En Tribunales II, la mañana del 12 de junio, arrancó con las declaraciones de Marcela Anahí Ferreyra y Pablo Vargas, ambos vecinos de barrio Ituzaingó.
La voz de los vecinos
El segundo día del juicio comenzó con una solicitud de la Fiscalía que solicitaba el rechazo de las muestras tomadas el 8 de mayo del 2011 por considerarlas no pertinentes ya que fueron tomadas 8 años luego de los hechos, lo que solicitaban era que no se incorporasen como pruebas. La querella, por su parte, solicitó que se acepte el informe, que ya que afirmaron que la prueba era válida. Finalmente el Tribunal decidió aceptar el informe, determinando que luego las partes realicen una valoración del mismo.
El testimonio de Marcela Anahí Ferreyra fue el que inició una seguidilla de cuatro declaraciones que se conocerían en el transcurso de la jornada.
Marcela Ferryra: “yo, lo único que se es que, mas allá de todo, la contaminación existe”.
Al preguntarle a cerca del modo de fumigación de ese día del 2004, la Señora Ferreyra responde que era con avionetas y que lo vieron de forma conjunta con Sofía (Gatica). La testigo afirmó que vive a una cuadra de las plantaciones y que, según sabía, el campo pertenecía al señor Parra.
Luego, describió los malestares físicos que le provocaban, los mareos, productos del agroquímicos con los que se fumigaba. Describió la avioneta como la recordaba, dijo que era de color naranja y blanco y que sobrevolaba la zona bajo.
Marcela, contó al Tribunal que tiene una hija de 10 años y un varón fallecido en el 2004 por malformaciones en la cara y en las manos. “Le faltaba el diafragma, sus pulmones no podían desarrollarse, lo mismo que el corazón, nació sin vida”, relató. Cuando le inquirieron a cerca del lugar donde fue asistido, ella afirmó que fue en el Hospital Neonatal pero que no recordaba el nombre del médico ya que ella, durante el embarazo, se había hecho atender en el barrio.
El fiscal Marcelo Novillo le preguntó si le habían dicho por qué nació así y ella respondió, “Me dijeron de todo, nada de lo ambiental. Lo que más me costó fue sacar la historia clínica de mi hijo del Neonatal”, entonces ella mostró la historia clínica y las radiografías.
Seguidamente, se le dio el lugar a la defensa, el doctor Juan Manuel Araoz repreguntó y volvió sobre las declaraciones de Ferreyra. Además, le consultó sobre la red de agua potable y si sabía que se había cambiado y porqué se había dado dicho cambio. Ella, explicó que se debió a que el agua “era intomable” y que, por ese entonces, le había realizado los análisis, entonces el doctor Araoz le repregunta si recuerda los resultados y ella dice que sí que “tenía metales pesados y agroquímicos” aseveró.
La preguntas sobre el cambio a la red de agua potable, el PCB en los transformadores de EPEC y los cables de alta tensión fue reiterada a cada uno de los testigos. Aunque en ningún momento aclara el motivo que moviliza dichas preguntas, se sobreentiende que su estrategia supone relacionar las enfermedades y diferentes patologías con otros factores externos y no sólo con los agrotóxicos.
Por último, el presidente del tribunal, le leyó a Marcela Ferreyra su testimonio de la denuncia del año 2004. Allí, la testigo afirma haber visto una camioneta (mosquito). Entonces, le preguntan si se da cuenta de que la declaración es diferente, ella responde afirmativamente y explica que estaba convencida de que era una avioneta. Luego agrega “yo, lo único que se es que, mas allá de todo, la contaminación existe”.
La declaración llega a su fin con una pregunta de la integrante del tribunal la doctora Susana Cordi Moreno quien consultó a la testigo si sabía de otros casos de niños que hayan nacido con el mismo problema del suyo a lo que ella responde: “sí, después de mi caso comenzamos a averiguar y supimos de otros casos como el de mi hijo”.
