lunes, 11 de mayo de 2015

Más que comer “sin miedo”, seamos “conscientes” de lo que comemos

Reclamamos que se investiguen todas las denuncias sobre el impacto de los agrotóxicos en la salud.

por Sofía Gatica

Hace unos días, se hizo pública la visita a la provincia de José Miguel Mulet para presentar su libro Comer sin miedo . En la extensa entrevista del lunes 4 de mayo, publicada en La Voz del Interior , afirmó que los transgénicos no son un problema y que “el glifosato es tan dañino como el mate”. Además, dice que El mundo según Monsanto es un “documental que dice mentiras” y otras afirmaciones de ese estilo.

La verdad es que todo lo que Mulet dice lo hace quedar más como un gerente de marketing de las corporaciones del agronegocio que como un serio investigador.

Las pruebas de la relación entre las fumigaciones con agrotóxicos y la comida transgénica con el aumento de enfermedades son abrumadoras. Eminencias como el profesor Gilles Seralini, el ya fallecido extitular del Conicet Andrés Carrasco y decenas de investigaciones en México, Colombia, España y otros países prueban esa realidad. Negarlo es una barbaridad.

Para contraponer a libros como el ahora presentado, sería importante que los medios de Córdoba también entrevistaran, por ejemplo, a Soledad Barruti, autora de Malcomidos , un trabajo serio y documentado.

Incluso sería interesante que Mulet debatiera en público con científicos serios de nuestro país. Además, debería visitar zonas como barrio Ituzaingó o Malvinas Argentinas y hablar con los vecinos comunes que, como yo, sufrimos las consecuencias del modelo del agronegocio, con enfermedades graves e incluso mortales.

Las soberbias afirmaciones del visitante son insultantes para quienes venimos planteando al poder político -hace tiempo y forzados por la necesidad o la experiencia cotidiana dramática- que “la vida vale más que los negocios”.

Nosotros estamos reclamando que se aplique el principio precautorio y que se investiguen todas las denuncias sobre el impacto de los agrotóxicos en la salud. Que haya debates públicos sobre el tema, que toda la población pueda conocer las distintas opiniones. Esto no ocurre.

Llamativamente, a científicos como Medardo Ávila Vázquez se lo pretende sumariar por sus investigaciones sobre transgénicos; a Carrasco, cuando vivía, se intentó desprestigiarlo de una y mil formas. A las organizaciones de gente común, que nos organizamos desde abajo para reclamar, nos dicen “fundamentalistas”, y a las Madres de Ituzaingó, las “locas” -como a esas otras “Madres” ejemplares, salvando las distancias.

¿Por qué el Estado no investiga? ¿Por qué no garantiza información plural y masiva? Y unas pregunta más: ¿por qué desde el poder político se les niega a los vecinos el derecho democrático a decidir sobre el modelo de producción y alimentación? ¿Por qué no se convoca a una consulta popular vinculante en Córdoba para decidir qué hacer con los agrotóxicos y la comida transgénica?

En realidad, creo que Mulet juega un rol lamentable: defender a una industria que está enfermando a la humanidad para garantizarse rentabilidad. Me parece algo horroroso.

Sofía Gatica es referente de las Madres de Ituzaingó y de la lucha contra la instalación de Monsanto; candidata a vicegobernadora por el MST Nueva Izquierda
Fuente:
Sofía Gatica, Más que comer “sin miedo”, seamos “conscientes” de lo que comemos, 11/05/15, La Voz del Interior.

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