jueves, 25 de octubre de 2012

Electrónica y derechos humanos


por Antonio Elio Brailovsky

Aquellas personas que hayan asistido a mis cursos saben que es bueno desconfiar de los mensajes que recibimos con respecto al tema residuos. Lo habitual es que se culpe al consumidor del exceso de basura de nuestras ciudades y se proponga como única solución una conducta ciudadana de reducir, reutilizar y reciclar.

Todo esto es bueno, pero deja afuera la responsabilidad de las grandes empresas que fabrican los mismos productos que terminan rápidamente en la basura. Es sugestivo que casi todo lo que sabemos de esos productos es a través de las mismas empresas que nos los venden. ¿No querrán ocultarnos algo? ¿No sería bueno buscar otras fuentes de información, por fuera de la industria electrónica?

Estas empresas tienen una estrategia que llamamos de obsolescencia programada, que consiste en diseñar productos cuya vida útil sea lo más breve posible. Finalmente, nos hicieron creer que ésa es la única posibilidad de satisfacer nuestras necesidades.

A veces sentimos voces que llaman la atención sobre la basura electrónica y nos señalan la cantidad de toneladas de residuos peligrosos en que se transforman los productos que usamos y tiramos.

En esta entrega quiero invitarlos a reflexionar sobre el otro extremo de esa misma cadena productiva. Para producir computadoras, teléfonos celulares y otros objetos que pronto terminarán en la basura se necesita utilizar una enorme cantidad de recursos naturales, algunos de ellos estratégicos.

El coltán es un mineral escaso, muy utilizado por las empresas que fabrican estos mismos productos electrónicos a través de los cuales nos estamos comunicando ahora.

Existe una fuerte competencia entre esas empresas para obtenerlo, y en este momento, su mejor proveedor es el mercado negro. Como ha ocurrido a lo largo de toda la historia humana, nadie pregunta demasiado cómo se obtienen las materias primas que va a utilizar. El coltán está en el origen de varias de las guerras tribales de África. Hay explotaciones clandestinas de coltán en varios países latinoamericanos, que se realizan en condiciones brutales sobre las comunidades afectadas y su ambiente.

Las autoridades colombianas acaban de decomisar un cargamento ilegal de esta sustancia. Lo que encontraron fue una historia de sordidez que contrasta con el mensaje de felicidad que nos transmite la publicidad de las mismas empresas que la utilizan, escondiendo de dónde la obtienen y en qué condiciones sociales y ambientales se hace la explotación de ese recurso.

Detrás de esta historia hay comunidades indígenas esclavizadas, crímenes en la selva, contaminación de cursos de agua utilizados para beber por el uso de sustancias de alta toxicidad. Los inversores que ofrecen coltán a los fabricantes de esta computadora son los mismos grupos de la violencia organizada de Colombia: la guerrilla de las FARC y las Bandas Criminales Emergentes (conocidas como BACRIM), que son grupos mafiosos con conexión con los paramilitares y los narcos locales. A ellos se agregan los narcos del cartel mexicano de Sinaloa, que, además de obtener ganancias extraordinarias, utilizan este mecanismo para blanquear los dineros de la droga.

En esta entrega, ustedes reciben:
  1. Un informe periodístico publicado por el diario Nuevo Siglo, de Bogotá, el 7 de octubre de 2012, sobre la trama siniestra que existe detrás de estos productos que se nos presentan como tan amigables con el usuario.
  2. El recordatorio de mi libro "Buenos Aires, ciudad inundable", una historia ecológica de las inundaciones en dicha ciudad, que muestra el proceso de construcción social de los desastres ambientales. Aquellas personas a las que les interese adquirirlo, pueden comunicarse con el editor en los correos electrónicos: rivas@kaicron.com.ar y kaicron@kaicron.com.ar
  3. La obra de arte que acompaña esta entrega es "Mineros en busca de la libertad", un mural del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. Se encuentra en la Capilla del Hombre, en Quito, forma parte de un enorme proyecto artístico para mostrar el dolor humano y muestra situaciones como las que describe la investigación periodística que acompañamos.

Un gran abrazo a todos.

Antonio Elio Brailovsky

Alianza para explotación ilegal del coltán

Nuevo Siglo, Bogotá, Octubre 7, 2012

El gobernador del Vaupés, Roberto Jaramillo García, afirmó que personas inescrupulosas se aprovechan de las necesidades de los aborígenes.

El hallazgo de un cargamento de contrabando de 17 toneladas del llamado oro azul, avaluado en más de 1.200 millones de pesos, prendió las alarmas por la importancia de este mineral y la explotación ilegal de la que está siendo objeto por parte de carteles del narcotráfico, los grupos guerrilleros y las Bacrim.

