Ucrania recuerda mañana el peor accidente
nuclear de la historia, la explosión en el reactor número 4 de la central de
Chernóbil.
Ucrania
recuerda mañana el peor accidente nuclear de la historia, la explosión en el
reactor número 4 de la central de Chernóbil, a 120 kilómetros de Kiev, que
liberó a la atmósfera más de 50 millones de curies de radiación y contaminó
vastas zonas de este país, de Bielorrusia y de Rusia.
Las
conmemoraciones de este 30 aniversario vienen precedidas por las protestas de
los llamados “liquidadores”, aquellos cientos de miles de personas que
participaron en las labores de extinción de las consecuencias de la catástrofe
al precio de sus vidas o de su salud.
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko,
visitará mañana la “zona de exclusión” de 30 kilómetros creada en torno a la
siniestrada central, de donde fueron evacuadas más de 135.000 personas los días
posteriores al 26 de abril de 1986.
Antes,
representantes de las ONG de “liquidadores” y veteranos de la planta, así como
diputados del Parlamento y otras autoridades rendirán tributo a las víctimas de
la tragedia en la llamada iglesia de Chernóbil, en Kiev, donde a la 01.23 hora
local del día 26, exactamente el momento de la explosión, tañerán las campanas.
El
pasado 17 de marzo, la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) adoptó una ley que
devolvía a varias categorías de “liquidadores” y veteranos algunos beneficios
sociales que habían sido eliminados en 2011, como tratamientos médicos
gratuitos o compensaciones.
Una
ley de indemnizaciones para familiares de “liquidadores” vetada
También
se contemplaban indemnizaciones para los familiares de algunos “liquidadores”
fallecidos, según su grado de relación con el accidente.
Sin
embargo, la ley fue vetada por Poroshenko, que la devolvió a la Cámara con una
lista de enmiendas para su estudio.
“Los cambios supondrán gastos adicionales
para el presupuesto de Ucrania y, según los cálculos del Ministerio de
Finanzas, la aplicación de la ley supondría un desembolso anual” inasumible
para el presupuesto nacional, explicó el presidente.
Varios
días después, el 23 de marzo, miles de miembros de organizaciones ucranianas de
“liquidadores” se manifestaron en el centro de Kiev para exigir al Gobierno que
les devolviera las ayudas.
El
subcoronel en la reserva Vladímir Gúdov es una de las 260.000 personas que
tienen el estatus de “liquidadores” en Ucrania, aunque en total unas 800.000
personas participaron en estas tareas, entre trabajadores de la planta,
bomberos, militares o mineros, que recibieron altísimas dosis de radiación los
primeros días tras la catástrofe.
Gúdov,
que fue uno de los subjefes del batallón especial que se envió a Chernóbil para
frenar la propagación de la radiación, explicó a Efe que la situación de los
“liquidadores” empeoró tras la desintegración de la URSS en 1991.
“En los tiempos soviéticos la sanidad era
gratuita, teníamos protección social. Después se hizo de pago y no podemos
hacer frente a los tratamientos”, comentó.
Como
muchos otros “liquidadores”, está convencido: “Lo que hicimos salvó al mundo,
evitamos que se repitiera una explosión que habría sido más letal que la
primera, que habría destruido ciudades como Kiev y Minsk y hecho de Europa un
continente inhabitable”.
En
la actualidad, solo quedan vivos unos 130.000 “liquidadores”, y según otro de
ellos, Mijaíl Beznar, “el Gobierno cierra los ojos ante nuestros problemas”.
La
emisión de radiación masiva solo pudo ser aplacada hacia el 13 de mayo, después
de días del sacrificado trabajo de bomberos y “liquidadores”.
En
los meses posteriores se construyó una primera y precaria cubierta para el
siniestrado reactor número 4, cuya vida útil llega a su fin.
Un
nuevo sarcófago para la central atómica
Por
ello, un consorcio internacional está terminando de construir junto a la
central un nuevo sarcófago, una estructura gigante en forma de arco, de 108
metros de alto, 150 de ancho y 256 de largo que se prevé colocar sobre la
antigua cubierta a finales de este año.
“Nos
encontramos en la última fase de la construcción del arco de confinamiento.
Según nuestros planes, en noviembre de 2016 será trasladado (mediante raíles)
al cuarto bloque de Chernóbil”, afirmó el director general de la central
atómica, Igor Gramotkin.
También
está en marcha el proceso para el desmantelamiento total de la instalación: de
acuerdo a Gramotkin, el tercer bloque “prácticamente ya no tiene el estatus de
instalación atómica” tras ser retirado el combustible nuclear, y en los
próximos meses ocurrirá lo mismo con los bloques 1 y 2.
Con
el nuevo sarcófago, que se prevé empiece su funcionamiento a finales de 2017,
se quiere evitar que haya escapes de radiación del reactor número 4 durante el
próximo siglo.
Fuentes:
Ucrania recuerda mañana 30 años de catástrofe con protestas de los “liquidadores”, 25/04/16, EFEverde. Consultado 25/04/16.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Chernobyl I", de Roberta Griffin. La artista se basó en una fotografía de una cámara de seguridad de la central nuclear de Chernóbil, que capturó el momento de la explosión del reactor 4. El estilo está inspirado en la obra de Joseph Turner (1775-1851), quien a menudo representaba escenas violentas insertas en un remolino de luz.
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