viernes, 21 de octubre de 2016

La Habana, de vuelta a su esplendor

Aunque la publicidad turística la presenta como un paraíso exótico, los habitantes de La Habana la consideran una ciudad que parece salida de un bombardeo, pero que conserva una dignidad poco común en América Latina.

por Amir Valle

Considerada por unos la "Llave de América" y por otros la "Puerta de las Américas", La Habana, como aseguran expertos extranjeros y cubanos de la isla y el exilio, es actualmente, una ciudad empobrecida debido a cinco décadas de falta de conciencia política y ciudadana sobre la necesidad de respetar las leyes urbanísticas, reparar la infraestructura arquitectónica y adecuar la esencia histórica y social habanera a los nuevos tiempos, para hacer honor al protagonismo de la capital cubana en la región y a nivel internacional.

Pese a ese deterioro habitacional, vial, arquitectónico y social, tanto en el proyecto "La Habana y sus paisajes", del "Patriarca de la Arquitectura Cubana", el arquitecto y urbanista Nicolás Quintana (La Habana, 1925 - Miami, 2011) como en el "Plan Maestro para La Habana del Siglo 21", del urbanista cubano más reconocido de la actualidad, el profesor Julio César Pérez Hernández, existe una mirada optimista sobre la posibilidad de rescatar las esencias de lo habanero y lanzar la ciudad hacia un futuro donde esas esencias históricas se unan a la necesaria modernización de una ciudad concebida originalmente para un millón 400.000 habitantes, en la que hoy habitan cerca de 3 millones de cubanos, sin contar una población flotante cercana al millón de personas.

Aunque "La Habana y sus paisajes", concebido en 2004, proponía renovaciones interesantes, el "Plan Maestro para La Habana del Siglo 21"; concreta en un decálogo las propuestas más sólidas sobre los retos y cambios imprescindibles.

El Malecón, la nueva imagen de La Habana
"El desarrollo del Frente Marítimo (Malecón), que dará a la ciudad una nueva imagen y permitirá aprovechar extensa e intensamente su litoral; el refuerzo de la estructura policéntrica que reducirá la extensión hacia la periferia, con nuevas urbanizaciones al Este y el Oeste; un nuevo sistema de transporte público, que proveerá un uso eficiente y racional de la infraestructura vial existente y la que se creará en el futuro; la actualización y mejora de la infraestructura de servicios de agua, electricidad, alcantarillado, telefonía, internet de alta velocidad, y otros; la integración social y cultural para un uso total y más racional de la ciudad, sus barrios y espacios por toda la población; el saneamiento ambiental y aumento de las areas verdes; una nueva imagen de la ciudad que hable de su transformación y vitalidad como resultado de las acciones urbanísticas y ciudadanas; la revitalización de las calzadas y otras vías; el uso mixto, parte de la tradición de la ciudad y que aporta la vitalidad y variedad necesarias para la vida urbana al combinar funciones distintas que abarcan distintos grupos sociales; y una visión perspectiva combinada con un diseño urbano detallado que proponga proyectos de diferentes escalas para concretar en varias etapas y cuya flexibilidad admita transformaciones según exijan las circunstancias".

Rescate de la cuenca hidrográfica
Entre otros proyectos de renovación destaca el rescate de la cuenca hidrográfica de los ríos de La Habana, comenzando por el más conocido: el río Almendares y las áreas de su rivera donde se asienta el Parque Almendares y, también, uno de los asentamientos improvisados marginales más conocidos de la ciudad, "El Fanguito". Estos barrios, conocidos como "Llega y Pon" porque las casas están construidas con cartones, maderas viejas y cualquier material desechado que encuentran sus empobrecidos habitantes, crecen en los alrededores de la ciudad, siendo La Timba, La Jata, Romerillo, El Canal, La Cuevita, Indalla y La Corea los más poblados. La propuesta es eliminarlos, creándo urbanizaciones con condiciones de habitabilidad, salubridad, servicios de agua, viales y corriente eléctrica, que hoy no disfrutan sus miles de familias.

Edificios históricos en la mira de la conservación
Otra propuesta singular del "Plan Maestro para La Habana del Siglo 21" es el rescate de sitios, edificaciones y entornos históricos de La Habana. De algún modo, este proyecto continúa el rescate que desde hace dos décadas viene haciendo el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, en zonas importantes de La Habana Vieja, en lo concerniente al patrimonio colonial y con una perspectiva focalizada en la reanimación turística del llamado casco histórico. Pero la propuesta del Plan Maestro extiende esa búsqueda y rescate a toda la ciudad y a todos los periodos históricos posteriores, sin perder de vista que en este y otros proyectos, como dice Julio César Pérez Hernández "el mayor reto es rescatar la dignidad de nuestra arquitectura, de nuestras tradiciones pedagógicas, nuestro saber hacer. No ceder ante los inversionistas extranjeros. Trabajar con amor, disciplina y rigor para que la arquitectura siga siendo la madre de todas las artes".

La Habana: una propuesta de urbanismo muy cubano

"La Habana puede salvarse y trascender a su estado actual, si se entiende su esencia y su necesidad de renovarse, de reemprender una ruta hacia su futuro", dice a DW el arquitecto y urbanista Julio César Pérez Hernández.