Las 17 toneladas de coltán que contrabandistas pretendían sacar del país, estaban ocultas en un resguardo indígena en el departamento del Vaupés. Sin embargo, lo que más llamó la atención de las autoridades fue la participación del cartel de Sinaloa, México, dedicado al narcotráfico, en el mismo.

El director de la Policía, general José Roberto León Riaño, afirmó que el mineral, al parecer, es extraído por indígenas de la región, campesinos y colonos, que lo venden a precios irrisorios a bandas de contrabandistas, a narcotraficantes, a las FARC y a las llamadas BACRIM.

El general León Riaño dijo que los contrabandistas pagan precios irrisorios a los labriegos e indígenas, que van desde los cinco o diez dólares por kilo del mineral, cuando en los mercados negros internacionales ese volumen tiene un precio entre los 80 y los 100 dólares.

El oficial precisó que existen varias rutas, entre ellas Brasil, para sacar el producto del país a los mercados negros y sus destinos son Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Kazajstán y Corea, entre otros.

León Riaño explicó que en enero de 2010 en el Guainía, la Policía decomisó 17.082 kilogramos de coltán, siendo la mayor confiscación hasta ahora en el país.

“La lucha del Gobierno nacional contra la delincuencia tiene que ver con la incautación de 17 toneladas de coltán, la cual se llevó a cabo en Mitú, en el departamento del Vaupés, en un resguardo indígena. Allí tuvimos la cooperación del Ejército. Se puede decir que es la segunda incautación más grande en la historia de la lucha contra la minería ilegal en Colombia”, precisó.

León Riaño afirmó en diálogo con El Nuevo Siglo que en lo corrido del presente año, la Policía “ha realizado más de 105 operaciones contra la minería ilegal y de igual manera se han capturado más de 1.460 personas que quedaron a disposición de jueces con funciones de Control de Garantías y de la Fiscalía General de la Nación para que les fuera definida su situación jurídica”.

Manifestó el oficial que “el modus operandi de las redes de contrabandistas consiste casi que en una forma de esclavitud, donde pagan a las personas que sacan ese mineral de los ríos y yacimientos, aproximadamente, diez dólares por kilo, mientras que en el mercado internacional se vende entre ochenta y cien dólares e incluso a más precio”.

Denunció el Director de la Policía que en “el departamento del Vaupés se recogieron testimonios importantes que permiten hablar de una alianza criminal entre carteles del narcotráfico de México y los grupos armados ilegales colombianos con el fin de explotar este mineral”.

Reiteró que “el trabajo nuestro consiste en buscar elementos de prueba que permitan tener información que confirme este versión hallada inicialmente en esta operación”.

León Riaño explicó que “están apareciendo como dos aliados, especialmente, para la explotación de la minería ilegal y en el caso del coltán reflejan los distintos correos hallados en diferentes dispositivos de las FARC que hay un interés mercado por esta explotación ilegal en zonas de reserva indígena”.

Aprovechan la necesidad
Por su parte, el gobernador del Vaupés, sacerdote Roberto Jaramillo García, afirmó que personas inescrupulosas que ingresan a los resguardos indígenas y a la selva, se aprovechan de las necesidades de los aborígenes, de los campesinos y colonos, para comprarles por cualquier dinero el coltán.

El mandatario explicó que además “muchas personas ingresan a los resguardos y zonas mineras con documentos ilegales y se presentan ante las comunidades como representantes de una empresa legal y nunca dicen la verdad a los ciudadanos, llegan directamente a donde se encuentra el coltán y contactan a los indígenas y ciudadanos para que lleven a cabo la extracción”.

Explicó que recientemente la Policía y el Ejército decomisaron 17 toneladas de coltán en el Vaupés porque había sido extraído ilegalmente y ya se adelantaban unas investigaciones para establecer quienes están detrás de este proceso ilegal.

Hasta el momento no se sabe que exista un precio exacto por la libra o por el kilo del mineral. Los compradores o personas que aparecen con documentos falsos, pagan cualquier cosa. Hasta el momento no tengo una información oficial al respecto y tampoco he podido hablar con esas personas, solo tengo rumores que les pagan a los indígenas, campesinos y colonos entre cinco y diez dólares por cada kilo del oro azul, insistió.

Reiteró que “lo cierto es que se está investigando para establecer quién o quiénes son las personas que están promoviendo la explotación ilegal del coltán, pero hasta el momento no hay identificados que nos permitan hacer sindicaciones directas”.

