martes, 9 de febrero de 2016

El agua arrasó con la humilde casa de Rodrigo: cómo ayudar

El canal maestro deshizo su hogar en Mafekin. Piden ayuda. Aún no hubo auxilio oficial.

Llueve. La ciudad expone sus problemas estructurales y los sociales en la misma magnitud. Y el hilo, se corta por lo más fino, siempre.

Los ojos colorados de Rodrigo Quiroga (41) muestran cansancio, exponen tristeza. Tiene puestas unas zapatillas que le quedan grandes. Son zapatillas prestadas. Con ellas camina hasta el Walmart de avenida Colón. Y vuelve. Va y vuelve. Va a un locutorio a llamar a las autoridades para pedir ayuda; vuelve a esperar. Y así sucesivamente. Es que desde teléfonos fijos uno puede discar gratis al 103 y al 101. Por Rodrigo eso camina. Le prestan el fijo del locutorio.

Vive en barrio Mafekin. Calle Buceo al fondo, hacia la izquierda unos metros. Todo es de tierra; hoy, de barro. Se desbordó el canal maestro, que está a unos 50 metros y el escu­rrimiento le destruyó la casa, construcción humilde al extremo. Unos ladrillos, unas chapas, unas maderas. Sólo le quedó una piecita, piso de tierra. Ni el baño está en pie.

Un ruido estruendoso se escuchó a las 7 de la tarde del domingo. La fortuna en ese infortunio quiso que nadie estuviera dentro.

Ayer por la tarde, Rodrigo cumplió 48 horas despierto. Pero si no se le preguntaba no lo decía. Este hombre no se queja, no insulta. Tampoco sucumbe, porque tiene una mujer y una hija de ocho ­meses y se le nota que son su motivo. El amor se ve muy fácil cuando lo material no existe. La cuestión es que no viene durmiendo porque se quedó cuidando el desposeimiento sin puerta que posee. Vigila el colchón mojado, alguna ropita.

Defensa Civil no lo asistió porque pide la Policía para ir. La Policía no va. El hombre camina hasta el Walmart. Y vuelve. Marca el 101, marca el 103. Y espera erguido. Realmente necesita ayuda.

Lo que hace falta
Su hija y su mujer duermen al frente, en la casa de su cuñado. La abuela, que vive al lado, ayuda con quehaceres y pone una cuota grande de esperanza. Mira pidiendo que le mantengan la esperanza. Y sonríe.

Coyunturalmente, esta familia necesita leche, alimentos, un colchón seco. También preci­sa materiales de construcción. “Yo hago lo que salga, sé un poquito de todo. Algo de plomería, algo de albañilería, me doy maña”, dice Quiroga.

Pero estructuralmente, lo que Rodrigo necesita es trabajo. Tuvo algunos empleos temporales. Aportó, el sistema lo detectó y a su mujer se le cayó el único plan social que tenía. El hombre quiere trabajar. Su teléfono es (0351) 153260323. No tiene crédito para llamar, pero puede atender.
Fuente:
El agua arrasó con la humilde casa de Rodrigo: cómo ayudar, 09/02/16, La Voz del Interior.

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