jueves, 18 de septiembre de 2014

Cómo se siente acampar con Greenpeace en Salta y salvar así 12 mil hectáreas de bosque

Desde hace dos semanas 20 activistas de Greenpeace están en Salta acampando en medio de un desmonte impidiendo que las topadoras destruyan lo últimos bosques nativos que nos quedan. Juntos ya salvaron 12 mil hectáreas. Estos bosques están protegidos por ley pero el gobernador de la provincia, Juan Manuel Urtubey, autorizó que los eliminen a pedido de empresarios y terratenientes. Nuestra compañera Griselda Servidio nos cuenta qué se siente defender los bosques siendo testigo del riesgo y la devastación.

“Desde chica, mi familia me enseñó la importancia de respetar todo tipo de vida. Cada planta, cada ser y cada animal. Eso motivó, mi compromiso ambiental y mi posterior acercamiento a Greenpeace. Hace siete años que participo en la organización, con la total convicción de que cada persona, desde su lugar, puede generar cambios.

Como voluntaria, mi primera experiencia fue recolectar firmas para poner a salvo los últimos bosques nativos de nuestro país. Luego de doce de años de trabajo intenso, Greenpeace consigue en el año 2007, sancionar una Ley Nacional con el fin de salvaguardarlos.

Pese a ello, y como en otros tantos casos en nuestro país, lamentablemente la ley no se cumple, dejando a merced de grandes empresas la destrucción total de nuestro patrimonio.

Siempre imaginé desde la lejanía y digo "lejos" porque nunca hasta la semana pasada tomé conciencia de la realidad, que las consecuencias ambientales y sociales de un desmonte son devastadoras. Jamás, hasta verlo con mis propios ojos, hubiese podido dar cuenta de la verdadera magnitud del desastre.

Tuve la oportunidad de estar junto con mis compañeros e integrantes de la comunidad wichí, en la finca El Cuchuy, en el departamento de San Martín, provincia de Salta, para denunciar esta situación y evitar que las topadoras continúen avanzando.

El panorama es desolador; kilómetros y kilómetros de zonas donde antes había vegetación, ahora vacías. La tierra esta pelada, solo queda polvo. Miles de hectáreas arrasadas solo para el beneficio de unos pocos.

Cuando se produce un desmonte se atenta contra la vida; no sólo los animales, que ya no tienen donde vivir y alimentarse, son desplazados. Las comunidades originarias, que habitan ancestralmente en el bosque y cuya subsistencia y cultura radica en el monte, se encuentran en total emergencia.

Uno de los problemas fundamentales es la falta de agua. Los escasos cursos, donde se abastecían las comunidades, ahora están contaminados por los pesticidas que utilizan las empresas para cultivar soja transgénica. La situación se agrava con las altas temperaturas. El martes pasado, y estando todavía en época invernal, la temperatura alcanzó un pico de casi cuarenta grados.

En el campamento, conocí a Sara, integrante de la comunidad wichí, quién me confesó que pasan días sin poder tomar agua. La situación es desesperante; el suministro depende de un organismo provincial, quien, muchas veces por desidia y omisión, no hace la entrega.

Sara me contó que, frente a esta situación, "le da pena la tierra" porque hay animales y plantas que ya no están. Siente impotencia por no poder hacer nada frente a las topadoras que, en pocos días, arrasan con el bosque y, junto con ello, con su hogar. Sólo basta, caminar por la zona para ver cientos de futuros brotes de árboles de lapacho apilados en un costado.

Los bosques son vitales para cualquier tipo de vida; regulan el clima, proveen medicinas, alimentos y son el hogar de una rica biodiversidad. Hasta el momento Argetina perdió el 70 por ciento de sus bosques.

Con mis compañeros logramos detener el avance de dos topadoras y así salvar, al menos por un tiempo, parte del bosque salteño. Me siento orgullosa de haber sido participe de eso.

No obstante, es necesario un compromiso radical por parte de las autoridades gubernamentales salteñas para frenar tanta destrucción. Deben hacer efectivo el cumplimiento de la Ley Nacional de Bosques y revocar los permisos de desmonte en zonas protegidas por esta ley”.

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, autoriza los desmontes ilegales. Participá ahora y pedile que pare la destrucción de nuestros bosques. Hacé click aquí

Cómo se siente acampar con Greenpeace en Salta y salvar así 12 mil hectáreas de bosque, 17/09/14, Greenpeace Blog.

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