Aunque la
publicidad turística la presenta como un paraíso exótico, los
habitantes de La Habana la consideran una ciudad que parece salida de
un bombardeo, pero que conserva una dignidad poco común en América
Latina.
por Amir Valle
Considerada por
unos la "Llave de América" y por otros la "Puerta de
las Américas", La Habana, como aseguran expertos extranjeros y
cubanos de la isla y el exilio, es actualmente, una ciudad
empobrecida debido a cinco décadas de falta de conciencia política
y ciudadana sobre la necesidad de respetar las leyes urbanísticas,
reparar la infraestructura arquitectónica y adecuar la esencia
histórica y social habanera a los nuevos tiempos, para hacer honor
al protagonismo de la capital cubana en la región y a nivel
internacional.
Pese a ese
deterioro habitacional, vial, arquitectónico y social, tanto en el
proyecto "La Habana y sus paisajes", del "Patriarca de
la Arquitectura Cubana", el arquitecto y urbanista Nicolás
Quintana (La Habana, 1925 - Miami, 2011) como en el "Plan
Maestro para La Habana del Siglo 21", del urbanista cubano más
reconocido de la actualidad, el profesor Julio César Pérez
Hernández, existe una mirada optimista sobre la posibilidad de
rescatar las esencias de lo habanero y lanzar la ciudad hacia un
futuro donde esas esencias históricas se unan a la necesaria
modernización de una ciudad concebida originalmente para un millón
400.000 habitantes, en la que hoy habitan cerca de 3 millones de
cubanos, sin contar una población flotante cercana al millón de
personas.
Aunque "La
Habana y sus paisajes", concebido en 2004, proponía
renovaciones interesantes, el "Plan Maestro para La Habana del
Siglo 21"; concreta en un decálogo las propuestas más sólidas
sobre los retos y cambios imprescindibles.
El Malecón, la
nueva imagen de La Habana
"El
desarrollo del Frente Marítimo (Malecón), que dará a la ciudad una
nueva imagen y permitirá aprovechar extensa e intensamente su
litoral; el refuerzo de la estructura policéntrica que reducirá la
extensión hacia la periferia, con nuevas urbanizaciones al Este y el
Oeste; un nuevo sistema de transporte público, que proveerá un uso
eficiente y racional de la infraestructura vial existente y la que se
creará en el futuro; la actualización y mejora de la
infraestructura de servicios de agua, electricidad, alcantarillado,
telefonía, internet de alta velocidad, y otros; la integración
social y cultural para un uso total y más racional de la ciudad, sus
barrios y espacios por toda la población; el saneamiento ambiental y
aumento de las areas verdes; una nueva imagen de la ciudad que hable
de su transformación y vitalidad como resultado de las acciones
urbanísticas y ciudadanas; la revitalización de las calzadas y
otras vías; el uso mixto, parte de la tradición de la ciudad y que
aporta la vitalidad y variedad necesarias para la vida urbana al
combinar funciones distintas que abarcan distintos grupos sociales; y
una visión perspectiva combinada con un diseño urbano detallado que
proponga proyectos de diferentes escalas para concretar en varias
etapas y cuya flexibilidad admita transformaciones según exijan las
circunstancias".
Rescate de la
cuenca hidrográfica
Entre otros
proyectos de renovación destaca el rescate de la cuenca hidrográfica
de los ríos de La Habana, comenzando por el más conocido: el río
Almendares y las áreas de su rivera donde se asienta el Parque
Almendares y, también, uno de los asentamientos improvisados
marginales más conocidos de la ciudad, "El Fanguito".
Estos barrios, conocidos como "Llega y Pon" porque las
casas están construidas con cartones, maderas viejas y cualquier
material desechado que encuentran sus empobrecidos habitantes, crecen
en los alrededores de la ciudad, siendo La Timba, La Jata, Romerillo,
El Canal, La Cuevita, Indalla y La Corea los más poblados. La
propuesta es eliminarlos, creándo urbanizaciones con condiciones de
habitabilidad, salubridad, servicios de agua, viales y corriente
eléctrica, que hoy no disfrutan sus miles de familias.
Edificios
históricos en la mira de la conservación
Otra propuesta
singular del "Plan Maestro para La Habana del Siglo 21" es
el rescate de sitios, edificaciones y entornos históricos de La
Habana. De algún modo, este proyecto continúa el rescate que desde
hace dos décadas viene haciendo el historiador de la ciudad, Eusebio
Leal, en zonas importantes de La Habana Vieja, en lo concerniente al
patrimonio colonial y con una perspectiva focalizada en la
reanimación turística del llamado casco histórico. Pero la
propuesta del Plan Maestro extiende esa búsqueda y rescate a toda la
ciudad y a todos los periodos históricos posteriores, sin perder de
vista que en este y otros proyectos, como dice Julio César Pérez
Hernández "el mayor reto es rescatar la dignidad de nuestra
arquitectura, de nuestras tradiciones pedagógicas, nuestro saber
hacer. No ceder ante los inversionistas extranjeros. Trabajar con
amor, disciplina y rigor para que la arquitectura siga siendo la
madre de todas las artes".
La Habana: una
propuesta de urbanismo muy cubano
"La Habana
puede salvarse y trascender a su estado actual, si se entiende su
esencia y su necesidad de renovarse, de reemprender una ruta hacia su
futuro", dice a DW el arquitecto y urbanista Julio César Pérez
Hernández.
