sábado, 10 de noviembre de 2012

Quinta promesa de erradicar Dioxitek de Alta Córdoba

La Municipalidad firmó un convenio para trasladar la planta de dióxido de uranio. Dioxitek debería relocalizarse en 18 meses. También prometen remediar el predio.

por Diego Marconetti

La primera vez fue en 1994. Desde entonces, en otras tres oportunidades (1997, 2004 y 2006), se anunció la relocalización de la planta de dióxido de uranio de Alta Córdoba. Esta es la quinta, y en 18 meses se sabrá si también es la última.

Es que la Municipalidad de Córdoba firmó ayer un convenio con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Dioxitek por el que la planta de procesamiento de dióxido de uranio de Alta Córdoba debe trasladarse en ese lapso. El acuerdo también implica el saneamiento del predio en el que se encuentran enterradas 57.600 toneladas de colas de uranio.

El acuerdo fue firmado por el intendente, Ramón Mestre, por la presidenta de la CNEA, Norma Boero, y el titular de Dioxitek, Gustavo Navarro.

El 99 % de Dioxitek es propiedad de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el 1 %, de la Provincia de Mendoza. En la planta de Rodríguez Peña al 3200 de barrio Alta Córdoba, elabora dióxido de uranio, una materia prima que se utiliza para la elaboración del combustible de las centrales nucleares del país. También se elaboran fuentes selladas de cobalto 60, de diversos usos industriales y medicinales.

El viernes 29 de septiembre, la Municipalidad clausuró las instalaciones de Dioxitek por violar la ordenanza 8.133 de uso de suelo. Desde entonces la planta permanece cerrada.

El 25 de octubre pasado comenzó a destrabarse el conflicto, luego de que el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, recibiera al intendente Mestre. Además del tema Dioxitek, Mestre aprovechó la ocasión para plantear el atraso de obras por más de 300 millones de pesos prometidas por la Nación a Córdoba, luego de pedir audiencia durante seis meses.

Sobre el acuerdo, la secretaria de Ambiente del municipio, Gabriela Faustinelli, explicó que se acordó un plazo de 18 meses para la relocalización y traslado de la planta, con el compromiso de Dioxitek de presentar informes trimestrales sobre el avance del proceso. Agregó que está prevista una prórroga por seis meses en caso de que se evalúe necesaria.

El convenio también permitirá a Dioxitek levantar la clausura y volver a elaborar el dióxido de uranio. “El convenio se remite a la Justicia Administrativa de Faltas para que siga con la causa, y la planta tiene que cumplir con toda la normativa de higiene y seguridad”, indicó la funcionaria.

“La clausura se va a levantar siempre y cuando haya cumplimiento de la norma. Entiendo que los puntos que se habían marcado se están cumplimentando, y no habría motivos para seguir con la medida”, agregó.

Sobre el destino que tendrá la planta y los tiempos de construcción, Faustinelli consideró “prudencial” el plazo asignado. “Si ellos asumieron este compromiso, es porque pueden cumplirlo”, dijo la titular de Ambiente.

La última alternativa que se conoció era La Rioja, pero habían surgido fuertes oposiciones a la radicación.

Este diario intentó contactarse con autoridades de Dioxitek, pero no hubo respuesta. Desde que se inició el conflicto por la clausura, la firma estatal se negó a brindar información al respecto.

Remediación. El acuerdo también incluye la remediación del predio en el que hay enterradas 57.600 toneladas de residuos de colas de uranio. “Se asume el compromiso de iniciar la tarea de evaluación de alternativas, impacto ambiental, y después una planificación a largo plazo con controles a lo largo de 20 años, una vez que se elija cuál es la técnica más apropiada”, indicó Faustinelli.

Según el municipio, la CNEA se comprometió a materializar el Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio (Pramu) –que había sido anunciado en 2005– financiado por el Banco Mundial. Allí está incluida la planta de Alta Córdoba y la mina de uranio de Los Gigantes.

