lunes, 14 de junio de 2010

Soja y agroquímicos, una mezcla mortal para abejas

Productores cordobeses plantean que el monocultivo quita espacio a la diversidad de flora que necesitan.

por Fernando Colautti

"Eramos más de 100 apicultores en esta región y no quedamos más de 50", advierte desde Bell Ville el coordinador del Centro de Apicultores del Sudeste Cordobés, Jorge Valenti.

En la zona de Río Cuarto, de 624 productores registrados que había años atrás, sólo quedan 214: uno de cada tres dejaron la actividad, según un censo realizado en 2008 por el Programa de Desarrollo Apícola de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC).

"Hay muchos menos apicultores. Hace años que dejó de ser una actividad rentable, pero no tanto por el precio sino porque vienen bajando los rendimientos", aseguró Valenti. El Centro de Apicultores adjudica como razón central de la baja al impacto de los agroquímicos sobre las abejas, agravado por el crecimiento de la actividad agrícola. "Nuestra producción es inversamente proporcional al crecimiento del cultivo de soja", señaló el productor.

Los especialistas de la UNRC dicen lo mismo, con otras palabras: "El avance de los cultivos ha implicado un desplazamiento de las colmenas y una baja en la productividad. Ambos aspectos se asocian con el uso cada vez más extensivo de agroquímicos", señala Paula Melegatti, docente y coordinadora de ese plan universitario destinado a fortalecer la producción de miel en la región. "Los agroquímicos matan la abeja o eliminan la flora de la que se alimenta. Cada vez hay menos parches de vegetación natural. Ni las banquinas de las rutas se salvan", dice Melegatti.

El mismo cuadro se repite en gran parte de la provincia. Puede que apenas zafen, porque el uso agrícola no es tan intensivo, algunas zonas de Traslasierra o del noroeste con más monte.

En "emergencia". El Ministerio de Agricultura y Ganadería no desconoce la situación. Ya declaró años atrás la "emergencia apícola" en la provincia. Y en cada reunión del Consejo Asesor Apícola se debate esto. Pero la situación no ha variado. Melegatti comentó que se está discutiendo un anteproyecto de ley para prohibir el uso de banquinas para cultivos de agrícolas autorizando sólo especies forrajeras o similares que sean atractivas para las abejas.

"A este ritmo, Córdoba dejará de ser productora de miel", sentencia la riocuartense. Muchos productores dejaron de serlo y gran parte de los que tenían mayor desarrollo trasladaron sus colmenas a otras provincias, con menor sojización.

El Centro de Apicultores del Sudeste Cordobés envió en marzo una nota al Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba planteando esta problemática. "Aún no tuvimos respuesta", apunta Valenti.

La entidad describe "la angustiante situación en que se encuentra la actividad apícola" en esta provincia. Y dicen no tener dudas de que los agroquímicos aplicados a los cultivos son la causa principal.

Si hubiera ganadería... En la última década, la agricultura -con la soja como cultivo casi hegemónico- fue sumando más superficie cultivada, en desmedro de la ganadería y de los escasos montes y bosques remanentes.

Los apicultores explican que las pasturas y forrajes dedicados a la ganadería son útiles para el ciclo de las abejas. Pero no los campos sojeros. "Y ganadería o tambos hay cada vez menos en Córdoba", apunta Valenti. Las estadísticas sobre la actividad agropecuaria no lo desmienten.

"Es común ver que se fumigue hasta a los alambrados, e inclusive hasta en las banquinas, eliminando cualquier vestigio de flora que pudiesen aprovechar las abejas", asegura el Centro de Apicultores del Sudeste. Con ese tipo de expansión agrícola -no ganadera- las abejas perdieron.

"Los pesticidas, con amplio poder residual, no discriminan entre plagas y abejas", apuntan los apicultores, que reclamaron al Gobierno alguna reacción no sólo para salvar su actividad, sino por lo que interpretan como un impacto negativo general sobre suelos y aguas por "el uso excesivo" y en ocasiones "fuera de control" de agroquímicos.

De 70 a 7 kilos de miel por colmena
Los apicultores grafican con números la baja en su producción. Y esas cifras resultan impactantes.

"Hace 10 años se cosechaba en esta zona un promedio de 70 kilos de miel por colmena; en 2005 fueron 40 kilos; en 2008 llegamos a 15 y ahora el promedio de miel cosechada no supera los siete kilos", dicen los de Bell Ville.

Desde Río Cuarto, apuntan cifras similares: "Una década atrás, el rinde promedio superaba los 60 kilos por colmena. En cinco años bajó a 30 kilos, en 2008 no pasó de los 10 y este año, que es el peor de todos, ronda los siete kilos", señalaron desde la UNRC. "Hay menos abejas, que además tienen una menor posibilidad de nutrición", dicen.

Años atrás, el problema de los productores de miel era el bajo precio. Hoy, el valor no es un problema. Admiten como razonable el valor que perciben de acopiadores y exportadores, que ronda los 8 a 9 pesos el kilo. El problema es que no pueden producir más porque las abejas se les "escaparon".

Fuentes:
La Voz del Interior, 13/05/2010, "Soja y agroquímicos, una mezcla mortal para abejas".
La Voz del Interior, 13/05/2010, "De 70 a7 kilos de miel por colmena".

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