Una vez finalizado el relato de Marcela Ferreyra, se retira del estrado y se dirige a una silla en la sala, allí, rompe en llanto y el presidente del Tribunal, le dice que si no se siente bien, puede retirarse. Ella se levanta y sale de la sala. A lo largo de toda la declaración se nota el nerviosismo de la Marcela que quizá, se fue agravando por la tenso de la situación.
El segundo testigo que es llamado por el Tribunal es Pablo Vargas, otro vecino de barrio Ituzaingó, quien habría presenciado las fumigaciones del año 2004.
Pablo Vargas: “Cuando se empezaron a hacer públicas estas cosas, se empieza a fumigar por la noche, a escondidas”
Pablo Vargas vive en barrio Ituzaingó desde que tiene 4 años de edad. En la actualidad tiene 36. Pablo es hijo de Norma del Valle Herrera, una de las madres de Ituzaingó, propulsora de este juicio y de esta lucha, y ahora se encuentra en Tribunales II presto a dar declaración en el juicio a las fumigaciones con agrotóxicos.
Al comenzar su declaración, el Fiscal de Acusación de la Cámara Primera del Crimen, Marcelo Novillo, le preguntó si recuerda uno de los hechos de fumigación que se investiga en la causa y que ocurrió el día 11 de febrero del 2004.
El señor Vargas, resuelto a la hora de dar declaración (actitud que mantendrá a lo largo de toda la testificación) respondió: “Recuerdo que se hacían fumigaciones con camiones mosquitos por el día y cuando se empezaron a hacer públicas estas cosas, se empieza a fumigar por la noche, a escondidas. Yo saqué fotos. Se fumigaba en todo un campo que estaba separado del barrio por un alambrado. Antes de que existiera el alambrado se fumigaba hasta el borde de la calle, cerca de las casas. Cuando salió el tema de las fumigaciones se comienza a fumigar desde el alambrado para dentro. En el 2004 yo vivía a 50 metros del borde del campo. A la mañana, cuando me iba a trabajar se escuchaba que estaban fumigando y a la noche, cuando volvía, también. Y se decía que el campo era de un tal señor Parra”.
El Fiscal le solicitó a Pablo que señalara en el mapa donde vivía el 11 de febrero del 2004. En el lugar señalado por Vargas se realizó una marca y se la señaló con su nombre. Este procedimiento se realizó también con la declarante anterior Marcela Anahí Ferreyra y se realizará con la testigo posterior, Sofía Gatica.
A todos los testigos se les pedirá que señalen en donde vieron el camión mosquito realizando las fumigaciones. Pablo declara que “de la calle al alambrado habrán 200 metros , como mucho. Si fuese una foto anterior (la del mapa de la zona), veríamos que la plantación de soja llegaba hasta la calle pero como es una foto nueva no logró reconocer bien la zona. Antes había una canchita de fútbol que se fue arando y ahí se plantó soja”.
Un mapa confuso
Y en este punto es interesante detenernos ya que el mapa que se utiliza para que los testigos señalen los lugares del hecho es un mapa del 2011 que difiere bastante del mapa de la zona en el 2004, según afirman los testigos, al momento de tener que señalar algunos puntos allí. En la actualidad, existe un loteo que en el 2004 no estaba, entre otras variaciones en la geografía del lugar.
Este mapa actualizado, en el que se les pide a los declarantes que señalen su vivienda y los campos en los que veían los camiones mosquitos fumigando, los confunde, los desorienta y provoca malentendidos.
Vargas continuó con su relato contando que el día 11 de febrero del 2004 sacó fotos de la máquina mosquito que se encontraba fumigando y agrega que sacó esas fotos porque “la gente era muy incrédula, creía que no fumigaban más, por eso saqué las fotos. Cuando nos vieron, cerraron los aspersores y se fueron hacia la zona de los silos. Siempre llevaban los mosquitos a un galpón donde los escondían. Se iban y desaparecían”.
