Las resoluciones
del magistrado federal subrogante involucran a tres directivos: dos
de la citrícola Cota y uno del frigorífico La Barraca. El juez
consideró probado que los establecimientos contaminan los cauces de
agua por medio del vertido de residuos industriales. La unidad
judicial a cargo del juez subrogante Mario Racedo investiga a 22
establecimientos fabriles tucumanos por supuesta contaminación de la
Cuenca Salí-Dulce.
Tras al menos
seis años de discusión judicial, Mario Racedo, magistrado
subrogante del Juzgado Federal Nº2, ha decidido elevar a juicio oral
dos expedientes por contaminación del río Salí iniciados a raíz
de una denuncia genérica que el Gobierno de Santiago del Estero
presentó a mediados de la década pasada. Las resoluciones han
recaído en procesos que involucran a directivos de la citrícola
Cota (José Antonio Trujillo y Miguel Paz Posse) y del frigorífico
La Barraca (Manuel Aarón Bliman), todos ellos con procesamientos
confirmados por la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán.
Racedo consideró
que las instrucciones a cargo del fiscal Carlos Brito prueban que los
establecimientos mencionados alteran nocivamente -mediante el vertido
de efluentes industriales- los cursos de agua de la provincia que
desembocan en la cuenca Salí-Dulce. El magistrado ha encuadrado las
conductas delictivas de los procesados en el artículo 55 de la Ley
de Desechos Peligrosos (Nº24.051), que reprime con reclusión o
prisión de tres a diez años al que, utilizando los residuos a los
que hace referencia la norma, envenenare, adulterare o contaminare
-con riesgo para la salud- el suelo, el agua, la atmósfera o el
ambiente en general.
Aunque el auto de
elevación a juicio oral es inapelable en virtud del artículo 352
del Código Procesal Penal de la Nación, ambas causas tienen
excepciones, nulidades y otros planteos pendientes de resolución en
el tribunal de alzada. En paralelo, los procesados pueden solicitar
el beneficio de la suspensión del proceso a prueba hasta antes de la apertura del debate en
el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán.
Vida acuática
reducida
Diferentes
peritajes practicados con control de parte determinaron que los
residuos fabriles de la citrícola Cota contaminaban las aguas del
canal a cielo abierto denominado arroyo 'Tafí'. Emitido en mayo de
este año, el auto de elevación a juicio oral estableció la ruta de
este cauce, que cruza la ciudad de Tafí Viejo, atraviesa la zona
este de la Capital, se conecta con el canal Norte y, por fin,
desemboca en el río que, a su vez, es tributario del dique Frontal
de Las Termas de Río Hondo (Santiago del Estero).
Los imputados
Trujillo y Paz Posse negaron que los desechos que Cota vierte en el
arroyo Tafí sean peligrosos: "estos provienen del lavado de la
cáscara del limón, proceso que los convierte en aguas con azúcares
disueltos... que se van decantando en el trayecto hacia el Salí".
Sin embargo, el juez advirtió que una sustancia que no es tóxica en
sí misma se transforma en peligrosa cuando es arrojada en grandes
cantidades a un arroyo: "como consecuencia de ello, el Tafí
presenta parámetros elevados de demanda biológica y química de
oxígeno (DBO y DQO), lo que deriva en el agotamiento considerable de
las reservas de oxígeno y, por ende, en la reducción de la vida
acuática".
El auto de Racedo
recuerda que el propio Paz Posse admitió que Cota había intentado
bajar los niveles de DBO y DQO, y alegó que los parámetros que fija
la ley son de imposible cumplimiento para este tipo de industria.
Dicho reconocimiento ha autorizado al magistrado a considerar que los
imputados conocían las deficiencias de la planta en materia de
tratamiento de residuos industriales y, sin embargo, no dispusieron
las acciones útiles para reducir la contaminación del arroyo.
Delito de peligro
Diversas
inspecciones ejecutadas en el frigorífico La Barraca, situado en el
Municipio de Banda del Río Salí, concluyeron que este
establecimiento descarga sus efluentes por un conducto subterráneo
que llega hasta el río. Al igual que en el caso 'Cota', las muestras
de desechos fabriles estudiadas en el laboratorio de la División
Medio Ambiente de Gendarmería Nacional permitieron constatar un
exceso en los niveles de DBO y DQO, y en otros valores analizados
según los parámetros de la Ley 24.051.
En la
indagatoria, Bliman, propietario del frigorífico, afirmó que la
planta no vierte los residuos directamente sobre el Salí, sino que
aquellos entran en el sistema cloacal de responsabilidad de la
Sociedad Aguas del Tucumán y que, por ende, esta empresa está
obligada aplicar un tratamiento secundario de los efluentes. Bliman
explicó además que el conducto fue creado antes de que allí se
instalaran familias que, con el tiempo, incluso rompieron las
tuberías para volcar sus desechos cloacales a la red que usa La
Barraca.
Pese a esos y
otros argumentos, nuevos peritajes técnicos confirmaron que los
efluentes del frigorífico alteraban el suelo, el agua y la
atmósfera. En el auto firmado en junio de 2011, Racedo aseveró que
el ilícito discutido es un delito de peligro: "por lo que no se
requiere una efectiva lesión del bien jurídico protegido (la salud
pública), sino que resulta suficiente colocar en riesgo dicho bien".
'Pantanal
putrefacto'
Cota y La Barraca
integran el grupo de 22 empresas tucumanas investigadas por el
Juzgado Federal Nº2 a instancias de la denuncia 'madre' que el
Gobierno de Santiago del Estero presentó en 2005, después de una
serie de acciones, reclamos y gestiones inconducentes en la Justicia
local, el Poder Ejecutivo tucumano y la Nación. Durante aquel año,
las autoridades de la provincia de Santiago del Estero hicieron
público un informe técnico que afirmaba que el vertido de desechos
cloacales e industriales en los ríos Salí (Tucumán) y Dulce
(Santiago) habían transformado al dique Frontal de Las Termas de Río
Hondo en un 'pantanal putrefacto'.
Este diagnóstico
no ha mejorado pese a los anuncios de inversiones, los programas de
reconversión industrial (el último de ellos fue anunciado este 7 de
julio, en la Casa de Gobierno de Tucumán) y los compromisos
contraídos por empresarios y el Estado. Por el contrario, a finales
de mayo, un equipo del Comité de la Cuenca Salí-Dulce (órgano
creado en marzo de 2007 a instancias del entonces presidente Néstor
Kirchner) constató que la contaminación es aún más grave que la
observada en años anteriores.
Los procesos
sustanciados en la Justicia Federal atacan el origen de ese problema
interjurisdiccional (atañe a cinco provincias argentinas: Salta,
Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba). Pero los
Tribunales no pueden resolver -en soledad- este viejo y complejo
conflicto cultural, económico y social: los avances significativos y
consistentes dependen de una política de Estado que permita superar
la frustrante dicotomía entre producción -es decir, generación y
sostenimiento de fuentes de trabajo- y protección del ambiente
actualmente implícita en las acciones judiciales dirigidas al
saneamiento de la cuenca Salí-Dulce.
Fuente:
Salí- Dulce: a juicio dos causas por contaminación, 16/07/2011, La Gaceta de Tucumán.
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