El conflicto

1982. Comienza a funcionar la planta de dióxido de uranio en Alta Córdoba.
1985. Sancionan ordenanza que prohíbe este tipo de fábricas en el ejido municipal.
1994. La Municipalidad pide la relocalización de la planta.
1995. Se acuerda el traslado. Se menciona Falda de Carmen como destino probable.
1997. Se anuncia que la planta se trasladará en 1999, a Despeñaderos.
2004. Se intenta un traslado a San Rafael (Mendoza).
2006. Se anuncia que la Nación relocalizará Dioxitek.
2007. Se firma convenio con la UTN para elegir un lugar de relocalización antes de 2011.
2012. Se cierra la planta.

Puntos de vista

Carmen Tallo (Vecina). "Vivo en el barrio desde 1955 y, para mí, Dioxitek es una empresa como cualquiera. Los olores que había no me molestan”.

Ángel Costero (Vecino). “Es perjudicial que siga funcionando la planta. El fuerte olor a amoníaco que sale a la tardecita genera problemas respiratorios”.

Enrique Bello (Vecino). “Años atrás me irritaba los ojos el olor a amoníaco que salía de la planta. Luego no tuve problemas. Creo que debería seguir operando”.

Johana Juliel (Vecina). “Muchos vecinos se quejan de Dioxitek. Es increíble que la tengamos en el barrio un año y pico más. A mi hijo le suele dar asma”.

Los vecinos, entre dos temores

por Diego Marconetti

Si uno visita la zona que rodea a la planta de Dioxitek de Alta Córdoba, podrá encontrar dos temores comunes entre los vecinos. El primero es sobre los efectos que pueda llegar a tener la fabricación de dióxido de uranio a pocos metros de sus casas, y el segundo sobre el futuro que le puede esperar al predio donde se encuentra la fábrica.

Si bien no hay estudios epidemiológicos que demuestren un efecto real de la actividad sobre la salud de los pobladores, muchos vecinos asocian casos de cáncer a la “Atómica”. Es común encontrar a una persona que asegure que algún vecino padece esa enfermedad, y que la relacione directamente con Dioxitek.

El otro temor también es generalizado, y lo sostienen incluso en instituciones vecinales de la zona. Creen que si la firma abandona el predio, será ocupado por una urbanización precaria.

Desde la Municipalidad aseguran que el lugar se monitoreará por al menos 20 años. Sucede que allí está el famoso “chichón”, donde están enterradas sin ningún tipo de tratamiento ni cuidado especial 57.600 toneladas de colas de uranio. Desde la CNEA siempre se aseguró que son inocuas, pero agrupaciones ambientalistas sostienen que sí hay radiactividad.

Además, en Córdoba hay un ejemplo de un asentamiento sobre un terreno ambientalmente afectado. El barrio Nuestro Hogar IV, en el extremo sur de la ciudad, se erige sobre un antiguo basural en el que hay todo tipo de residuos, incluso hospitalarios.

56 mil toneladas de residuos de baja radiactividad

El material depositado en el “chichón” es tóxico en contacto directo con el organismo, por lo que debe aislarse el sitio.

El depósito de la planta de Dioxitek contiene 56 mil toneladas de materiales con radiactividad baja. Esto significa que no tienen efectos al contacto con la piel, pero sí son peligrosos si se absorben por las vías respiratorias o por la digestiva.

Se diferencia de la radiación que puede emitir una central nuclear dañada, la cual recorre largas distancias, y el sitio contaminado por esta debe aislarse con hormigón y plomo. La radiación puede dañar el ADN y terminar en un cáncer.

A su vez, fueron detectados niveles de metales pesados por encima de los valores guías para calidad de suelo que fija la Ley Nacional de Residuos Peligrosos, 24.051.

Los expertos coinciden en que no hay que mudar los residuos, sino contenerlos en el lugar y evitar así el transporte, una instancia crítica y complicada desde la logística.

El objetivo de la remediación debe ser evitar que estos materiales entren en contacto con el agua subterránea y el viento.

Fuentes:
Quinta promesa de erradicar Dioxitek de Alta Córdoba, 08/11/12, La Voz del Interior.
Los vecinos, entre dos temores, 08/11/12, La Voz del Interior.
56 mil toneladas de residuos de baja radiactividad, 08/11/12, La Voz del Interior.

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