La organización
ambientalista advirtió que la semilla transgénica resistente a la sequía y a
los suelos salitrosos desarrollada por la Universidad Nacional
del Litoral y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(CONICET) promoverá el desmonte de los últimos bosques chaqueños e impulsará la
expansión de la soja hacia nuevas regiones, como la Patagonia.
Las instituciones firmaron convenio con Bioceres, actual
licenciataria de la patente del gen HAHB-4, que se colocó en diferentes
cultivos como soja, trigo, maíz y alfalfa. La empresa firmó un acuerdo con la
norteamericana Arcadia Biosciences, que ayudará a introducir la semilla de soja
modificada genéticamente al mercado mundial.
“Si no se adopta una política que prohíba en forma total los
desmontes, esta semilla transgénica implicará el fin de los últimos bosques
nativos chaqueños, ya que permitiría realizar agricultura en zonas boscosas
donde llueve muy poco y que poseen suelos salitrosos. Además, fomentará la
sojización de nuevas regiones, como la Patagonia ”, advirtió Hernán Giardini, Coordinador
de la Campaña
de Bosques de Greenpeace.
Desde la década de 1990 Argentina sufre un fuerte impulso
hacia la deforestación, favorecido por la inversión en infraestructura, la
introducción de los transgénicos y la siembra directa, y el contexto
internacional, que generó uno de los procesos de transformación de bosques
nativos de mayores dimensiones en la historia del país. Según datos de la Secretaría de Ambiente
y Desarrollo Sustentable de la
Nación , entre 1998 y 2006 la superficie deforestada fue de 2.295.567 hectáreas ,
lo que equivale a más de 280.000 hectáreas por año, 1 hectárea cada dos
minutos.
“Los resultados de la expansión de la soja transgénica en
nuestro país están a la vista: la frontera agrícola avanzó sobre los bosques
nativos, se produjo una importante pérdida de biodiversidad, se desalojaron
miles de familias campesinas e indígenas, se concentró la tenencia de la
tierra, y aumentó exponencialmente el uso de agroquímicos provocando efectos
nocivos para la salud humana y el medio ambiente”, señaló Giardini.
El año pasado Greenpeace publicó un informe científico sobre
el herbicida glifosato, extensamente utilizado en Argentina para la producción
de soja transgénica. (1)
El informe advierte que la exposición de las personas al
glifosato ha sido vinculada a varios efectos crónicos: reproductivos, defectos
de nacimiento, neurológicos (incluso implicado en causar el mal de Parkinson),
cáncer y efectos agudos por el uso directo del producto por los agricultores o
por la exposición de los habitantes. Además, el informe señala la preocupación
de que los defectos congénitos experimentados por mujeres en Argentina y
Paraguay puedan ser consecuencia de su exposición al glifosato utilizado en
cultivos de soja y arroz transgénicos.
“El glifosato interactúa con la química y la biología del
suelo, provocando una serie de impactos que incluyen la reducción de la
nutrición de las plantas y el incremento su vulnerabilidad a las enfermedades.
El glifosato también puede lixiviarse hacia aguas superficiales y subterráneas,
donde puede dañar la vida silvestre y, posiblemente, terminar en el agua
potable. (…) El aumento de las malezas resistentes al glifosato está asociado a
los cultivos transgénicos, y la escalada en la “carrera armamentista” en contra
de estas malezas resistentes intensifica las preocupaciones de que aún más
glifosato sea utilizado en el futuro, en formulaciones más fuertes y
posiblemente con herbicidas adicionales. Esta faceta de los cultivos
transgénicos tolerantes a herbicidas debería ser suficiente para dar lugar a la
prohibición de su cultivo”, señala el informe.
Nota:
- Para leer el informe de Greepeace “Tolerancia a herbicidas y cultivos transgénicos. Por qué el mundo debería estar preparado para abandonar el glifosato", hacé click aquí.
Fuente:
Greenpeace, 29/02/12, Greenpeace advierte que la nueva soja resistente a la sequía implicará el fin de los bosques chaqueños.
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