Los habitantes de las afueras de Río de Janeiro enfrentan un panorama de caos, búsquedas de cuerpos y ansiedad por la llegada de más lluvias que pueden provocar nuevos derrumbes. Esta turística región serrana a unos 100 km de río de Janeiro fue escenario de una de las peores catástrofes naturales registradas en Brasil. Al menos 610 personas murieron en los municipios de Nova Friburgo, Teresópolis, Petrópolis y Sumidouro, informaron las alcaldías y servicios de Defensa Civil. El saldo de fallecidos no es definitivo, ya que las búsquedas bajo capas de lodo son arduas y continúan. El responsable del Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), Luiz Cavalcanti, informó: "Las lluvias van a continuar al menos hasta el miércoles de la próxima semana. La previsión es de una lluvia débil pero continua, lo que es malo porque favorece nuevos deslizamientos". El gobernador de Río llamó a la población a dejar sus casas en las zonas de peligro, "porque hay áreas donde hay riesgo de deslizamientos, desbordamientos de ríos".
Fuente:
Observador Global.com, 15/01/2011, Brasil y Australia, unidos por la tragedia.
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