El mandatario Jaramillo García aseguró que “se puede decir que no hay controles por los corredores que utilizan los compradores del mineral, debido a las difíciles condiciones del clima, la topografía y la vegetación o selva. Hasta el momento las autoridades están adoptando una serie de medidas especiales, precisamente, para evitar la actividad de la minería ilegal”.

Explicó que ante la presencia de personas ajenas al departamento y en especial en los resguardos indígenas y zonas protegidas, se llevó a cabo un convenio con el Gobierno nacional y las autoridades para que se investigue todo lo que está ocurriendo con la explotación ilegal del coltán y quiénes son sus promotores.

Acotó que “en los últimos dos años personas con documentos falsos estuvieron sacando en forma clandestina el mineral, pero ya las autoridades, como le digo, están investigando”.

Agregó que “estoy hablando de personas naturales que no tienen ningún título y que no tienen documentos legales ante el Ministerio de Minas y Energía y son los que aparecen en las regiones donde los indígenas, campesinos y colonos encuentran el mineral para comprarlo a precios irrisorios, con los daños al ecosistema por la explotación ilegal”.

Gran demanda
El ministro de Tecnología de la Información y las Comunicaciones, TIC, Diego Molano, dijo que tras los hallazgos de coltán en suelo colombiano, podría generarse una gran demanda de compañías internacionales, pero advirtió que es necesario contar con una verdadera política de protección del medio ambiente y aprender a reciclar.

“Los hallazgos de coltán en Colombia los conoce el Ministerio de Minas y Energía que lleva a cabo un completo y detallado análisis sobre ese mineral para adoptar las medidas correspondientes de ley”, precisó el funcionario gubernamental.

Sin embargo, explicó que “efectivamente existen en estos modernos mundos tecnológicos nuevos materiales interesantes y hay compañías que han venido a Colombia a explorar para analizar esos hallazgos, pues esos minerales son utilizados para la construcción de los chips que tienen todos los aparatos electrónicos y lo que tienen los microprocesadores, que son circuitos integrados y si encontramos ese mineral en suelo colombiano, entonces habrá una gran demanda de estos materiales”.

“Hay que pensar en estos hallazgos como una fuente de ingreso, pero también es necesario tener en cuenta un factor muy importante y es el reciclaje de todos estos aparatos como los celulares y en general los electrónicos que llevan este mineral, porque en el solo caso de Colombia, un ciudadano cambia de celular en promedio una vez cada dos años”, precisó el ministro Diego Molano.

Agregó el ministro Molano, que es necesario tener en Colombia “toda una serie de mecanismos para separar las partes y digamos volver a usar algunos equipos y a otros separar las partes para reciclar, precisamente, aquellos que traen el coltán”.

Vena abierta
Mientras tanto, el consultor en seguridad y defensa y analista internacional, coronel en retiro del Ejército, John Marulanda, urgió al Gobierno nacional legislar y regular la explotación del coltán en Colombia, pues en estos momentos lo extraen los carteles del narcotráfico, las bandas emergentes al servicio del narcotráfico y las FARC, además de traficantes nacionales e internacionales.

“Colombia no ha regulado la explotación del mineral y su explotación es irregular por quienes tienen unas áreas autorizadas por el gobierno nacional para explotar otros materiales, están buscando coltán, mineral que sale ilegalmente del país para ser consumido por las grandes industrias del mundo”, explicó.

El analista Marulanda explicó que “en esta explotación ilegal están metidas las FARC, especialmente, el frente 16. Las FARC están adquiriendo multimillonarios recursos con la minería ilegal y ahora con el coltán, especialmente, en territorios que no están bien controlados por la Fuerza Pública.

Urgió al Gobierno nacional regular la explotación de este mineral que es perseguido por las grandes industrias por su versatilidad y propiedades para todos los aparatos electrónicos, la industria aeronáutica e incluso para la fabricación de misiles y que se ejerza un estricto control en los yacimientos y se evite por todos los medios posibles que este producto caiga en las manos de los traficantes, guerrilleros, delincuentes comunes y narcotraficantes.

“El cartel de Sinaloa mexicano tiene muchos nexos con los carteles y redes del narcotráfico en Colombia y con las FARC y a través del coltán que sale ilegalmente del país, buscan legalizar sus dineros producto de las actividades de la venta de clorhidrato de cocaína y heroína, entre otras drogas”, precisó.

“Los delincuentes lavan multimillonarias sumas de dinero con la venta de este mineral a las empresas multinacionales que necesitan el coltán porque es un material estratégico para el desarrollo de la tecnología de punta, especialmente, en celulares, computadores, microprocesadores, armas espaciales y misiles, entre otros empleos conocidos”, afirmó.

