viernes, 10 de febrero de 2017

El impuesto al fuego pega un salto este año

El tributo que pagan los cordobeses con las facturas de energía sube 33 por ciento. No aumentaba desde 2010. La mayoría abonará entre 5,60 pesos y 7 pesos por mes. Por año, se recaudarán 90 millones. Dos razones para que las llamas no avancen. El debate sobre el destino de los fondos.

por Fernando Colautti

El impuesto al fuego que todos los cordobeses pagan desde 2004 con las facturas de energía viene con aumento en 2017. El ajuste es del 33 por ciento para los usuarios residenciales y casi que se duplica para empresas y grandes consumidores. El tributo es un monto fijo que no se modificaba desde 2010. En los últimos seis años, la inflación en Córdoba fue del 309 por ciento.

El aumento fue aprobado por los legisladores el 28 de diciembre pasado, pero pasó inadvertido. Nada fue informado hasta ahora, y hay cooperativas eléctricas del interior que deben aplicarlo y cuarteles de bomberos que dicen, aun hoy, no conocer la novedad.

El impuesto recaudará unos 90 millones en 2017. Pero el 10 por ciento, según dispone la ley 8751 que creó el fondo, se reparte entre los 174 cuarteles de bomberos que suma Córdoba. Son nueve millones de pesos que gotean a razón de 50 mil pesos anuales para cada destacamento.

El fondo del fuego, en tanto, se constituye con los 80 millones restantes, que maneja la Provincia en acuerdo con las federaciones de bomberos. En los años anteriores fueron casi 60 millones.

Los nuevos valores
El monto por pagar depende del tipo de usuario de energía. Los que abonan como “tarifa social” están exceptuados. Las viviendas con consumos menores de 240 kW pagarán ahora 0,36 por mes; si el uso está entre 240 y 400 kW, el monto es de 5,60 mensuales, y para los que sobrepasen los 400 kW el tributo será de 7 pesos por mes. En tanto, la categoría de comercios y empresas pasa a abonar 12 pesos por mes, y las industrias calificadas como “grandes consumidores” tributarán 400 pesos.

Hasta ahora, Epec cobraba por bimestre. Pero desde este mes facturará sus servicios de modo mensual, como lo hacen las cooperativas eléctricas del interior.

Adónde va
El Presupuesto provincial para 2017 calcula que el Plan de Manejo del Fuego tendrá recursos este año por 91.693.000 pesos. La cifra es mayor a los 80 millones que recibiría, con el aumento aplicado, por este impuesto. “Los 11 millones restantes son por lo que quedó de 2016 sin erogar y que se transfiere a 2017”, señaló Claudio Vignetta, secretario de Gestión de Riesgo de la Provincia.

Ya en 2016 habían pasado 30 millones del ejercicio anterior. En los tres últimos años hubo bajos índices de incendios en Córdoba -en comparación con los promedios históricos-, lo que implicó que no se generaran gastos extraordinarios por operativos como los que hicieron falta en el muy complicado 2013.

Vignetta precisó que para 2017 ya se acordó con la Federación de Bomberos de Córdoba, que nuclea a la mayoría de los cuarteles, un aumento en los recursos que se les brinda. La principal erogación, que se llevará 45 millones este año, es el aporte de 260 mil pesos a cada uno de los 174 cuarteles, sin importar su tamaño. En los dos últimos años ese envío había sido de 170 mil pesos.

La segunda partida, que implicará unos 26 millones este año, es el pago de esa especie de remuneración mensual que cobran 324 bomberos, a modo de “becas de capacitación” y a cambio de que realicen tareas diarias de vigía y prevención del fuego. Se trata de cinco agentes de cada uno de los 62 cuarteles ubicados en la “zona de riesgo” (las Sierras y el noroeste), más 24 coordinadores en toda la provincia. Cada uno recibirá este año 6.500 pesos por mes como contraprestación. Durante 2015, ese monto fue de cinco mil pesos y en 2014 era de 4.250 mensuales.

Entre esos dos destinos de bomberos, se irán 71 millones de los 80 que nutrirán el Plan de Fuego en 2017, o de los 91 millones que tendrá en realidad disponibles.

El resto de los recursos deberá alcanzar para compra de equipamiento, renovación de vehículos, mantenimiento de aviones hidrantes, pago de pilotos y del personal propio del Plan Provincial del Fuego y otros gastos operativos y administrativos.

Apross, un dilema
Desde que se creó el fondo del fuego, parte de los recursos se destinaron al pago de la obra social provincial Apross a aquellos bomberos voluntarios que no tuvieran cobertura. Desde la Secretaría de Gestión del Riesgo se indicó que son unos 1.700 (de los casi cinco mil agentes activos), más casi dos mil familiares. “El gran problema es que Apross pasó de cobrar 50 pesos a 800 pesos por asociado. En 2015 eran 3.500.000, pero en 2017 serían 30 millones, que el fondo del fuego no tiene modo de solventar”, señaló Vignetta.

