argentino nacido en La Boca, Buenos Aires. Sus pinturas de escenas portuarias muestran la actividad, vigor y rudeza de la vida diaria en el puerto de La Boca.
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