Además de ser el
único cubano con un título Loeb Fellow de Harvard, el renombrado
arquitecto y urbanista Julio César Pérez Hernández es el creador
del proyecto de rescate de la capital cubana más importante: el Plan
Maestro para La Habana del Siglo 21.
Julio César
Pérez Hernández: Es un plan urbano que posee una visión holística
a largo plazo para el futuro desarrollo urbano de toda la ciudad, con
el objetivo de preservar el patrimonio de la ciudad (entendido este
como una totalidad, es decir, Natural y Cultural) y crear nuevos
escenarios que generen nuevos valores económicos y urbanísticos. Un
proyecto urbano independiente realizado gratuitamente sin ningún
encargo de por medio. No refleja las ideas del actual gobierno ni
sigue sus dictados. Surgió durante mi año como Loeb Fellow
(2001-2002) en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de
Harvard y fue desarrollado en Cuba con un grupo de mis ex alumnos de
la carrera de Arquitectura entre 2003 y 2006, cuando se registró en
la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, a partir de serias
reflexiones sobre las necesidades futuras de la ciudad, y de entender
que La Habana está lista para un cambio sensible basado en
principios sustentables: ecológicos, económicos y sociales.
¿Qué problemas
esenciales debe enfrentar este plan para que La Habana renazca de sus
cenizas?
En lo
arquitectónico, al creciente deterioro físico del patrimonio
edilicio; en lo urbanístico, a la obsolescencia de la
infraestructura y riesgo de transformación o pérdida de la traza
urbana y a un comportamiento social inadecuado; en lo ambiental, a la
contaminación derivada del mal manejo de futuras inversiones y en lo
social y cultural a un desequilibrio irreversible.
Identificamos
problemas esenciales, entre ellos, la pérdida de la identidad y
carácter urbano de ciudades y pueblos (por el deterioro y la amenaza
de futuras inversiones que obvien los valores urbanísticos y
arquitectónicos); la ignorancia del valor del suelo urbano como
elemento generador de riqueza y gran potencial económico y del
mercado del suelo urbano; la obsolescencia de la infraestructura
(redes en estado crítico: electricidad, alcantarillado, suministro
de agua, telefonía, sistema de recolección de basura) sobre todo el
transporte público; el déficit de viviendas; el desaprovechamiento
del espacio público urbano (específicamente el adyacente al
litoral, bahías y sus áreas aledañas); la contaminación ambiental
de bahías y ríos; la restauración y mantenimiento de edificios
públicos y privados; la pérdida de la imagen histórica,
tradicional y de la estructura de barrios en ciudades y pueblos,
entre otros.
Se trata de una
ciudad con un tamaño físico para 1.400.000 habitantes, en la que
viven cerca de 3 millones ¿Existe una salida?
Sí, con la
actualización de la infraestructura y su adecuación a una
demografía de un máximo de 3 millones de habitantes y leyes que
garanticen el respeto a las Ordenanzas Urbanas establecidas y
actualizadas, tal como propone nuestro proyecto. Lo que preocupa del
factor demográfico es su composición. Es necesario eliminar los
hábitos y costumbres que muchos habitantes trajeron consigo de las
zonas rurales; transgreden las normas urbanas y resultan en problemas
sociales. Antes de 1970, fecha aproximada de la primera explosión
demográfica de La Habana, sus habitantes respetaban las regulaciones
urbanísticas, dominadas no sólo por los profesionales de la
arquitectura, sino de los obreros de la construcción. Se
entronizaron violaciones graduales que subsisten en la actualidad,
resultando en caos visual y urbano. Este es un proceso reversible, se
trata de aplicar las leyes y regulaciones.
¿Cómo sería La
Habana futura, según el Plan Maestro para La Habana del Siglo 21?
La Habana tiene
su propio encanto: su escala y la relación de sus barrios, sus
espacios públicos, su diversidad arquitectónica, la vivacidad y
generosidad de su gente, su ritmo, su música. Es una ciudad marina,
con su propio olor salitroso. Este es el gran desafío: permitir que
sea ella misma, con su identidad propia, sin perder su esencia. La
Habana es una gran escuela, capaz de dar ella misma la lección si se
es capaz de aprender de su historia, de su urbanismo y de su
arquitectura, de la idiosincrasia de sus moradores, de su geografía,
de su cultura.
Un reto
importante es no ceder a las modas. Reorientar la ciudad al mar,
preservar su escala, su diversidad. Garantizar que prevalezca el
desplazamiento peatonal y no predomine una cultura del automóvil
privado. Generar riqueza, valores, cultura. Junto con esto y la
creación de parques, plazas, paseos, jardines y edificios de uso
público, se debe atender el problema de la vivienda y suplir sus
carencias. Se necesita una visión de futuro, holística, que ha
faltado hasta ahora; urbanistas y arquitectos con una sólida
formación cuyas ideas se respeten e implementen y que la voluntad
política respalde estas ideas en aras del triunfo definitivo de la
ciudad, marco esencial para el desarrollo de la actividad humana.
Fuente:
Amir Valle, La Habana, devuelta a su esplendor, 17/10/16, Deutsche Welle. Consultado 21/10/16.
Amir Valle, La Habana: una propuesta de urbanismo muy cubano, 17/10/16, Deutsche Welle. Consultado 21/10/16.
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