La XVI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP 16) se celebra entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre de 2010. El objetivo de la conferencia será concluir un acuerdo jurídicamente vinculante sobre el clima aplicable a partir de 2012. Los medios se refieren a ella como la Cumbre del clima 2010.
En la misma, expertos de distintos organismos advirtieron que el mundo experimentará inundaciones más recurrentes y destructivas como consecuencia de la acción humana y no necesariamente por el cambio climático.
En un foro sobre el agua, organizado por el gobierno mexicano en paralelo a las actividades de la conferencia, Julio García, oficial regional para las Américas de la Estrategia Internacional para la Prevención de Desastres de Naciones Unidas (EIRD- ONU), indicó que el cambio en los patrones de temperatura y de precipitación como consecuencia del cambio climático no explica necesariamente la recurrencia de inundaciones más destructivas, y hay que analizar más bien la intervención humana. "Estamos descubriendo coberturas vegetales y boscosas, lo que está afectando tremendamente los sistemas de inundación y de deslizamientos", dijo. Es posible que con menores niveles de precipitación promedio en el mundo se tengan mayores niveles de inundación, manifestó.
Asimismo, Avinash Tyagi, experto de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señaló que no hay evidencia de que las mayores inundaciones se deban al cambio climático. "Las inundaciones no son consecuencia del cambio climático, han estado ahí siempre, y han sido salvadores de la humanidad en ocasiones", en la medida en que son benéficas para la agricultura y la fertilidad de la tierra, sobretodo en países en desarrollo, argumentó. Para Tyagi lo importante es la gestión de inundaciones, que consiste en evitar eventos extremos, mitigar los riesgos y las adversidades, y además aprovechar los beneficios de las inundaciones. Una manera de reducir los riesgos consiste en construir presas, sistemas de alcantarillado, pero también se debe "reducir la vulnerabilidad y exposición" de las comunidades a las inundaciones, evitando por ejemplo que las comunidades se ubiquen en zonas propensas a las avenidas de agua.
Por su parte, Julia Bucknall del Banco Mundial, afirmó que a medida que aumenta la población del mundo y los asentamientos civiles, las inundaciones serán cada vez más destructivas en términos económicos. Las autoridades, dijo, deben buscar contruir "infraestructura que proteja en el mayor número de escenarios posibles", debido a que actualmente es muy difícil calcular la probabilidad de ocurencia futura de los fenómenos hidrometeorológicos. Sin embrago, Bucknall aseveró que no se trata solo de construir más cosas para evitar las inundaciones, sino de planificar bien las ciudades, poner en marcha sistemas de prevención de desastres, y usar infraestructura 'verde'. Los países "no pueden salir de este problema solamente gastando", concluyó.
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