En 2008, la bióloga Sandra Díaz propuso varias medidas para que la provincia se adapte a las lluvias y sequías que traerá el cambio climático y que serán más frecuentes. Asegura que se hizo muy poco tanto en obras civiles como en infraestructura verde.
por Lucas Viano
Hace casi cinco años, Sandra Díaz, bióloga e investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba y el Conicet, presentó una propuesta de adaptación y mitigación del cambio climático para la ciudad de Córdoba.
Esta experta reconocida internacionalmente indicaba en ese informe que los eventos extremos como lluvias intensas y sequías prolongadas serían una de las consecuencias del calentamiento global.
El trabajo estuvo basado en el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU que ella integró y por la que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2007 junto con otros científicos del mundo.
“La idea fue brindar un apunte sobre cómo preparar a Córdoba si aquellas proyecciones resultaban ciertas para Córdoba. El último informe del IPCC de 2014 es mucho más contundente en sus proyecciones. Lamentablemente es uno de los casos en los que uno odia tener razón. La gran mayoría de las consecuencias negativas que señalamos en ese informe se están cumpliendo”, asegura.
Díaz entiende que los eventos climáticos que están ocurriendo en Córdoba pero que también suceden en el país y el mundo son consistentes con las proyecciones del IPCC.
“A pesar de que dimos estas recomendaciones hace ocho años, no ha habido ningún tipo de avance en cuanto a los propuestas que sugerimos para paliar las consecuencias del cambio climático”, señala.
La investigadora asegura que los cordobeses pueden colaborar para mitigar el calentamiento global. Por ejemplo, bajar el consumo de energía y combustibles para disminuir la emisión de dióxido de carbono.
“Sin embargo, va a ser un granito de arena en el esfuerzo mundial que se necesita. No obstante, sí podemos prepararnos y adaptarnos a las consecuencias del cambio climático. Fortalecer y construir resiliencia, para absorber el golpe sin consecuencia”, apunta.
Y agrega: “Hay que fortalecer las políticas públicas, pero se ha hecho todo lo contrario. La imagen es la de un trapecistas a la que le estamos quitando las redes de protección que necesitamos ante eventos extremos”.
En el apunte proponían mejorar la infraestructura con desagües, pero también avanzar en la infraestructura verde. “Un mejor manejo de los ecosistemas para que nos sirvan de amortiguador, otra red, que suaviza la caída. Por ejemplo, proteger la cuencas hídricas con vegetación autóctona, que sirve para acumular y liberar el agua de manera más controlada”, explica.
Y agrega: “Históricamente Córdoba ha tenido grandes sequías y lluvias. No nos debería sorprender. Pero también es consistente con el cambio climático que estos eventos de lluvias extremas y grandes sequías se intensifiquen. Entonces quedarse sin ningún tipo de red es un acto de miopía”.
Figura influyente
Díaz investiga los servicios que los ecosistemas le brindan al ser humano. La biodiversidad provee combustible, material de construcción, medicinas y goce estético.
En el caso de Córdoba es clave el rol que juega la vegetación en la protección de cuencas hídricas y en la regulación de la calidad química y biológica del agua.
Díaz es uno de los dos investigadores argentinos que figuran en la lista de los 3.200 científicos más influyentes del mundo, según Thomson Reuters, una agencia especializada en información científica.
Propuestas
Maximizar la captación de agua. Asegurar la cobertura vegetal, no bajar las cotas de los embalses y analizar la factibilidad hídrica de grandes emprendimientos con alta demanda de agua (piletas, sistemas de riego, grandes superficies edificadas).
Desagües. Sistemas capaces de evacuar rápidamente caudales mayores que los actuales.
En los ríos. Ordenar y acondicionar las riberas de los ríos favoreciendo la cobertura vegetal e impidiendo las construcciones dentro de los límites de las crecidas históricas. Considerar la remoción de construcciones actuales en zonas de riesgo.
Espacios verdes. Conservar y aumentar la superficie de espacios verdes dentro y alrededor de la ciudad.
Monitoreo. Establecer un plan de monitoreo comunitario del agua, el clima y la biodiversidad. La ciudadanía tiene gran potencial para contribuir en la acumulación de información.
Mitigación. Son las acciones destinadas a disminuir las emisiones responsables del cambio climático. Entre ellas, el informe señalaba mejorar el sistema de aislamiento térmico y la climatización de construcciones a través de incentivos.
Emisiones. Disminuir las emisiones de gases de los vehículos en el sistema de transporte público.
En el este cordobés, ahora pescan en los campos inundados
En la zona de San Francisco se multiplica la práctica frente a los canales desbordados. Dueños de campos esperan que el agua apure la retirada.
San Francisco. La situación de inundación es dramática. Pero también deja algún flanco, si las circunstancias lo permiten, para descubrir situaciones que desdramatizan o aflojan la bronca, el temor o el dolor. En el nordeste de la provincia, por ejemplo, donde decenas de miles de hectáreas han sido tomadas por el agua, ha aparecido una práctica recreativa inimaginable: ahora la gente pesca en los campos. Por las diferentes rutas y caminos rurales se ve por estos días a muchos aficionados a la pesca, cañas en mano, apuntando a canales de desagües que han desbordado y transformaron tierras agrícolas en enormes lagunas provisorias.
La falta de ríos en esta zona hace que muchos aprovechen esta oportunidad para practicar este hobby y pasar un momento al aire libre.
“Lo hacemos como un atractivo para los chicos y sacarlos un poco a la naturaleza. Cuando éramos niños nos divertíamos de esta forma pescando en los canales, en cambio ahora los chicos están todo el día metidos con la computadora y el celular y por eso nos pareció bueno traerlos”, comentó Raúl, un vecino de San Francisco.
Los lugares más elegidos son los canales de desagües rurales como la Cañada de Jeanmaire -entre Devoto y La Francia- pero también los accesos a los pueblos santafesinos cercanos ubicados sobre la autovía de la ruta nacional 19. Cualquier canal o camino rural inundando es buscado para probar suerte y llevarse un pescado a casa.
“No hay mucha variedad pero se pueden agarrar algunas mojarritas, dientudos y en algunos lados hay carpas”, señaló Roberto, otro pescador atraído por este fenómeno atípico.
Mientras, los dueños de los campos -y la economía regional- aguardan que las aguas apuren su retirada tras el daño productivo ya provocado.
Para los que deciden tirar la caña, las autoridades recomendaron tener especial cuidado porque los terrenos son resbaladizos y los canales en su fondo muy fangosos y, en algunos casos, profundos. Por otro lado, se solicitó colocar medidas de seguridad y balizas en casos que se detengan sobre banquinas y señalizaciones en las rutas.
Fuentes:
Lucas Viano, “Córdoba se está quedando sin protección”, 13/03/15, La Voz del Interior.
En el este cordobés, ahora pescan en los campos inundados, 13/03/15, La Voz del Interior.
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