martes, 19 de julio de 2016

El aislamiento del Mediterráneo, su virtud y su propia trampa ambiental

Las especies invasoras y la acumulación de plásticos, las principales amenazas. El Mediterráneo es un mar casi cerrado, aislado, una característica que es fuente de singularidad y de riqueza de especies, pero que también supone su propio talón de Aquiles porque es causa de vulnerabilidad ante la actividad humana, las especies invasoras o la contaminación.

por Noemí G. Gómez

Situado entre tres continentes, Europa, África y Asia, el Mar Mediterráneo ocupa solo el 1 % de la superficie global, pero alberga en torno al 10 % de la población costera global y soporta el 7 % del tráfico marítimo.

A estas amenazas se suma el cambio climático para alterar sus condiciones físicas o químicas.

Y es que si bien la mayor parte de los océanos y mares están aumentando su temperatura, el aislamiento del Mediterráneo limita la posibilidad de migración latitudinal de sus especies en busca de condiciones más favorables, como está ocurriendo en océano abierto.

Por eso, y por el enorme valor ecológico y socio-económico de este mar hay que aunar esfuerzos en la región mediterránea, señaló a Efe Andrés Cózar, del Campus de excelencia internacional del mar de la Universidad de Cádiz (sur de España).

MedCOP Clima
Esto es precisamente el objetivo del MedCOP Clima, el foro mediterráneo del clima, que se celebra hoy y mañana en Tánger, donde 2.000 expertos y representantes políticos y de la sociedad civil hablan de cambio climático, pesca, biodiversidad, innovación o energías limpias.

El objetivo es conseguir una sola voz para luchar contra la vulnerabilidad climática de la región.

Especies invasoras
Cózar explicó que el carácter semi-cerrado del Mediterráneo es “un arma de doble filo”, porque le confiere especial singularidad ecológica pero también lo hace especialmente vulnerable a las amenazas ambientales.

Amenazas hay varias, señala a Efe este científico vía conversación telefónica, pero en la actualidad quizás una de las más nocivas es la de las especies invasoras.

Un estudio de la Universidad de Gotemburgo en Suecia de hace unos años cuantificaba en más de 900 las nuevas especies marinas foráneas -incluyendo el pez globo venenoso- encontradas en los ambientes costeros del Mediterráneo oriental, recuerda Cózar.

Según la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), en la lista negra de especies invasoras hay algas (como la “Caulerpa racemosa”), moluscos, crustáceos (como el “Marsupenaeus japonicus” o langostino tigre japonés) y multitud de peces.

Para Cózar, esta es una de las amenazas del Mediterráneo “más preocupantes” porque la entrada y expansión de especies foráneas que se está dando en los últimos años tiene efectos “dramáticos” para un ecosistema único como el Mediterráneo, construido sobre su largo aislamiento.

Acumulación de plásticos
El plástico es otra de ellas: en su superficie las concentraciones son tan altas como las halladas en la acumulación de basuras del Pacífico Norte.

El Mediterráneo acumula únicamente en sus aguas superficiales miles de toneladas de plástico, debido en parte a la limitada capacidad de dispersión de la basuras que le llega desde costas y el tráfico marítimo.

Estos resultados se publicaron el pasado año en la revista Plos One, en un artículo que, entre otros, firmó Cózar.

En él, sus autores advertían de que los efectos por contaminación de plásticos en la vida marina y en el hombre podrían ser especialmente relevantes en esta región y pedían acciones urgentes.

Aunque se han encontrado desechos de plástico en estómagos de pequeños peces, aves, tortugas y cachalotes, Cózar afirma que aún desconocen las consecuencias que esta contaminación puede llegar a provocar.

Una única voz, clave para atajar la vulnerabilidad climática del Mediterráneo

La MedCOP de Tánger se celebra a medio camino entre las dos cumbres mundiales del clima (París y Marrakech).

por Noemí G. Gómez

El Mediterráneo será una de las regiones que mayor impacto recibirá del calentamiento global y por ello es necesario pasar a la acción, aunar esfuerzos y conseguir una agenda común para cumplir con los compromisos internacionales.