Pablo Vargas es químico, por lo tanto adució que “en esta situación particular, como químico, conozco bastante y noté que las fumigaciones generan un cierre en el pecho, como una continua agitación, una falta continua de aire. A esto lo vivíamos todos. Cada vez que se fumigaba, sí o sí, cierre de pecho. Yo fumo, así que asimilaba que mi acidez al cigarrillo, pero luego de averiguar la sintomatología de estas enfermedades, saqué conclusiones para mí. El olor que sentíamos es parecido al gamexane. La soja es un yuyo, el peor que puede haber y muy resistente. Se aguanta todo. Para matar todo lo que molesta a la soja se agregan agroquímicos muy fuertes: endosulfán y glifosato; y justamente, buscando en internet, vi varias sintomatologías y porqué se prohíben estos agroquímicos en lugares del primer mundo, y acá no. Así es que empiezo a interiorizarme”.
A continuación, se le dio lugar a la defensa y el doctor Juan Manuel Aráoz le preguntó al testigo si siempre sentía el mismo olor o había distintos olores en el barrio. Vargas contesta que casi siempre sentía olor a gamexane, que ese era el olor más fuerte pero que había otros.
Aráoz, además, preguntó si el testigo sabe si en la zona se fumigó con DDT o dimetril.
Vargas contestó que no lo sabia y agregó que “lamentablemente las empresas los usan y en esa época se usaban más y se utilizaban productos más agresivos. Después sacaron leyes que dicen que no se podría fumigar con eso… en esa época había menos controles”.
El presidente del Tribunal, el Juez Lorenzo Víctor Rodríguez pide a las partes y al testigo que se acerquen para ver las fotos que sacó Pablo Vargas en febrero del 2004.
El Fiscal de Instrucción, Carlos Matheu, preguntó si antes de que tome las fotos hubo análisis de la gente, a lo que Pablo Vargas contestó que en una ocasión, recuerda que fue la Municipalidad al barrio. Y agrega: “Mi madre es una de las madres de Ituzaingó (haciendo referencia a Norma del Valle Herrera). Hubo análisis de médicos”. La Fiscalía preguntó si conoce a alguno de los médicos que fueron aquella vez; Pablo afrimó que no los conoce.
En ese momento, la Fiscalía le recordó al señor Vargas de las declaraciones que realizó en el año 2004 acerca de vecinos que murieron de cáncer o de vecinos enfermos. Pablo dijo que “La mayoría eran leucemias. La mayoría también eran gastritis, alergias, asma, deformaciones en los fetos”.
Y agregó “Yo, por ejemplo, todos los días juego al fútbol, tengo una actividad física alta y todo el tiempo me encuentro sin aire, con arritmia, con palpitaciones; desde que vivo al frente del campo eso es lo que me sucede. Yo trataba de ser objetivo y no le daba bola a esas “viejas locas”, así les decía… y bueno, terminé diciendo “tenés razón mamá”. Ahora al subir las escaleras (de Tribunales II) me agité y tengo 26 años, no tengo 60. Mi estado físico no es óptimo”.
Además sostuvo que “los agroquímicos son absorbidos por la tierra. Todo lo que absorbió la tierra, hay que esperar muchos años para que deje de tener su poder agro tóxico. Yo vivo con temor porque van a pasar años para que estos contaminantes dejen de actuar. En las zonas en la que se sembró, usted va a ver que no hay un yuyo porque los agentes contaminantes ahí siguen actuando. Usted no ve vegetación en esas zonas, ve plantas áridas. En todos lados, cuando llueve, la tierra tiene abono o minerales, pero en este caso los contaminantes siguen actuando y allí no crece nada”.
El doctor Juan Manuel Aráoz de la defensa preguntó: “¿Estaba usted presente cuando hacen la denuncia?”
Vargas responde: “No, creo que no… las fotos que saqué son de la tarde”.
Aráoz continúa: “¿Por qué aporta las fotos 3 años después?” y el testigo contesta “Porque me las piden de acá del juicio, no sé quién estaba a cargo en ese momento, una chica me llamó”.
