Evacuaron el 75 % de la población de La Emilia por las inundaciones. Foto: Santiago Filipuzi/ La Nación |
Un muerto, más de 7.000 evacuados y pérdidas por más de mil millones de dólares por las intensas lluvias.
por Mar Centenera
Hacía más de 30
años que no llovía tanto en esta época del año en el sur de la
provincia argentina de Santa Fe. Las precipitaciones también han
sido muy superiores a lo habitual en el norte bonaerense. Las
intensas lluvias han desbordado ríos y anegado localidades enteras y
millones de hectáreas cultivables del centro del país. Un albañil
de 55 años ha muerto, más de 7.000 personas han tenido que ser
evacuadas o han optado por abandonar sus hogares de forma preventiva
y las pérdidas económicas superan ya los 1.000 millones de dólares.
El presidente
argentino, Mauricio Macri, declaró en rueda de prensa el martes que
han puesto en marcha un operativo de emergencia para brindar
asistencia a los damnificados y anticipó que ayudarán a los
productores afectados por las inundaciones. En algunos municipios,
como Rafaela, en Santa Fe, en los últimos 35 días han caído 429,2
milímetros de lluvia, el mayor registro para ese periodo en 55 años.
En la localidad bonaerense de La Emilia, el agua rozó los dos metros
en algunos puntos del casco urbano. El Gobierno difundió imágenes
de soldados prestando asistencia a la población de esta ciudad, pero
no logró evitar las críticas en las redes sociales por la ausencia
de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, que está de
vacaciones en el caribe mexicano.
Las inundaciones
han asestado un duro golpe económico al corazón productivo del país
y amenazan con reducir el rendimiento del campo, el gran motor
económico de Argentina, en especial en tiempos de crisis. Los
agroexportadores se vieron beneficiados con una gran bajada de
impuestos tras la llegada de Macri a la presidencia y el sector
respondió con datos récord de siembra: los cultivos de soja ocupan
un total de 22 millones de hectáreas, el equivalente a tres veces la
superficie de Irlanda. Pero las precipitaciones récord caídas en
las últimas semanas han anegado cerca de 4 millones de hectáreas,
entre ellas 1,5 millones de forma crítica.
Macri rehusó
hablar de pérdidas económicas, que las autoridades santafesinas
estiman en 1.100 millones de dólares y analistas privados elevan por
encima de los 1.500 millones de dólares. "Hay sojas inundadas y
pérdidas y lotes amarillentos por asfixia que van a rendir menos",
admitió al diario La Nación Rodolfo Rossi, presidente de la
Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja). Por ahora, el
Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas
en inglés) mantiene intactas las previsiones de una cosecha de 57 millones de toneladas de esta oleaginosa para Argentina, que
equivaldrían a casi 22.000 millones de dólares al precio actual.
Aún así, la incertidumbre que rodea la producción argentina,
tercer exportador mundial de soja, ha hecho aumentar su valor en los
mercados internacionales.
El presidente
argentino atribuyó el exceso de precipitaciones al cambio climático
y advirtió que en el mediano y largo plazo es necesario realizar
obras de infraestructura que mitiguen los efectos de las lluvias, ya
que el "cambio en los regímenes de lluvia vino para quedarse".
La organización ecologista Greenpeace subraya que las consecuencias
del cambio climático se ven agravadas por la falta de una política
ambiental nacional que proteja bosques y humedales, mientras que
expertos en medioambiente piden una revisión del modelo productivo
argentino. "El corazón del modelo sojero totalmente inundado no
es sólo consecuencia de altas precipitaciones, sino de un suelo que
ya no absorbe los excesos hídricos, producto de un capitalismo
agrario que necesita arrasar con bosques nativos y humedales en su
avance por los territorios. Un modelo que es necesario replantear,
porque si bien trae riqueza para un sector de la población
argentina, genera enormes impactos negativos que paga el resto de la
sociedad y la naturaleza", afirman la socióloga Maristella
Svampa y el abogado ambientalista Enrique Viale en un artículo publicado en Clarín.
A los daños
causados en los cultivos se suman también los que sufren los
productores de leche. Según el Gobierno de Santa Fe, debido a las
inundaciones dejarán de producirse cerca de 1,8 millones de litros
de leche por día, lo que acrecienta los problemas de este sector.
Además, mientras millones de hectáreas sufren exceso de agua en
esta provincia, unos 700 kilómetros al sur se vive la situación
inversa, una sequía que también perjudica a los cultivos y ha
favorecido el incendio de más de 800.000 hectáreas en las primeras semanas del verano austral.
Fuente:
Mar Centenera, Las inundaciones golpean el centro de Argentina y amenazan la cosecha de soja, 18/01/17, El País. Consultado 19/01/17.
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