Por ahora, nadie habla de quitar ese beneficio a los bomberos. Aunque resta ser resuelto, se apunta que la Provincia se haría cargo de ese costo con partidas de Rentas Generales.

Bomberos
Esperando precisiones. En los cuarteles esperan certezas sobre los cambios por aplicar. El presidente de un cuartel de bomberos de la zona serrana señaló ayer a este diario que no tenía aún información sobre cambios en el impuesto al fuego para 2017. Un jefe de cuartel de otro destacamento dijo saber, en cambio, que aumentarían el tributo y la partida para bomberos. No hubo respuestas a la consulta desde la Federación de Bomberos, que agrupa a la mayoría de los cuarteles.

Dos razones para que las llamas no avancen

La ley provincial que creó el Plan del Fuego fue aprobada en 1999 y vence en diciembre de 2019. El impuesto, en tanto, se agregó en 2004. El impuesto al fuego pega un salto este año.

por Fernando Colautti

Las estadísticas oficiales muestran que desde que se creó el fondo del fuego, bajó el promedio anual de superficie quemada en Córdoba, comparado con el de décadas anteriores.

No debe ser de otro modo. A los cordobeses nos cabe el derecho de exigir que los incendios sean cada vez más acotados y controlados. Hay dos razones de suficiente peso para sostenerlo.

Una es que aportamos desde hace 12 años un impuesto especial y específico con esa finalidad, que viene recaudando 60 millones anuales y que en 2017 sumará más de 80 millones.

Corresponde entonces saber cómo y en qué se gastan esos fondos. Hasta directivos de cuarteles de bomberos plantean sus dudas y se quejan de no tener detalles del destino de los recursos.

Si el fondo del fuego es una caja, que sea de cristal, por transparente. Sería sencillo hacerlo a través de internet -como se hace en otros rubros- para exponer de modo abierto, preciso y actualizado cada gasto, envío o aporte entregado, para que la información no quede encapsulada entre autoridades y federaciones institucionalizadas.

La ley que creó el Plan del Fuego prohíbe que los fondos que recauda ese tributo puedan tener otro destino que no sea el combate de incendios.

Si se transparenta el gasto, si la caja deja ver su interior, cada cordobés haría más suyo el Plan del Fuego, lo percibiría como más cercano y propio. Esa utilidad se percibirá, por ejemplo, cuando en 2019 deba discutirse si continúa o no la ley que lo creó.

La otra razón clave es que Córdoba está ya al límite, en lo ambiental, como para seguir haciéndose humo. Ya no tiene margen para continuar perdiendo bosques y suelos, reduciendo recursos hídricos, dañando paisajes y potencial turístico, afectando biodiversidad y hasta comprometiendo propiedades y proyectos de vida.

El debate sobre el destino de los fondos

Un punto de discusión frecuente es si se justifica que una de los principales erogaciones sea el pago mensual a bomberos voluntarios, que se transforman casi en rentados. El impuesto al fuego pega un salto este año.

La discusión sobre el modo en que se decide el destino de los fondos del impuesto al fuego lleva años. Sobre todo, reaparece después de siniestros que conmueven (como el de 2013) o cuando se registran reclamos de cuarteles de bomberos por demoras en los aportes provinciales.

Un punto de discusión frecuente es si se justifica que una de los principales erogaciones sea el pago mensual a bomberos voluntarios, que se transforman casi en rentados. La respuesta que se escucha es que si son voluntarios, no se les puede reclamar que trabajen determinadas horas por día o semana, como el Plan del Fuego les exige a casi 350 de ellos.

Desde el ambientalismo, siempre atento al impacto del fuego, Federico Kopta -del Foro Ambiental Córdoba- admitió como “razonable” un ajuste en el tributo que se paga “porque había quedado muy atrasado respecto de la inflación”. Pero sugirió que el 10 por ciento se destine a educación formal. “Si casi todos los focos son iniciados por negligencia o intención humana, lo que falta es educación”, dijo. También reclamó un modo “más abierto y participativo que transparente el destino” de los recursos recaudados.

Fuentes:
Fernando Colautti, El impuesto al fuego pega un salto este año, 09/02/17, La Voz del Interior. Consultado 10/02/17.
Fernando Colautti, Dos razones para que las llamas no avancen, 09/02/17, La Voz del Interior. Consultado 10/02/17.
El debate sobre el destino de los fondos, 09/02/17, La Voz del Interior. Consultado 10/02/17.

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