La defensa hizo una pregunta referida a la industria y sus consecuencias en la zona, Pablo responde que nunca vio industrias que depositaran desechos en el campo porque no hay industrias en barrio Ituizaingó. Se le interrogó acerca de la contaminación en el agua y vargas respondió que “se hace cambio a la red de agua cuando empiezan a aparecer agroquímicos en el agua, en ese momento se sacan muestras de agua, empiezan a seguir la red para atrás y encuentran que la tapa del tanque de agua de barrio Ituzaingó no tenía tapa; o sea que las fumigaciones aéreas contaminaban el agua de ese tanque. Y, por más que pongas una tapa, vas a seguir extrayendo el agua de la tierra que también está contaminada. En ese momento el centro vecinal negaba lo que pasaba en el barrio. La actitud de la municipalidad en el barrio cambió cuando vieron la gran cantidad de casos de cáncer”.
Casi llegando al final de las declaraciones del segundo testigo del día, intervino Carlos Hairaberdian, abogado defensor de Gabrielli, preguntándole a Vargas si logró establecer alguna causalidad entre los agroquímicos y las enfermedades que se padecen en la zona.
Pablo Vargas contestó afirmativamente, y agregó: “Hice pruebas del agua y tiene agro químicos. Yo siento que estamos en el tercer mundo”.
El abogado defensor se sorprendió de lo que afirmó el testigo y agregó: “Yo me siento un ciudadano del primero mundo en este país”.
Inmediatamente después de esta extraña intervención por parte del abogado defensor, la doctora Susana Cordi, integrante del Tribunal le preguntó a Vargas si conoce alguna investigación televisiva sobre las fumigaciones con agro tóxicos. Pablo dice que sí, pero que no recuerda ni los canales ni los programas que las realizaron.
Para finalizar, Hairaberdian exhibe al Tribunal una nota periodística del diario La Voz del Interior acerca de un investigador de CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba que investiga la soja y el glisofato y que regresa de Alemania a la Argentina. El abogado, sin dejar en claro la pertinencia de la nota en ese momento del juicio, dijo que este investigador viene a “apostar por la Argentina del futuro, la actual, no la de hace años y no trabaja para Monsanto”. A modo de remate, insistió “Ninguno de nosotros trabaja para Monsanto, ni defendemos sus intereses”.
El testimonio más esperado
“La denuncia fue el 11, los bidones los sacaron el día 12” recordó Sofía Gatica sobre la causa del 2004. La segunda jornada de audiencia estuvo caracterizada por relatos conmocionados de las víctimas directas, las oposiciones de la Defensa , y los cuestionamientos sobre las distancias de la fumigación. El Tribunal, pidió una inspección ocular en el territorio, como resultado de la confusión que produjo en los testigos el mapa actual del barrio que, según ellos mismos explicaron, no es el mismo que en 2004.
Las dos testimonios de la tarde declararon que la propiedad de donde vieron el avión fumigador era del acusado Francisco Rafael Parra. El Tribunal aceptó incorporar los últimos análisis de sangre realizados por la municipalidad de Córdoba como prueba de la causa.
A las 14:30 horas entra Sofia Gatica a la sala. “Hace un año y seis meses que no vivo en el barrio” declara y explica que fue por problemas de salud: “Mi hija tiene tres agroquímicos en sangre y yo decidí sacarla antes de que le pase lo que le paso a uno de mis hijos. Tengo una hija fallecida por malformación de riñón y he tenido serios problemas con el otro cuando era chico, a los 6 y a los 8, que se le paralizaba… los médicos decían que era un virus”. El relato de su experiencia personal prosigue: “Hay que estar ahí para ver como se van perdiendo la vida en el barrio. He visto morir y sufrir a muchos vecinos”.
La causa primera a la que hace referencia fue la presentada en el 2004. “Cerca de las 20 horas nos metimos con Marcela Ferreira y Norma Herrera al campo de soja y estaban fumigando con maquina mosquito. Fuimos buscar a los vecinos para que nos acompañara a hacer la denuncia. Fuimos a la Comisaria de Empalma con Marcela y con Victor Hugo Castagno” relata Sofia rememorando el día 11 de febrero cuando realiza la denuncia.