Además de ser el único cubano con un título Loeb Fellow de Harvard, el renombrado arquitecto y urbanista Julio César Pérez Hernández es el creador del proyecto de rescate de la capital cubana más importante: el Plan Maestro para La Habana del Siglo 21.

Julio César Pérez Hernández: Es un plan urbano que posee una visión holística a largo plazo para el futuro desarrollo urbano de toda la ciudad, con el objetivo de preservar el patrimonio de la ciudad (entendido este como una totalidad, es decir, Natural y Cultural) y crear nuevos escenarios que generen nuevos valores económicos y urbanísticos. Un proyecto urbano independiente realizado gratuitamente sin ningún encargo de por medio. No refleja las ideas del actual gobierno ni sigue sus dictados. Surgió durante mi año como Loeb Fellow (2001-2002) en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Harvard y fue desarrollado en Cuba con un grupo de mis ex alumnos de la carrera de Arquitectura entre 2003 y 2006, cuando se registró en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, a partir de serias reflexiones sobre las necesidades futuras de la ciudad, y de entender que La Habana está lista para un cambio sensible basado en principios sustentables: ecológicos, económicos y sociales.

¿Qué problemas esenciales debe enfrentar este plan para que La Habana renazca de sus cenizas?
En lo arquitectónico, al creciente deterioro físico del patrimonio edilicio; en lo urbanístico, a la obsolescencia de la infraestructura y riesgo de transformación o pérdida de la traza urbana y a un comportamiento social inadecuado; en lo ambiental, a la contaminación derivada del mal manejo de futuras inversiones y en lo social y cultural a un desequilibrio irreversible.

Identificamos problemas esenciales, entre ellos, la pérdida de la identidad y carácter urbano de ciudades y pueblos (por el deterioro y la amenaza de futuras inversiones que obvien los valores urbanísticos y arquitectónicos); la ignorancia del valor del suelo urbano como elemento generador de riqueza y gran potencial económico y del mercado del suelo urbano; la obsolescencia de la infraestructura (redes en estado crítico: electricidad, alcantarillado, suministro de agua, telefonía, sistema de recolección de basura) sobre todo el transporte público; el déficit de viviendas; el desaprovechamiento del espacio público urbano (específicamente el adyacente al litoral, bahías y sus áreas aledañas); la contaminación ambiental de bahías y ríos; la restauración y mantenimiento de edificios públicos y privados; la pérdida de la imagen histórica, tradicional y de la estructura de barrios en ciudades y pueblos, entre otros.


Se trata de una ciudad con un tamaño físico para 1.400.000 habitantes, en la que viven cerca de 3 millones ¿Existe una salida?
Sí, con la actualización de la infraestructura y su adecuación a una demografía de un máximo de 3 millones de habitantes y leyes que garanticen el respeto a las Ordenanzas Urbanas establecidas y actualizadas, tal como propone nuestro proyecto. Lo que preocupa del factor demográfico es su composición. Es necesario eliminar los hábitos y costumbres que muchos habitantes trajeron consigo de las zonas rurales; transgreden las normas urbanas y resultan en problemas sociales. Antes de 1970, fecha aproximada de la primera explosión demográfica de La Habana, sus habitantes respetaban las regulaciones urbanísticas, dominadas no sólo por los profesionales de la arquitectura, sino de los obreros de la construcción. Se entronizaron violaciones graduales que subsisten en la actualidad, resultando en caos visual y urbano. Este es un proceso reversible, se trata de aplicar las leyes y regulaciones.

¿Cómo sería La Habana futura, según el Plan Maestro para La Habana del Siglo 21?
La Habana tiene su propio encanto: su escala y la relación de sus barrios, sus espacios públicos, su diversidad arquitectónica, la vivacidad y generosidad de su gente, su ritmo, su música. Es una ciudad marina, con su propio olor salitroso. Este es el gran desafío: permitir que sea ella misma, con su identidad propia, sin perder su esencia. La Habana es una gran escuela, capaz de dar ella misma la lección si se es capaz de aprender de su historia, de su urbanismo y de su arquitectura, de la idiosincrasia de sus moradores, de su geografía, de su cultura.

Un reto importante es no ceder a las modas. Reorientar la ciudad al mar, preservar su escala, su diversidad. Garantizar que prevalezca el desplazamiento peatonal y no predomine una cultura del automóvil privado. Generar riqueza, valores, cultura. Junto con esto y la creación de parques, plazas, paseos, jardines y edificios de uso público, se debe atender el problema de la vivienda y suplir sus carencias. Se necesita una visión de futuro, holística, que ha faltado hasta ahora; urbanistas y arquitectos con una sólida formación cuyas ideas se respeten e implementen y que la voluntad política respalde estas ideas en aras del triunfo definitivo de la ciudad, marco esencial para el desarrollo de la actividad humana.

Fuente:
Amir Valle, La Habana, devuelta a su esplendor, 17/10/16, Deutsche Welle. Consultado 21/10/16.
Amir Valle, La Habana: una propuesta de urbanismo muy cubano, 17/10/16, Deutsche Welle. Consultado 21/10/16.

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