Se conoció por estos días una gestión del Ente Regional de Municipios y Comunas del Noreste Cordobés (Eremnec) que pedirá la intervención del gobierno provincial para evitar que las obras hidráulicas que tiene planeadas la Provincia de Santiago del Estero sobre el río Dulce afecten el caudal de la laguna Mar Chiquita. Según ese informe, de llevarse a cabo la construcción de un dique en inmediaciones de Atamisqui y dos acueductos para proveer de agua al sur de Santiago del Estero y el norte de Santa Fe, se podría afectar seriamente el sistema Laguna Mar Chiquita y los Bañados del Río Dulce.
La advertencia del Eremnec es por demás significativa y exige la movilización de todas las fuerzas vivas de las localidades de esta región del país que tiene en el Mar de Ansenuza a un elemento sustancial para garantizar la vida en todos los órdenes. Es incuestionable la amenaza que podría presentarse para la sobrevivencia de la laguna si no se adoptan recaudos ante las obras de infraestructura proyectadas.
Según las informaciones que difundieron los voceros del ente regional, la intención es conformar un comité de gestión que ejerza el control de la laguna y su área de influencia, preservando sus condiciones naturales y el patrimonio biológico que posee. Pero al mismo tiempo se puso en claro que el gobierno cordobés tiene una responsabilidad ineludible, ante este nuevo alerta que recuerda aquel que se encendió cuando se intentó impulsar la construcción del denominado Canal Federal, allá por los años 90.
Se hace patente de este modo la preocupación que genera la posible construcción de un dique y dos acueductos que extraerían agua del río Dulce, principal afluente del mayor lago interior de Sudamérica y el quinto más salino del mundo. Un ecosistema que sufriría daños mortales si la laguna baja su nivel más de la cuenta, lo cual sería una posibilidad cierta si se concretaran los trabajos aludidos.
El Eremnec ha recordado que la región de la laguna Mar Chiquita ya viene sufriendo alteraciones que están poniendo en peligro su equilibrio. La siembra indiscriminada en las cercanías de la laguna, la falta de control sobre los efluentes industriales que traen los ríos Suquía y Xanaes y los problemas derivados de la falta de acuerdos en torno a la cuenca del Salí- Dulce son muestras de que deben adoptarse posturas más firmes con el objetivo de preservar un hábitat único en esta parte del planeta.
El reclamo del Eremnec debe ser atendido en forma presta y diligente por las autoridades provinciales. La generación de espacios de discusión multisectorial es una valiosa herramienta para adoptar decisiones sobre la preservación de la laguna en el futuro. La nueva amenaza que se cierne sobre la Mar Chiquita debe obligar a un diálogo serio entre las administraciones provinciales con el objetivo de evitar que el accionar del hombre la termine 'desangrando'.
Fuente: La Voz de San Justo 17/09/2011
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