miércoles, 15 de abril de 2015

Carlos Paz prohibirá ahora construir sobre montañas

Se aprobó la ordenanza que declara “intangibles” los cerros que rodean a la ciudad. Lo que ya está erigido sobre esa área no será objetado. Buena parte de las laderas ya están urbanizadas.

por Fernando Agüero

Villa Carlos Paz. El Concejo de Representantes aprobó, en primera lectura y por unanimidad, una ordenanza que declara la intangibilidad de las montañas que circundan la ciudad, con lo que prohíbe todo tipo de construcción en las laderas, dentro del ejido urbano.

En 2007, una norma ya creaba un área protegida y establecía que para construir sobre cierta altura se necesitaba el aval del Concejo. Ahora, con esta nueva ordenanza, para la cual resta la aprobación en segunda lectura, no habrá posibilidad de excepciones para edificar en esa área. La segunda y definitiva lectura sería aprobada en dos semanas.

“El Gobierno municipal se comprometió ante los ciudadanos a proteger el ambiente, lo hicimos limitando la altura de diez a seis pisos en los edificios en la ciudad y ahora con garantizar que nuestras sierras sean protegidas para nosotros y nuestros hijos”, sostuvo Walter Gispert, presidente del Concejo de Representantes.

En 2013, el municipio prohibió la construcción en altura de edificios de más de seis pisos, tras el impacto en planificación y servicios que representó el boom de construcciones de torres en la década anterior.

Liliana Bina, directora de Planeamiento Urbano Ambiental del municipio, apuntó que la anterior norma que limitaba la urbanización en montañas “abría una puerta peligrosa” ya que permitía la ejecución de proyectos que fueran avalados por los concejales.

La polémica mayor
En la década de 2000, una intensa polémica se generó en torno al proyecto del country Le Quartier de la Montagne, un barrio cerrado que se proyectó sobre la ladera de un cerro. Los dueños originales vendieron el proyecto y la empresa Green Time se hizo cargo de un emprendimiento que ahora lleva el nombre de View Lake. La obra fue autorizada, hubo alguna resistencia vecinal y la actual gestión municipal la suspendió, en un litigio aún abierto, que tiene el desarrollo paralizado.

Ahora, para fijar la zona protegida, más que una altura uniforme se delimitó mediante el trazado de una poligonal sobre todo el cerco montañoso.

En la zona protegida hay terrenos públicos y privados. Bina recordó que ya existe una alícuota que se paga con las tasas municipales que alimenta un fondo para expropiar los terrenos de particulares.

La nueva ordenanza declara como preexistentes los desarrollos que ya están constituidos como la Aerosilla, el Paseo del Cerro de la Cruz, el predio del Rally Mundial y el paralizado complejo de Green Time, entre otros. Lo que ya está, aun en esa área, no será objetado.

“Se determina un sector como terreno de dominio del municipio, para proyectos estratégicos para la ciudad que tienen que ver con infraestructura”, sostuvo Bina, pero acotó que “el resto se declarará intangible y no se podrá hacer otra cosa que tareas de remediación, forestación o estudios”.

Del sector empresarial o desarrollista no se escucharon objeciones durante el debate.

Para el concejal opositor Adrián Lizarriturri (PJ), si bien hay acuerdo con lo general, planteó una “disidencia puntual” respecto a los terrenos que el municipio compró al Ejército. En parte de esas tierras está el circuito de rally, ahora municipal pero concesionado a un privado. “Esa zona no tiene el mismo tratamiento que el resto. Pedimos que la concesión de esos predios a un privado se tiene que terminar”, sostuvo el edil.

Juan Carlos Paesani, de la organización ambientalista local Funeat, objetó un punto: que no se incluya a esos terrenos comprados al Ejército, en la zona de barrio Costa Azul y el límite con Malagueño sobre la autopista. También apuntó que para este tipo de temas se debería cumplir la nueva ley de ambiente 10.208 que obliga a llamar a audiencia pública, convocada por la Provincia. “Lo pedimos para que participen todos los actores”, anticipó Paesani.

Mucho más que defender el paisaje

En las Sierras, regular el uso del suelo tiene una justificación adicional: ya no se puede “vender” turismo si no se preservan el paisaje y el ambiente.

por Fernando Colautti

Hasta hace algunas décadas, las localidades crecían hacia donde querían o podían. Eran tiempos en que progreso significaba sólo sumar. Y se nota: la falta de planificación urbana se cobra factura hoy en la mayoría de las ciudades cordobesas.

Para muestra, un botón muy reciente: las inundaciones en pueblos y ciudades de diferentes regiones que crecieron abrazando a ríos y arroyos, sin respetar sus cauces históricos.

En el caso de las Sierras, un punto clave es la convivencia entre la zona urbana que empuja por crecer y las montañas que la rodean.

En los últimos años, algunas localidades (que siguen siendo minoría) avanzaron en regulaciones para imponer “cotas máximas de construcción”. Eso implica fijar un límite de altura desde el cual ya no se pueda urbanizar, para evitar que todas las laderas sean ciudad.

Capilla del Monte debatió un año atrás si bajar de 1.100 a 1.050 los metros sobre el nivel del mar a partir de los cuales su legislación local no permite construir en sus cerros. Si se aprobaba, un loteo ya autorizado debía ser paralizado.

Villa General Belgrano fijó una “zona de reserva y paisaje protegido”, desde cierta altura de las montañas que la enmarcan. Antes, algunas construcciones pudieron escapar a ese límite y cada tanto aparece alguna controversia, por gestiones para tramitar excepciones a esa regla.

Pero la mayoría de las localidades serranas no cuenta aún con regulación en este aspecto.

No se trata sólo de defender el paisaje, para que el verde que rodea a las ciudades no pase a ser un recuerdo de viejas postales, sino también de cuestiones ligadas directamente a la calidad de vida de su gente: el aire que se respira, el clima que se tolera, las aguas que los cerros no retienen. El progreso urbano ya no es sólo sumar. Ahora, hay sumas que restan si no son sustentables.

En las Sierras, regular el uso del suelo (sin fundamentalismos pero tampoco sin verdadera vocación de sustentabilidad) tiene una justificación adicional: ya no se puede “vender” turismo si no se preservan el paisaje y el ambiente.

Fuentes:
Fernando Agüero, Carlos Paz prohibirá ahora construir sobre montañas, 14/04/15, La Voz del Interior.
Fernando Colautti, Mucho más que defender el paisaje, 14/04/15, La Voz del Interior.

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