“Por el agua y la vida, contra la megaminería”, fue una de
las consignas en más de treinta ciudades de una decena de países en las que se
movilizaron para denunciar la contaminación de la actividad extractiva y
rechazar la presencia de las corporaciones mineras. Según datos del
Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (Ocmal) existen al menos
192 conflictos que involucran a 286 comunidades latinoamericanas. En Argentina,
la Red de
Asistencia Jurídica contra la
Megaminería (Redaj) detalló la existencia de 14 yacimientos
en explotación y construcción, y al menos 121 proyectos en exploración
avanzada. Hubo actividades en la ciudad de Buenos Aires, Esquel, Trelew,
Andalgalá y Mendoza, entre otros.
Cada 22 de julio se movilizan decenas de ciudades por el
“Día mundial contra la minería”. Hubo actividades en Perú, México, Chile,
España, Colombia, Brasil, Venezuela, Francia y Canadá, entre otros países. Uno
de los epicentros fue Cajarmarca (Perú), donde la comunidad rechaza la instalación
del proyecto de oro instalado en la nacientes de los ríos de la región.
En Chile hubo campaña de concientización en Vallenar y Alto
del Carmen sobre el proyecto binacional de oro Pascua Lama, en manos de la
empresa Barrick Gold, actualmente frenado por una causa judicial de pueblos
indígenas. En Montevideo hubo una concentración en la Plaza Independencia
y marcha hasta la empresa Zamin Ferrous, por el proyecto minero Aratirí. En
Brasil se movilizó la
Red Internacional de los Afectados por la minera Vale.
También hubo marchas en España, Canadá y Francia, pero el grueso fue de América Latina.
Según el Observatorio de Conflictos Mineros (Ocmal), existe
en América Latina un piso de 192 conflictos que afectan a 286 comunidades.
Chile y Perú encabezan el listado con 33 conflictos cada uno. Le siguen México
con 27 y Argentina con 26, Brasil (20), Colombia (12), Bolivia (8), Ecuador
(7), Panamá y Guatemala (6), Nicaragua y República Dominicana (4). Los países
con menos conflictos relevados son Uruguay, Costa Rica, El Salvador, Honduras y
Paraguay.
“En 2010 el Ocmal contabilizaba 120 conflictos. Hoy son 192.
Se debe a la expansión del modelo extractivo-exportador”, señaló la
investigadora Maristella Svampa, y afirmó que los “megaproyectos extractivos”
reconfiguran territorios desde el punto de vista económico, social y “ponen en
jaque el alcance mismo de la democracia, pues son proyectos que se imponen sin
el consenso de las poblaciones y generan así fuertes divisiones en la sociedad
y una espiral de criminalización y represión de las resistencias”.
En Andalgalá (Catamarca), hubo un recital de Raly
Barrionuevo y un banderazo en la plaza principal, impulsado por la Asamblea El Algarrobo,
que denuncia a la
Minera Alumbrera y rechaza la instalación de un nuevo proyecto
(Agua Rica). En Buenos Aires hubo una concentración frente al Congreso
nacional.
En Mendoza se concentraron frente a la Legislatura y cantaron
artistas populares. En Trelew realizaron el tradicional recorrido de marchas
antimineras por el centro de la ciudad. En Esquel, que este año cumplió diez
años del histórico “no a la mina”, la Asamblea de Vecinos Autoconvocados entregó en la
municipalidad una baldosa conmemorativa de los diez años de lucha.
En la última década, y siempre por impulso de organizaciones
sociales y vecinales, siete provincias argentinas limitaron algún aspecto de la
megaminería: Tucumán, Mendoza, La
Pampa , Córdoba, San Luis, Tierra del Fuego y Chubut.
Fuente:
Darío Aranda, Contra la minería, 24/07/13, Página/12. Consultado 24/07/13.
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