Prosigue: “La llamamos a Diana Raab de Ambiente de la Municipalidad para que nos acompañe. Ella va, nos tienen hasta la 1 y ahí denunciamos que se estaba violando la ordenanza que prohíbe las fumigaciones terrestres. Después nos vuelven a llamar para seguir declarando y nos dicen que iban a hacer un allanamiento en el campo y ahí sacaron bidones de agroquímicos. La denuncia fue el 11, los bidones los sacaron el día 12”. De esta manera, y luego de hacer la denuncia, la Policía allanó los galpones de Parra y encontró bidones con restos de pesticidas.
Demarcando el lugar
Sofía se levanta para marcar en el mapa la distancia donde ve la máquina mosquito. “Vivo acá en el pasaje, después del loteo y el alambrado con el campo atrás” afirma. Marca también el lugar donde “nos parábamos y frenábamos la máquina mosquito y nos insultaban” agrega la testigo.
- ¿Pero sabe de quién es esa máquina mosquito?, pregunta el Fiscal
Del señor Parra, responde Sofía contundente.
El Fiscal pide dejar constancia.
“En el 2004 se llegaba con la soja en general hasta la calle. Había un alambrado y alambre de protección. Más o menos camine dos cuadras a donde estaba el sembradío y la máquina. Cuando nos vio, no hizo nada. Siguió fumigando” afirma la testigo y agrega “Nosotros frenamos la máquina mosquito para que no fumigara mas. Una vez una vecina se tuvo que volver porque se descompuso… se te empieza a secar la garganta, la nariz y te arden los ojos”. Describe y aclara que “La máquina estaba siempre en el mimo campo”.
- ¿Le vieron arrojar la sustancia?
Si, es líquido… y abre una aletas, largas.
Cuando llega el momento de la Defensa , el doctor Araoz insiste en que la testigo no puede determinar la cantidad de metros y el alcance. Sofía intenta precisar “yo veo desde mi casa, vivo a 50 metros . Por eso es que sé tanto porque he vivido y esta ahí. Tenía que sacar a mis hijos de ahí porque se iban al campo a querer jugar”.
Ante estos pedidos, la Señora Gatica se levanta a ubicar los silos en el mapa, “es a la altura de los silos” remarca. Sin embargo, la referencia a diferentes años, la ubicación en metros del espacio y la situación de tensión en la sala espesan el recuerdo.
Debido a estas confusiones, desde el Tribunal se solicita la realización de una pericia ocular del territorio a determinar.
La avioneta amarilla
En la Causa del 2008 las denuncias no son por fumigaciones terrestres sino aéreas. Esa mañana del 1 de febrero de 2008 fumigaban con avionetas, una amarilla y una gris, aclaró Sofia. La amarilla bajaba sobre el campo de Parra, donde están los silos, y en el otro campo pegado.
Se constó en actas que en el 2008 no le tomó la patente pero, según ella explica, es la misma que vio antes. “Es amarillenta y anaranjada con franja azul” afirma.
“La primera vez que le tomé el número fue en el 2003. El número es LVAXC, y es el que volví a ver”. También recuerda que: “en el 2004 se presentó a mi casa una señora Juana Minuzzi que también había tomado el número de la avioneta. Era el mismo. Ella me dijo que era de camino a Capilla de los Remedios, me dijo que vivía a dos o tres casas de la del señor Parra”.
Ante las preguntas de la Querella , del doctor Martínez, fue describiendo el recorrido de la avioneta. Posteriormente, pide precisión por dónde daba la vuelta y Sofia aclara “Cuando el avión da la vuelta pasa por arriba del barrio”. Asimismo, remarca que los chicos del barrio solían jugar haciendo “chozas” de soja en el campo y ella solía ir a sacarlos del lugar. Incluso precisa que “en el campo de señor Parra al fondo hay una lagunita donde tiran los bidones vacios que acaban de usar”.
