por Julio Barea
Son cada vez más frecuentes los grandes huracanes y
tormentas devastadoras que destruyen casas y vidas humanas. También estamos
sufriendo olas de calor sofocantes, grandes incendios forestales, sequías,
inundaciones e incluso tormentas de nieve en el desierto. Y las previsiones son
que la cosa irá a peor si seguimos con nuestra adicción a quemar combustibles
fósiles.
Greenpeace acaba de hacer público el informe titulado “Pointof no return” (Punto de no retorno). En él se denuncia la hipocresía de algunos
gobiernos, que con una mano firman compromisos internacionales para reducir sus
emisiones de gases de efecto invernadero, y con la otra apoyan y promueven 14
de los mayores proyectos que pretenden quemar carbón, petróleo o gas en el
mundo.
Los cálculos realizados por Greenpeace muestran que de
ponerse en marcha estos proyectos se emitirán a la atmósfera 6,3 gigatoneladas
de CO2 al año. Ello supone un aumento del 20 % de los niveles actuales de este
gas de efecto invernadero, por encima de las emisiones anuales de los EE.UU.
Este enorme incremento nos llevaría a una subida global media de la temperatura
de entre 5 y 6 grados centígrados, lo que supondría al planeta un cambio
climático catastrófico. Todo ello nos alejaría del objetivo de mantener el
aumento de las temperaturas globales por debajo de los 2 ºC a finales de siglo.
¿Y qué tenemos que ver nosotros con unos proyectos que se
encuentran lejos de nuestro país (el autor de la nota es español)? La responsabilidad de los países europeos,
incluido el nuestro, está en que somos en buena parte los consumidores de esos
combustibles fósiles. Es nuestro insaciable consumo de energía sucia el que
está detrás del problema, y queda mucho por hacer para que Europa asuma
objetivos verdaderamente ambiciosos de energía limpia y lucha contra el cambio
climático. Las decisiones tomadas por el Gobierno español en forma de moratoria
al desarrollo de las energías renovables son, de facto, un apoyo y una apuesta
por seguir con el viejo modelo de quema de gas, petróleo y carbón.
Pero aún estamos a tiempo de lograr frenar el caos
climático. De forma inmediata se deben cancelar los 14 proyectos denunciados y
empezar a disminuir nuestras emisiones progresivamente. Greenpeace demuestra
que esto es posible con su estudio Energia 3.0, y una [R]evolución Energética. Apostando
por el ahorro, la eficiencia y las energías renovables, en el año 2050 podremos
abastecernos de energía limpia, logrando así, frenar las emisiones de gas de
efecto invernadero que provocan el cambio climático.
Julio Barea (@juliobarea) responsable de Energía y Cambio Climático de Greenpeace
Fuente:
Julio Barea, 14 proyectos que nos llevan a un punto de no retorno, 24/01/13, Greenpeace España.
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