martes, 12 de julio de 2016

La isla sin patos, pero llena de peligros

El espacio verde de barrio Alberdi presenta lugares riesgosos y señales de deterioro. Los puentes de acceso están dañados y faltan segmentos de barandas perimetrales.

por Diego Marconetti

Para entrar a la isla, hay que tener cuidado de no caerse al río. Y si se camina adentro, también hay que tener cuidado de no caerse.

La Isla de los Patos, ubicada en el río Suquía a la altura de la cancha del club Belgrano, está deteriorada y presenta varios peligros para quienes quieren disfrutarla.

Por empezar, los puentes de acceso están dañados. Se trata de dos estructuras de hierro con piso entablonado. Pero varios de los tablones de madera están dañados y a la espera de provocar un accidente. El peligro se dispara si quienes transitan esos pasos sobre el río son niños, ya que caben en esos huecos y podrían caer a las aguas del Suquía.

Se sabe que esos puentes son utilizados para ingresar vehículos al paseo, lo que explica que los sectores dañados son los que 
coinciden con los lugares por donde pasan las ruedas.

Ya en la isla, la glorieta principal también está deteriorada. Tiene dos escaleras en la parte norte a las cuales les arrancaron las barandas, dejando liberada una caída de más de 2,5 metros. También hay un hueco en un muro lateral.

En la baranda perimetral también hay tramos faltantes, lo que acrecienta la posibilidad de un accidente y de caídas al río.

La enumeración de peligros continúa con postes que tienen los cables descubiertos. Se trata de columnas de un metro de altura que, aparentemente, no tienen utilidad. Pero el cableado está al aire y a la altura de la mano de cualquier niño.

La isla fue construida con gaviones, que son unos bloques de alambre que en su interior tienen piedras. En el extremo sur se erosionó la cubierta vegetal y quedaron a la vista peligrosos alambres que podrían lastimar a cualquiera que no los advierta.

Sin patos
La última gran intervención en la Isla de los Patos fue en diciembre de 2010, durante la intendencia de Daniel Giacomino.

De los juegos inclusivos que se colocaron en esa oportunidad, nada queda. Sólo un conjunto de hamacas, un sube y baja y un tobogán, pintados con el verde que caracteriza a la gestión del intendente actual, Ramón Mestre.

Tampoco quedan rastros de los patos que le dan nombre. Los perros, las personas y los desaprensivos se encargaron de hacerlos desaparecer, pese a las reposiciones que se hicieron.

Una obra emblemática
La construyó la gestión de Ramón B. Mestre en la primavera de 1991.

La isla fue una de las obras emblemáticas de la intendencia de Ramón Bautista Mestre. Ubicada en el río Suquía a la altura de barrio Alberdi, fue el corolario de la recuperación que el exintendente realizó sobre buena parte de las márgenes del curso de agua que divide en dos a la ciudad de Córdoba.

Inaugurada el 21 de septiembre de 1991, se trata de una isla artificial de una hectárea y media que se construyó con los mismos materiales que se habían utilizado en las obras de la avenida Costanera, inauguradas en 1988. La isla tomó su nombre de los miles patos que Mestre liberó en el lugar, y pronto se constituyó como uno de los paseos más disfrutados.

Fuente:
Diego Marconetti, La isla sin patos, pero llena de peligros, 11/07/16, La Voz del Interior.

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