Productores cordobeses plantean que el monocultivo quita
espacio a la diversidad de flora que necesitan.
por Fernando Colautti
"Eramos más de 100 apicultores en esta región y no
quedamos más de 50", advierte desde Bell Ville el coordinador del Centro
de Apicultores del Sudeste Cordobés, Jorge Valenti.
En la zona de Río Cuarto, de 624 productores registrados que
había años atrás, sólo quedan 214: uno de cada tres dejaron la actividad, según
un censo realizado en 2008 por el Programa de Desarrollo Apícola de la Universidad Nacional
de Río Cuarto (UNRC).
"Hay muchos menos apicultores. Hace años que dejó de
ser una actividad rentable, pero no tanto por el precio sino porque vienen
bajando los rendimientos", aseguró Valenti. El Centro de Apicultores
adjudica como razón central de la baja al impacto de los agroquímicos sobre las
abejas, agravado por el crecimiento de la actividad agrícola. "Nuestra
producción es inversamente proporcional al crecimiento del cultivo de
soja", señaló el productor.
Los especialistas de la UNRC dicen lo mismo, con otras palabras: "El
avance de los cultivos ha implicado un desplazamiento de las colmenas y una
baja en la productividad. Ambos aspectos se asocian con el uso cada vez más
extensivo de agroquímicos", señala Paula Melegatti, docente y coordinadora
de ese plan universitario destinado a fortalecer la producción de miel en la
región. "Los agroquímicos matan la abeja o eliminan la flora de la que se
alimenta. Cada vez hay menos parches de vegetación natural. Ni las banquinas de
las rutas se salvan", dice Melegatti.
El mismo cuadro se repite en gran parte de la provincia.
Puede que apenas zafen, porque el uso agrícola no es tan intensivo, algunas
zonas de Traslasierra o del noroeste con más monte.
En "emergencia". El Ministerio de Agricultura y
Ganadería no desconoce la situación. Ya declaró años atrás la "emergencia
apícola" en la provincia. Y en cada reunión del Consejo Asesor Apícola se
debate esto. Pero la situación no ha variado. Melegatti comentó que se está
discutiendo un anteproyecto de ley para prohibir el uso de banquinas para
cultivos de agrícolas autorizando sólo especies forrajeras o similares que sean
atractivas para las abejas.
"A este ritmo, Córdoba dejará de ser productora de
miel", sentencia la riocuartense. Muchos productores dejaron de serlo y
gran parte de los que tenían mayor desarrollo trasladaron sus colmenas a otras
provincias, con menor sojización.
El Centro de Apicultores del Sudeste Cordobés envió en marzo
una nota al Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba planteando esta
problemática. "Aún no tuvimos respuesta", apunta Valenti.
La entidad describe "la angustiante situación en que se
encuentra la actividad apícola" en esta provincia. Y dicen no tener dudas
de que los agroquímicos aplicados a los cultivos son la causa principal.
Si hubiera ganadería... En la última década, la agricultura
-con la soja como cultivo casi hegemónico- fue sumando más superficie
cultivada, en desmedro de la ganadería y de los escasos montes y bosques
remanentes.
Los apicultores explican que las pasturas y forrajes
dedicados a la ganadería son útiles para el ciclo de las abejas. Pero no los
campos sojeros. "Y ganadería o tambos hay cada vez menos en Córdoba",
apunta Valenti. Las estadísticas sobre la actividad agropecuaria no lo
desmienten.
"Es común ver que se fumigue hasta a los alambrados, e
inclusive hasta en las banquinas, eliminando cualquier vestigio de flora que
pudiesen aprovechar las abejas", asegura el Centro de Apicultores del
Sudeste. Con ese tipo de expansión agrícola -no ganadera- las abejas perdieron.
"Los pesticidas, con amplio poder residual, no
discriminan entre plagas y abejas", apuntan los apicultores, que
reclamaron al Gobierno alguna reacción no sólo para salvar su actividad, sino
por lo que interpretan como un impacto negativo general sobre suelos y aguas
por "el uso excesivo" y en ocasiones "fuera de control" de
agroquímicos.
De 70 a
7 kilos de miel por colmena
Los apicultores grafican con números la baja en su
producción. Y esas cifras resultan impactantes.
"Hace 10 años se cosechaba en esta zona un promedio de
70 kilos de miel por colmena; en 2005 fueron 40 kilos; en 2008 llegamos a 15 y
ahora el promedio de miel cosechada no supera los siete kilos", dicen los
de Bell Ville.
Desde Río Cuarto, apuntan cifras similares: "Una década
atrás, el rinde promedio superaba los 60 kilos por colmena. En cinco años bajó
a 30 kilos, en 2008 no pasó de los 10 y este año, que es el peor de todos,
ronda los siete kilos", señalaron desde la UNRC. "Hay menos
abejas, que además tienen una menor posibilidad de nutrición", dicen.
Años atrás, el problema de los productores de miel era el
bajo precio. Hoy, el valor no es un problema. Admiten como razonable el valor
que perciben de acopiadores y exportadores, que ronda los 8 a 9 pesos el kilo. El
problema es que no pueden producir más porque las abejas se les
"escaparon".
Fuentes:
La Voz del Interior, 13/05/2010, "Soja y agroquímicos, una mezcla mortal para abejas".
La Voz del Interior, 13/05/2010, "De 70 a7 kilos de miel por colmena".
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