martes, 16 de agosto de 2016

Emergencia sanitaria: la emboscada subterránea en Villa El Libertador

Villa El Libertador sufre por el incremento de aguas subterráneas. El problema fue creciendo en silencio y atendido una vez que explotó en la superficie. Aseguran que el desenlace era previsible.

por Juan Pablo Martínez

Ana María muestra su casa, y luego de entrar a cada uno de los ambientes donde las paredes están partidas o el suelo desnivelado, rompe en llanto. Lo contuvo durante todo el recorrido, pero no puede ver a su hogar en esas condiciones de fragilidad, y tampoco lo entiende.

Es la tragedia silenciosa que les toca vivir a los vecinos de Villa El Libertador, donde el agua de las lluvias del verano hace estragos, pero bajo tierra.

El barrio no vivió un alud de proporciones catastróficas, el agua llegó desde las napas, sin que el Estado -Provincia o Muni- tuvieran la capacidad de prevenir el drama.

Manuel Guzmán, exdirector de Defensa Civil de la Municipalidad, especialista en fenómenos climáticos extremos y en Gestión del Riesgo, compara el caso de este barrio del sur la ciudad con los de Idiazábal o Pozo del Molle, donde además de llegar agua de los campos aledaños a estas localidades del Este de la Provincia, el incremento del nivel de napas también fue un factor que contribuyó a los anegamientos.

En estas localidades, cientos de casas fueron afectadas por el agua. El caso de Villa El Libertador no está lejos de ese angustiante resultado final, ya que según reportan los vecinos a partir de un relevamiento que ellos realizaron con la ayuda del movimiento ADN, serían unas 300 las viviendas de Villa El Libertador afectadas por el incremento de nivel de napas y el colapso de pozos negros.

Pero ¿se podría haber previsto esta catarata de inconvenientes que se generó desde las napas hacia la superficie?

Guzmán asegura que poco se aprendió de las grandes inundaciones que ha padecido la provincia en los últimos dos años: “Nadie se hizo ninguna pregunta, ni estudió la situación. La ciudad de Córdoba no es una isla, sin dudas que fue afectada por el volumen de lluvias que se precipitó en este tiempo, al igual que muchas localidades que están al Este en la provincia, básicamente porque estamos en medio del camino del agua hacia el mar”.

Sacar la mugre afuera. Con el suelo degradado por el incremento de nivel de napas aparecen las grietas y los hundimientos de los pozos negros en las viviendas de Villa El Libertador.

Elsa Andrada terminó de pintar su casa hace unos días pero las humedades no dejan de trepar por las paredes. Ella maquilló las grietas de su hogar con un intenso violeta, pero el patio está minado de pozos negros.

La cámara séptica se nos llena todo el tiempo. Dejamos de utilizar el pozo negro de siempre e hicimos uno nuevo que también rebalsó muy rápido, y ahora estamos con un tercero que está a punto llenarse también. Teníamos un caño que sacaba toda esta agua a la calle y creo que lo vamos a volver a colocar”, cuenta la mujer sobre su decisión.

En lo mismo está pensando Graciela, otra vecina que cuenta que ya no puede ni lavar los platos porque se le rebalsa la cámara séptica. Lo que quiere hacer esta mujer es sacar una cañería a la calle para evacuar el agua residual del lavarropas, la ducha y la bacha de la cocina.

Trabajar sobre lo previsible. Guzmán explica entonces que la situación por la que está atravesando hoy Villa El Libertador podría haber sido detectada a tiempo para reducir su impacto:“Nadie se preocupó por escuchar o entender los estudios orientados a lo que podría suceder después de los desastres climáticos que enfrentamos, de mirar más allá o de oír advertencias”.

Según el exfuncionario municipal, la Defensa Civil del Palacio 6 de Julio “sólo está capacitada para trasladar colchones y chapas hacia los lugares donde se derivan a los evacuados”.

Si tuviéramos equipos formados con biólogos, geólogos, hidrólogos, entre otros, se podría trabajar con anticipación para prever qué es lo que puede ocurrir y estar preparados para mitigar los posibles peligros, para trabajar en la contingencia y no en la emergencia”, destacó el especialista.

A Norma se la tragó la tierra
Estaba barriendo y me tragó la tierra, no pensé en nada más que en salvar mi vida. Me pude agarrar de unos hierros que se ve que quedaron de la tapa del pozo y ahí me aferré gritando para que me rescataran”, cuenta Norma Cicerone (63), quien ayer cayó dentro del pozo negro de su casa luego de que se desmoronara.

Norma vive en Villa El Libertador, en la calle Gobernación al 500. El accidente se produjo cerca de las 8.

Según cuenta Norma, estuvo “20 minutos que parecieron un eternidad” dentro del pazo hasta que sus parientes llegaron a auxiliarla.

La situación se tornó más desesperante cuando llegó su yerno para intentar sacarla del pozo: “Me extendió la manito (sic) y en ese momento se desmoronó más el pozo y cayó él también”.

Fueron su hija María José y su esposo los que finalmente lograron sacarlos del pozo.

Estaba todo oscuro adentro, ni me fijaba en el agua. Sólo pensaba que se trataba de una desgracia con suerte porque ayer mis nietos habían estado jugando en el patio, justo encima del pozo negro. Cerré los ojos y dije: ‘Menos mal que me tocó caer a mí, que ya soy grande”, cuenta Norma.

María José explicó que los servicios de emergencia (Bomberos y Policía) llegaron después de que su mamá y cuñado fueron sacados del hueco. Luego llegó el 107, que revisó que Norma no tuviera nada más que un susto después de esta terrible experiencia.

La casa de Norma está dentro del área declarada en emergencia sanitaria por la Municipalidad de Córdoba por el incremento del nivel de napas freáticas, el colapso de pozos negros y el derrame de líquidos cloacales sin tratar a la calle.

Fuente:
Juan Pablo Martínez, Emergencia sanitaria: la emboscada subterránea en Villa El Libertador, 13/08/16, Día a Día. Consultado 16/08/16.

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