Aseguró que “el tráfico del coltán es una vena abierta que tiene Colombia, que le permite lavar mucho dinero al narcotráfico y financiar actividades y adquirir armas a las FARC”.

De otro lado, Marulanda explicó que “los indígenas han venido siendo explotados, manipulados y esclavizados por los traficantes del coltán que les pagan escasas y exiguas sumas de dinero por el mineral”.

“Tengo conocimiento de que hay varias denuncias sobre los padecimientos y procesos de esclavización que afrontan niños, hombres y mujeres de las comunidades indígenas, campesinos y colonos por parte de estas redes que aprovechan sus necesidades para pagarles cualquier peso por el coltán”, señaló.

“Los traficantes utilizan en forma inmisericorde a estas comunidades indígenas, pero todo esto ocurre porque no hay una presencia efectiva del Gobierno nacional y tampoco hay un efectivo control sobre esos territorios y zonas donde se encuentran estos mineros”, aseguró.

Afirmó que “la principal responsabilidad sobre la manera inhumana en que son tratadas estas comunidades y ciudadanos, recae directamente al Gobierno nacional.

Pero, advirtió, que es necesario que se tomen cartas en el asunto, pues podría generarse una oleada de violencia en esas regiones del oro azul por eventuales enfrentamientos entre los traficantes por las zonas de frontera con Venezuela y con Brasil.

Manifestó que el Gobierno nacional debe direccionar un exigente trabajo para establecer los lugares exactos de los yacimientos del mineral para ejercer un estricto control territorial efectivo.

“Las FARC, las Bacrim y los narcotraficantes se vienen posicionando en estas regiones y en las zonas de frontera con Brasil, Venezuela, Ecuador y con Perú, precisamente, porque no hay un control efectivo de la Fuerza Pública, lo que permite la explotación ilegal del coltán y otros minerales que van directamente a fortalecer sus arcas”, indicó

“Tampoco se puede olvidar la frontera con Panamá que es una ruta de narcotráfico, tráfico de armas, trafico de personas y porqué no decirlo, también podría ser una ruta para sacar ilegalmente el coltán. Por esta razón insisto en que el Gobierno nacional debe ejercer un estricto control territorial en los yacimientos de esos ricos recursos que generarían, sin lugar a dudas, importantes recursos económicos para el país”, agregó el consultor en seguridad y defensa y analista internacional, coronel en retiro del Ejército, John Marulanda, en su diálogo con El Nuevo Siglo.

Países que lo producen
Los últimos informes científicos registran que hasta hace pocos meses en solo nueve países se habían encontrado importantes yacimientos de coltán: Congo, Australia, Tailandia, Brasil, Canadá, Egipto, Sudáfrica, Nigeria y Malasia.

Pero, recientemente, se registraron importantes hallazgos en el sur de la Orinoquía venezolana y con el decomiso de las 17 toneladas en Puerto Inírida, Guainía y en Mitú, Vaupés, se conoció que existía este mineral en Colombia y en la República Bolivariana de Venezuela.

También se habla que estas minas de coltán se encuentran en los departamentos del Vichada y Guaviare.

Ahora, se habla de importantes hallazgos del mineral o el llamado oro azul en el altiplano boliviano.

El gobierno del presidente Hugo Chávez una vez tuvo conocimiento de los yacimientos de coltán en la Orinoquia venezolana, ordenó su militarización en un esfuerzo para evitar la explotación ilícita y para evitar el contrabando y la acción de grupos armados al margen de la ley y por supuesto la generación de violencia.

De acuerdo con los analistas internacionales, el 80 % de las reservas mundiales de coltán se encuentran en la República Democrática de Congo, mientras que Australia sólo posee un 10 y Tailandia, Brasil, Venezuela y Colombia, un 5 %.

Los consultores en materia de seguridad y analistas políticos temen que si el Gobierno nacional no toma urgentes medidas y reglamenta la explotación del mineral, podría desatarse una escalada de violencia sin precedentes, tal y como ocurre con el Congo debido a las llamadas “primera y segunda guerra” que deja miles de muertos, lo que la convierte en el conflicto con mayor cantidad de víctimas fatales desde la Segunda Guerra Mundial.

En Venezuela
El gobierno del presidente Chávez afirma que las reservas del coltán valdrían más de cien mil millones de dólares, en una estimación “muy preliminar”.

El mandatario del vecino país manifestó en que “pudiéramos tener una gigantesca reserva. El oro azul, lo llaman”.

Chávez indicó en que el mineral en mención ha causado varias guerras en África.

