En 14 años,
entre 1999 y 2013, se quemaron 657 mil hectáreas sólo en las
sierras de córdoba. Eso representa el 27 por ciento de esa región.
2016, el año con menos fuego en toda la provincia.
por Fernando
Colautti
Córdoba tuvo
fuego desde mucho antes de ser Córdoba. Pero ahora, reducirlo a la
mínima expresión posible hace ya a la sustentabilidad ambiental y
económica básica de la provincia.
En las últimas
dos décadas, se combinan años con más de 200 mil hectáreas
quemadas con otros en los que la superficie afectada rozó las 10
mil. En nuestro Primer Plano de hoy, aportamos la novedad de que 2016
termina en la fila como el que menos fuego dejó ver en territorio
cordobés.
Es un alivio o un
consuelo, frente a años como 2013, que dejaron una secuela de
impactos que aún se perciben.
La estadística
no alcanza para comprender la dimensión real del problema. Porque
los daños que los incendios provocan a la biodiversidad, a la
productividad de los suelos, al equilibro hídrico y al capital
turístico son acumulables.
Un estudio
realizado por investigadores de la UNC y del Conicet mostró algo de
esa acumulación: en los 14 años que van de 1999 a 2013, sólo en el
área serrana de Córdoba se quemaron 657 mil hectáreas, que
representan el 27 por ciento de la superficie de esa región vital
para la provincia.
Por esa razón,
Córdoba ya no debería seguir sumando áreas degradadas por las
llamas, más allá de que forme parte de su naturaleza que algunos
incendios ocurran.
Si se insiste con
que la inmensa mayoría son provocados por la negligencia o intención
humana, aparece como mayor la responsabilidad del Estado y de la
sociedad para evitar que se produzcan.
En materia de
prevención, son los propios bomberos los que advierten, por ejemplo,
del subyacente riesgo que implican los millones de pinos que, entre
los caídos por tornados en 2012 o quemados por el devastador
incendio de 2013, siguen siendo un combustible en los suelos, sin
retirar, listos para agravar el cuadro en vastas extensiones de
Calamuchita.
Sobre la buena
noticia de 2016 y el contexto en que se da, profundizamos en páginas
3 y 4.
Fuente:
Fernando Colautti, Las llamas que Córdoba debe evitar, 16/02/17, La Voz del Interior.
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