El
sindicato CGT, el más poderoso de Francia, consiguió la tarde del
martes que el personal civil de la gran mayoría de las 19 centrales
nucleares francesas votasen una huelga “indefinida”.
por Juan Pedro Quiñonero
El
78 % de la energía eléctrica consumida en Francia es de origen
nuclear, de producción propia. Por vez primera en la historia, el
parque nacional de centrales nucleares es víctima de problemas de
inseguridad de origen conocido (huelgas de personal) y "desconocido",
misteriosos vuelos de drones.
Las
políticas sociales, presupuestarias y antiterroristas del presidente
François Hollande han precipitado un largo rosario de problemas
inéditos para la filial nuclear, la matriz de toda la política
energética de Francia.
El
sindicato CGT, el más poderoso de Francia, consiguió la tarde del
martes que el personal civil de la gran mayoría de las 19 centrales
nucleares francesas votasen una huelga "indefinida". A lo largo de
este miércoles, los trabajadores de la central de Nogent-sur-Seine
(a unos cien kilómetros al sureste de París) comenzaron movimientos
de huelga "aleatoria", perturbando el funcionamiento de uno de los
dos reactores de la central. El segundo reactor de la central se vio
parcialmente afectado. Y los sindicalistas decidieron retrasar o
perturbar la "normalización" del funcionamiento de la central.
El
Gobierno y EDF (Electricidad de Francia, monopolio de Estado) dicen "controlar" la situación sin temer que las acciones sindicales
perturben "gravemente" una situación particularmente confusa para
la opinión pública.
La
CGT se dice dispuesta a "entorpecer" el funcionamiento de la
producción nacional de electricidad. Manuel Valls, primer ministro,
respondió solemnemente que su Gobierno utilizará todos sus recursos
(Gendarmería, antidisturbios, etcétera) para asegurar que el
sindicato "no impone su ley ni gobierna" en Francia.
Sin
embargo, la prueba de fuerza entre la CGT y el Gobierno de Hollande
tiene numerosos frentes de crisis y tensión: energética, social y
política. Piquetes y fuerzas del orden siguen jugando al ratón y el
gato en numerosas refinerías y depósitos de carburantes. La
situación en las inmediaciones de las 19 centrales nucleares (con 58
reactores) es muy confusa. Los sindicalistas anuncian huelgas. Las
fuerzas de seguridad del Estado se encuentran en estado de alerta.
Ni el
Gobierno ni EDF evalúan de manera muy precisa la importancia real de
los "cortes" o "recortes" en la producción de electricidad de
origen nuclear. Pero el movimiento no tiene precedentes y asombra por
la tensión entre ambas partes, cuando hay muchos otros frentes de
crisis.
Sobrevoladas
por drones
Hace
apenas unos meses, tras los atentados terroristas del mes de enero
del 2015, pudo saberse que 17 sitios nucleares (centrales y depósitos
de residuos radioactivos) habían sido sobrevolados por misteriosos
drones (vehículos aéreos no tripulados) que habían conseguido
esquivar o "engañar" a los sistemas de seguridad del parque
nuclear más importante del mundo.
Meses
más tarde, cuando Francia sigue en estado de excepción y alerta
terrorista máxima, el Gobierno ha sido incapaz de ofrecer una
información clara y precisa de esos "misteriosos" vuelos.
La
crisis de "inseguridad" provocada por el enfrentamiento entre la
CGT y el gobierno socialista, por otra parte, "solo" es uno de los
frentes de la misma crisis de fondo: una mayoría sindical sólida
sigue reclamando la retirada una reforma laboral aprobada con un
decretazo tan legal como poco democrático.
Tanto
Hollande como Valls insisiten que la reforma "sigue su curso" y
será aprobada "definitivamente". Al frente de la fronda sindical,
la CGT anuncia nuevos movimientos de huelga y protesta en los
ferrocarriles y aeropuertos, con nuevas manifestaciones nacionales a
finales de mayo y principios de junio.
Fuente:
Fuente:
Juan Pedro Quiñonero, Francia, un país totalmente dependiente de la energía nuclear, 26/05/16, ABC.es. Consultado 27/05/16.
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