Las pruebas
El Fiscal Matheu, por su parte, interroga sobre cuántas personas del 2002 a la fecha se han enfermado. “Fueron 193 casos de cáncer en el estudio que hicimos con la gente de la Municipalidad hasta el 2010. Ahí estaba el doctor Barri. Hasta la fecha han fallecido muchas, no puedo decir datos pero si nombrar los de alrededor de mi casa” aclara la testigo. Con respecto al análisis de los últimos resultados informó que “los resultados los dieron la semana pasada, son de fines del año pasado. Me llamaron los vecinos contándome y preguntándome si estaba bien que tuvieran dos o tres agroquímicos en sangre”.
Ante la indagación sobre estos informes y las enfermedades en el barrio, parte de la Defensa representada por Hairabedian expresó que se opondría sistemáticamente a todas las intervenciones: “he seguido al Presidente y creo que esta desvirtuando el objeto de juicio y quiero adelantar que me voy a oponer en cada una de las oportunidades al objeto que tienen; si hubo o no fumigación en dos oportunidades, una en el 2004 y otra en el 2008. Me voy a oponer sistemáticamente”.
El Fiscal Novillo, por su parte, le responde que si bien las fechas no pueden coincidir, si lo hace la sustancia. De ahí, la pertinencia de las pruebas porque, como aclara el Fiscal, uno de los requisitos es que la contaminación es un modo peligroso para la salud. “Si la fumigación no lo fuera no existiría la figura” aclara.
Tras esta argumentación, el Tribunal acepta que se incorporen los informes de las muestras que les entregaron la semana anterior. Finalmente, Sofía Gatica agradeció al Tribunal y expresó: “Espero que consideren que somos seres humanos y velen por nosotros”.
Norma Herrera
Como segunda testigo de la tarde se presentó Norma Herrera. A las 16:23 horas, Norma explicó que fue en febrero de 2004 cuando “entramos con unos vecinos y estaban fumigando en el campo. Fuimos con Sofia Gatica y Marcela Ferreyra”. “Fue a la tarde” testifica.
“Estaba a una cuadra de donde estaban fumigando. Se siente un ardor en la nariz, en la garganta y la nariz. Todas las veces que fumigaban sentíamos lo mismo” recuerda y hace un silencio. “El hombre nos vio y siguió fumigando”, recuerda después.
“Tengo cinco hijos, una nena con leucemia y otro hijo de 21 años con agroquímicos en la sangre. Fue cuando le hicieron el primer estudio de los 30 chicos. Nunca fui al médico a hacerme nada, no sé si por temor”. Norma Herrera siguió en el barrio un tiempo más, hasta el 2006.
Llegado el momento del interrogatorio, cuando le preguntan si habia visto una avioneta, declara “creo que color verde”. Igualmente, unos minutos después, al solicitarle detalles aclara que “No puedo describir la avioneta porque ese tiempo me dedicaba más a la enfermedad de mi hija que a otra cosa”.
“¿Sabe de quién era la propiedad?” interroga la Fiscalía. “La tenía el señor Parra”, afirma
Antes de retirarse la testigo se conmociona pidiendo justicia; para su hija y para que los niños la tengan. Corriendo el torso hacia adelante, levanta despacio una foto de su hija.
Cerca de las 17 hs se cierra la audiencia hasta mañana a las 9.30. Está prevista la declaración de la doctora Inés Flamini y del doctor Eduardo Molina, integrantes del Upas 28; de Corina Barbosa, del grupo de madres del barrio, y de Vita Ayllón, denunciante por las malformaciones de su nieto.
Fuentes.
Juicio a la Fumigación, 13/06/12, Crónicas desde la audiencia /// 1a. parte:testimonios de vecinos/as. Consultado 13/06/12.
Juicio a la Fumigación, 13/06/12, Crónicas desde la audiencia /// 2da. parte: declararon dos vecinas, Sofía Gatica y Norma Herrera. Consultado 13/06/12.
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