lunes, 5 de octubre de 2015

El rescate de los 300 desaparecidos en Guatemala pendiente de la lluvia


El corrimiento de tierras después de fuertes lluvias se registró el pasado jueves por la noche en un barrio a 20 kilómetros de Ciudad de Guatemala, y enterró 125 casas a más de 25 metros de profundidad.

Aunque las probabilidades de encontrar a más supervivientes del alud que dejó al menos 131 muertos y unos 300 desaparecidos son escasas, Guatemala mira al cielo esperando que las condiciones meteorológicas den un respiro para poder seguir buscando a más víctimas.


Este domingo a las 22:30 hora local (04:30 GMT) se cumplían las 72 horas establecidas en el protocolo internacional para el rescate y búsqueda de víctimas, que hoy, lunes, continuarán en la “zona cero”.

El alud se registró el pasado jueves por la noche en un barrio a 20 kilómetros al sureste de la Ciudad de Guatemala, situado en medio de dos pequeñas montañas, una de las cuales se derrumbó por las lluvias y enterró 125 casas a más de 25 metros de profundidad.

Las tareas de rescate se ven ralentizadas porque, aunque la cantidad de lluvia prevista no es mucha y la tendencia es que disminuya a lo largo de la semana, es peligrosa la vibración de la maquinaria. Además se ha recomendado que los helicópteros no sobrevuelen el área.

Hasta el momento, y con la advertencia de que el número puede aumentar, se contabilizan 131 muertos según las cifras oficiales, de los que según la Fiscalía 69 están identificados.

A media tarde, con 112 muertos, 38 estaban identificados (26 adultos y 12 menores) y 52 sin identificar (33 adultos y 19 menores de edad).

La cifra restante, 22, correspondía a restos humanos de los que las autoridades hasta el momento no han podido determinar ni el sexo ni la edad.

Sánchez reconoció que la época de lluvias de este 2015, que va de mayo a octubre aproximadamente, fue “deficitaria”, pero que asentamientos como El Cambray II son más “vulnerables” a estas situaciones debido a las condiciones de extrema pobreza y a que están ubicados en laderas de pequeñas colinas.

Más de 300.000 personas viven en asentamientos de riesgo
Fuentes de la Conred habían explicado a Efe que la situación “se podría haber evitado” ya que estos asentamientos son una “responsabilidad compartida” de instituciones como la municipalidad, que no hace cumplir el Plan de Ordenamiento Territorial, y de la propia población, que no atiende a las recomendaciones que alertan del riesgo que supone construir viviendas en barrancos o laderas.

De acuerdo con la misma fuente, solo en el área metropolitana hay 232 asentamientos considerados “de riesgo”, al estar situados en laderas o barrancos, y se calcula que en ellos viven unas 300.000 personas.

Esta tragedia, considerada como la mayor catástrofe natural ocurrida de este año en el país, derrumbó el ánimo de los guatemaltecos y a la vez consiguió unir a una sociedad caracterizada por las grandes diferencias sociales.

Cientos de personas se han volcado en los centros de acopio para donar víveres y útiles para los damnificados, que a expensas de cifras oficiales, se cuentan por cientos.

Mientras los afectados buscan cobijo en albergues, con familiares o amigos, otros dan el últimos adiós a sus seres queridos.

Los cuerpos de socorro, que trabajan sin descanso, han removido alrededor de 17.000 metros cuadrados de tierra de la zona del alud, donde este domingo participaron más de 600 personas y unos 40 vehículos motorizados.

Un deslave sepulta una aldea de Guatemala
Fuente:
El rescate de los 300 desaparecidos en Guatemala pendiente de la lluvia, 05/10/15, EFEverde.

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