Esta es una de las conclusiones del MedCOP clima, el foro euromediterráneo contra el cambio climático, que celebra su segunda edición en Tánger con la participación de casi 2.000 expertos, representantes políticos y de la sociedad civil de la región.

Este segundo MedCOP Clima -el primero fue en Marsella el pasado año- dura dos días y se celebra tras la cumbre del clima de París (COP21) de 2015 y previa a la de Marrakech, en noviembre de 2016.

Compromiso con el clima
El foro está organizado por la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas y el Gobierno marroquí, en colaboración con la Unión por el Mediterráneo (UpM), y quiere ser un espacio de diálogo y concertación entre actores de diversos territorios del Mediterráneo “firmemente comprometidos contra el cambio climático”.

En la inauguración, en la que se guardó un minuto de silencio por el atentado de Niza, el presidente del Consejo Regional de Tánger-Tetuán-Alhucemas, Ilyas El Omari, leyó un mensaje del rey de Marruecos, quien apuntó que el Mediterráneo será una de las regiones del mundo que sufra los mayores impactos del recalentamiento climático, en la pesca o agricultura, pero también en el turismo.

No obstante, el Mediterráneo sabrá transformar las “indispensables medidas de atenuación y adaptación en palancas para un desarrollo sostenible, inclusivo y próspero. Será reconocido a escala internacional por los trabajos conjuntos que llevará a cabo”.

Se trata de “institucionalizar la voz mediterránea” a escala internacional y de dar ejemplo en la construcción de un nuevo modo de consumo y producción, y desarrollo sostenible, según el monarca.

En este sentido, Mohamed VI indicó que este foro es “una caja de ideas” para elaborar una “agenda positiva mediterránea”.

Y es que, a medio camino entre las dos cumbres del clima (París y Marrakech), Tánger supone una “oportunidad esencial” para que los países de la región coordinen sus posturas sobre la puesta en marcha del acuerdo de París, que tiene como objetivo mantener el incremento de la temperatura global por debajo de los 2 grados, aunque los países se comprometieron a esforzarse para no rebasar los 1,5.

Mediterráneo, punto caliente
El Mediterráneo es uno de los “puntos calientes” del cambio climático, con un aumento de la temperatura media anual que se prevé desde los 2,2 grados hasta 5,1 grados para 2100, dependiendo de la capacidad de los países para transformar sus modelos de producción y su economía, señalan los impulsores de este foro euromediterráneo.

Por eso, la región tratará de crear un grupo de expertos sobre los cambios globales en el Mediterráneo, una plataforma mediterránea de compensación de carbono “voluntaria y ética” o desarrollar fondos fiduciarios para las áreas marinas.

Para el secretario general de la Unión por el Mediterráneo, Fathallah Sijilmassi, que el Mediterráneo tenga una agenda común contra el cambio climático supone una “contribución esencial” para los países de la región pero también para la agenda global.

La COP22
El embajador español en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner, quien disculpó la presencia del secretario de Estado de Medio Ambiente español por un problema de avión, mencionó la importancia de la dimensión regional para reforzar las necesidades locales, habló de pasar a la acción y valoró la importancia de la COP22 de Marrakech.

La presidencia marroquí de la COP22 tiene entre sus prioridades: la materialización de las contribuciones nacionales para luchar contra el cambio climático, la movilización de los recursos financieros, el refuerzo de la adaptación y desarrollo tecnológico.

Los jóvenes también tienen protagonismo en este MedCOP Clima; 120 de una veintena de países pusieron en marcha una red contra el cambio climático -su arranque ya es un logro, aseguraron-, con el objetivo de elaborar propuestas para elevarlas a los gobiernos.

Fuentes:

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