miércoles, 26 de agosto de 2015

Se estrenó el reservorio de Soldati en el último temporal

Ayuda a evitar inundaciones; la obra se activa a partir de datos que brinda uno de los 31 sensores instalados en la ciudad.

por Carlos Manzoni

El último temporal volcó sobre la ciudad de Buenos Aires 220 milímetros de agua, entre el 5 y el 10 de este mes; la intensidad máxima, que fue de 25 milímetros en 20 minutos, se registró el día 7. Pero la noticia no fue el fenómeno meteorológico, sino que no se hubiera producido un desastre. Funcionó, por ejemplo, por primera vez, la obra del lago Soldati, que combina un reservorio con capacidad para guardar 600 millones de litros de agua y compuertas de vaciado y llenado del cuenco.

Unos minúsculos sensores emplazados en 31 puntos porteños, sumados a un sistema de reservorios y sumideros, ayudaron a que esta vez la Capital no cayera bajo el yugo de la inundación, como pasaba hace unos años. La información provista por uno de ellos, que mide la altura del Río de la Plata, fue vital para regular las compuertas del lago Soldati con el fin de recolectar agua de lluvia y liberarla cuando el río estaba bajo.

Fue la prueba de fuego de la instalación, que necesitó una inversión de $ 15 millones. El proyecto fue diseñado por el gobierno porteño e instrumentado por BGH Tech Partner, una división de la empresa BGH.

Marcelo Girotti, responsable del área que comercializa estos sensores, explicó a La Nación que se trata de un sistema de medición del caudal que tiene la red pluvial. "Consta de tres componentes, que son telemetría [básicamente, los sensores que se instalan en los caños], recolección de datos y procesamiento de esa información", comentó el ejecutivo.

Según detalla Jorge Haram, otro de los especialistas de BGH Tech Partner que participó en el proyecto, los tipos de sensores que están colocados en la red son caudalímetros (miden caudal de agua), limnígrafos (miden la altura del agua) y meteorológicos (miden lluvia, viento y humedad). "A partir de toda esta información y, por una red de comunicaciones del gobierno porteño, se envían los datos a un sitio central, donde se procesan", destaca Haram.

El centro de procesamiento es nutrido con tres tipos de información. Primero, la denominada "prealerta" para el área de emergencias, por si en ciertos casos alguno de los indicadores del sistema informa que una de las métricas se está sobrepasando. En segundo lugar, información estadística de cantidad de lluvia y de todos los parámetros que ocurrieron durante la tormenta. Y, también, datos hidráulicos de la red de desagües que "cantan" qué mejora se debería hacer para lograr que el agua fluya de forma más rápida.

Los sensores funcionan como si se tratara de Internet, a través de una red bajo protocolo Tetra, que pertenece a la Ciudad. Eso garantiza que esos artefactos siempre transmitan la información que se necesita.

Rodrigo Silvosa, subsecretario de Mantenimiento porteño, detalló que los 31 sensores le permiten saber la altura y velocidad del agua en los caños subterráneos y conocer cuánto está lloviendo en el momento. "El sistema nos ayuda a prever si se van a registrar inundaciones. Nos sirve para poder estimar el eventual daño y saber si hay que evacuar vecinos, si hay que abrir o cerrar alguna compuerta o hacer una operación en una obra hidráulica. Brinda en tiempo real la evolución del evento climático, lo que permite tomar decisiones también en tiempo real", dijo.

Así sucedió con el lago Soldati durante el último temporal. "Cuando, mediante un sensor de la red de monitoreo que mide la altura del Río de la Plata, identificábamos que el río estaba alto, cerrábamos la compuerta. De esta manera, la capacidad del lago no se ocupaba con agua del río, sino que quedaba disponible para guardar lluvia. Cuando identificábamos que el río había bajado, abríamos la compuerta y vaciábamos el lago", explicó Silvosa.

Si no bastaba con el accionar de la compuerta para sacar agua del lago, se sumaba el encendido de una bomba de extracción. "Se logró mayor eficiencia gracias a la red de sensores", subrayó.

El sistema habilita para que cada tres minutos se sepa cuánto está lloviendo, entonces se tiene una información mucho más precisa del agua que está cayendo, para alertar a los equipos de emergencia. Esta tecnología también permite saber dónde está lloviendo más, dado que las precipitaciones no se dan igual en toda la ciudad.

La idea es agregar cinco sensores más y adquirir un radar meteorológico, por medio de un crédito del Banco Mundial, para monitorear la nube que se aproxima, la cantidad de agua que trae y tener más tiempo de reacción. El crédito sería por US$ 10 millones, mientras que los nuevos dispositivos demandarán $ 5 millones.

Mientras que el radar estaría en condiciones de funcionar en tres años, el resto de la adquisición estará disponible a fines de 2015.

Obras, mantenimiento y limpieza, las claves

Para evitar desastres es indispensable conservar en buen estado la nueva infraestructura.

No todo es cuestión de hacer obras. También es necesario que lo que se construye funcione correctamente y cumpla con el fin para el que fue instalado. La red pluvial de la ciudad consiste en 1800 kilómetros lineales de tuberías, nada menos que la distancia que separa a la Capital de Mendoza. "Si no se mantienen limpios, por más que se haga la obra de colocar los caños, la inundación se produce igual. Por eso, el gobierno porteño también invierte en mantener limpios esas cañerías que conducen el agua hasta el Río de la Plata", indicó Rodrigo Silvosa, subsecretario de Mantenimiento.

El esquema de limpieza de los sumideros, que captan el agua desde la superficie, es otra pata clave para evitar desastres, junto con las obras hidráulicas que protegen a la ciudad de las consecuencias de las tormentas. A ellos se agrega el monitoreo por medio de sensores que miden el caudal y la altura de los cursos de agua y del líquido de los pluviales.

En materia de obras hidráulicas hay dos opciones: las que sirven para contener el agua o las destinadas a hacerla correr.

Para contenerla se construyeron dos áreas de reservorios. Los del parque Sarmiento, en el barrio de Saavedra, que almacenan 300 millones de litros de agua, y el del lago Soldati, que puede colectar 600 millones de litros.

Para hacerla drenar más fácilmente, el gobierno porteño encaró la rectificación del arroyo Medrano y la habilitación de sus canales aliviadores. Además se le dio más capacidad a la estación de bombeo del arroyo Vega.

En conjunto, los trabajos configuran una especie de escudo preventivo contra el flagelo de las inundaciones, que se hacía presente en la ciudad cada vez que acontecía una gran lluvia.

Pese a los avances, funcionarios porteños admiten que otro factor fundamental que contribuyó a que la ciudad no colapsara fue que las lluvias no alcanzaron la intensidad de otros episodios. En ese sentido, reconocen que podría volver a inundarse con lluvias superiores a 30 milímetros en una hora en zonas críticas como los barrios de Saavedra y de Belgrano.

Fuentes:
Carlos Manzoni, Se estrenó el reservorio de Soldati en el último temporal, 26/08/15, La Nación.
Obras, mantenimiento y limpieza, las claves, 26/08/15, La Nación.

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