Agregó que el kilo de coltán se comercializa a 500 dólares y es extraído ilegalmente desde hace unos seis años en las llanuras y territorios selváticos de los estados de Bolívar y Amazonía, en el sur del país.

Agregó que unos cuatro mil hombres del Ejército Nacional trabajan en la zona de las primeras reservas del oro azul con el objetivo de erradicar su explotación ilegal y evitar un desangre a la economía venezolana.

En Colombia
Mientras tanto en Colombia los expertos señalan que posee reservas internacionales por el orden del cinco por ciento, pero hasta el momento no hay una información oficial sobre el llamado oro azul.

“No hay estudios científicos que corroboren esas reservas y solo se conoce por información de indígenas, campesinos y colonos que existen yacimientos de coltán en los departamentos del Vaupés, Guaviare, Guainía y Vichada. También se cree en otras regiones del país existen yacimientos del mineral”, dicen los expertos.

Los analistas afirman que tampoco se conocen estudios sobre este mineral por parte del Ministerio de Minas y Energía ni de Ingeominas sobre la prospección sobre las reservas del coltán y tampoco se conocen normas que regulen su explotación.

Hasta el momento la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación vienen trabajando muy fuerte para enfrentar el flagelo de la minería ilegal, especialmente, del coltán.

El comercio clandestino apenas conocido y que tiene su origen en las estribaciones de los departamentos en mención donde las minas improvisadas arrojan miles de kilos de un mineral nuevo llamado oro azul o coltán que es vendido clandestinamente a los mercados internacionales.

¿Para qué sirve?
El nombre del coltán proviene de la abreviatura de columbita, de la que se obtiene columbio o niobio y de tantalita, de la que se adquiere tantalio y debido a sus propiedades especificas de ser un superconductor de carácter ultra- refractario, soporta temperaturas mayores a los tres mil grados, almacena carga eléctrica en forma temporal para liberarla cuando es necesario.

También el coltán es de alta resistencia a la corrosión y a la alteración y es una pieza fundamental para los procesos de miniaturización, característica de los dispositivos electrónicos actuales y la tecnología de punta en materia aeroespacial y en la fabricación de misiles.

El oro azul está considerado como un recurso no renovable altamente estratégico, que al igual a los hidrocarburos, no abundan en toda la corteza terrestre y es utilizado en la industria de los teléfonos celulares, consolas de videojuegos, reproductores de DVD, televisores de plasma, computadoras personales, la industria aeroespacial, en las centrales atómicas y en las fabricas de condensadores entre otros avances y nuevas tecnologías.

El coltán es considerado por las grandes industrias como el mineral del futuro y el nombre de este mineral retumba en las multinacionales más poderosas y podría decirse que estremece al mundo entero, porque enriquece el futuro de las comunicaciones.

Pero también desató una guerra en el Congo con miles de muertos y por su alto valor aparecieron redes de contrabandistas y la participación del narcotráfico para blanquear sus dineros producto de la venta de clorhidrato de cocaína, base de coca, marihuana y drogas sintéticas.

Y, en el caso colombiano se registra la participación del frente 16 de las FARC en el tráfico del coltán para adquirir material de guerra, pero también apareció la mafia mexicana con las llamadas bandas criminales al servicio del narcotráfico, además de la delincuencia común.

¿Cómo se extrae?
El coltán es extraído a través de procesos primitivos similares a los del oro en minas artesanales.

En los yacimientos trabajan hombres, mujeres y niños excavando grandes agujeros en hileras para sacar el mineral del subsuelo y luego lavan el lodo.

“Se busca que el metal se deposite en el fondo de la batea o plato debido a su alto peso”, precisó el minero Mariano Díaz.

Explicó que un indígena, un campesino o un colono, trabaja muchas horas al día para encontrar el mineral.

Insistió en que es un trabajo extenuante y que trae muchas enfermedades por la exposición con aguas contaminadas y por el deterioro del medio ambiente.

Explicó que no solo por la búsqueda del coltán el deterioro del medio ambiente generado por toda la minería en el cuarto país con más biodiversidad del mundo ya es evidente, pues en muchos casos para la explotación del oro, suelen utilizarse productos altamente tóxicos como el cianuro que causa graves daños a la tierra y las fuentes hídricas y por ende impide la vida de las comunidades habitantes.

El coltán es un mineral que se ha descubierto en muy pocos países y de un alto valor.

Un cargamento de 17 toneladas del llamado oro azul, fue decomisado en el departamento de Mitú.

Fuente:
Antonio Elio Brailovsky, Electrónica y derechos humanos, Ambiente Académico.

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