La determinación de la empresa Colbún, que detenta el 49 % de las acciones del proyecto hidroeléctrico, podría conducir a la
paralización de la iniciativa, criticada por sus nocivos efectos sobre el
patrimonio natural de la
Patagonia chilena. Grupos ambientalistas aplaudieron la
decisión.
En una sorpresiva decisión, uno de los socios del
controvertido proyecto hidroeléctrico Hidroaysén, en la patagonia chilena,
resolvió aplazar el proyecto que había suscitado amplio rechazo por sus
posibles efectos en el medio ambiente.
La empresa Colbún, una de las dos que emprenderían el
gigantesco proyecto hidroeléctrico, es una de las que forman parte del poderoso
grupo chileno Matte, que tiene inversiones también en proyectos forestales y
plantas papeleras. Colbún y la italiana Endesa realizarían el proyecto que
construiría cinco centrales para generar 2.750 megavatios.
En una declaración, el grupo Matte -que controla a través de
Colbún 49 % de Hidroaysén- señaló que recomendó a su socio suspender el proceso
"mientras no exista una política energética nacional que cuente con un
amplio consenso".
El proyecto Hidroaysén tiene ya aprobación ambiental para la
construcción de las centrales -incluso ratificada por la Corte Suprema- pero
necesita también la aprobación ambiental para el levantamiento de las líneas de
transmisión, lo que ahora Colbún resolvió suspender. Las líneas de transmisión
cubrirían casi 2.000
kilómetros para conectar con el sistema eléctrico
central del país.
El proyecto Hidroaysén
La construcción del proyecto de 10.000 millones de dólares,
iniciado en 2006, contempla cinco centrales que inundarían regiones vírgenes de
la austral patagonia chilena, lo que suscitó masivas protestas de
ambientalistas y recursos judiciales que tuvieron parciales resultados.
Hasta ahora la empresa invirtió sólo en estudios ya que
mientras no contara con la aprobación de las líneas de transmisión no podía
iniciar la construcción de las cinco centrales.
La ambientalista Sara Larraín, directora de la organización
Chile Sustentable, dijo que "para nosotros es una buena noticia porque
permite que en el país el desarrollo eléctrico se haga con proyectos no
impuestos, sino consensuados".
Pero advirtió su preocupación porque el proyecto pudiera
llevarse a cabo de todos modos por la iniciativa legislativa del gobierno de
conceder vía rápida para concesiones eléctricas, lo que a su juicio "es un
traje a la medida para Hidroaysén".
Los sectores empresariales, en cambio, reaccionaron con
preocupación. "El país necesita de este tipo de proyectos para alcanzar el
desarrollo", manifestó Lorenzo Constans, presidente de la mayor
organización empresarial, la
Confederación de la Producción y el Comercio.
El ministro de Energía, Jorge Bunster, señaló que se trata
de una decisión de una empresa privada pero que "el país cuenta con una
institucionalidad en el sector eléctrico que le ha permitido a las más diversas
empresas llevar adelante sus proyectos de inversión".
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