Ambientalistas denuncian que en esa área protegida hay
cazadores furtivos y ganado suelto. También detectaron tramperos para pájaros
silvestres.
por Jorge Londero
En un amplio informe, los ambientalistas Luis Volkmann y
Fernando Ficetti, miembros de la ONG Ecosistemas Argentinos, advierten sobre lo
que para ellos es "un mal manejo" de la reserva natural de Chancaní,
ubicada al oeste de la provincia de Córdoba.
Luego de un generoso detalle de la riqueza floral y
faunística del lugar, los especialistas señalan que "Chancaní es
actualmente una reserva sólo en los papeles, carente de un plan de gestión que
sirva a los efectos para los cuales ha sido creada".
Señalaron que aparece como "una isla (muy pequeña) en
medio de soja y otros cultivos, cuya fragilidad demanda de una atención mayor y
de acciones concretas para su conservación".
Entre los principales factores que atentan contra el futuro
de la reserva y que Volkmann y Ficetti consideran "problemas serios que
requieren una solución urgente", enumeran a los cazadores furtivos que
ingresan a la reserva (sus presas predilectas son el chancho del monte y la
corzuela parda), a la presencia de tramperos para pájaros y a la existencia de
ganado bovino y equino que deambula por las picadas.
"A esto se suman cercos perimetrales caídos (desde hace
años en el sector sur, a pesar de los pedidos de recursos por parte de los
guardaparques), cartelería abandonada y un centro de interpretación con años de
desuso y una desactualización alarmante, por sólo citar algunos ejemplos
concretos de lo mucho que hay por hacer en Chancaní".
Los ambientalistas consideran paradójico que se usen los
recursos de la reserva para salvar parte de la economía regional actual, al
señalar que la gran presencia de ganado que recorre la reserva, "como una
norma, no como una excepción", debe su explicación, en parte, a la falta
de pasturas en áreas colindantes, y a la necesidad del lugareño de dar alimento
a su ganado.
"Lo que pocos ven, acaso, es que sería insustentable
permitir la degradación de la reserva, ya que en el corto o mediano plazo,
quedaría en similares condiciones (falta de pasturas y renovables, erosión) que
las áreas colindantes, con lo cual la ganancia de hoy se transformaría en
pérdida a futuro", advierten, preocupados.
Como conclusión, los autores del informe, consideran que
"el ordenamiento territorial, a nivel provincial, y la protección de los
remanentes boscosos (y áreas que a futuro pueden transformarse en bosques)
debería ser el pilar en la actual gestión ambiental. Sin embargo, como resulta
evidente, no lo es", y sugieren que, "tal vez, el correcto
funcionamiento del centro de interpretación de la reserva, y su necesaria remodelación
y puesta en marcha, sean un puntapié para que los sectores locales y el turismo
puedan capitalizar mejor las maravillas que todavía alberga la reserva".
La reserva comprende en sus 4.960 hectáreas la Quebrada de la Mermela y parte del faldeo
y valle sobre la vertiente occidental de la Sierra de Pocho, lo que constituye un importante
remanente del "bosque chaqueño occidental", con presencia dominante
del quebracho blanco y del algarrobo.
Su importancia turística radica en la belleza escénica de
sus paisajes, destacándose la
Quebrada de la
Mermela y el camino de Los Túneles. Las principales
actividades compatibles con este ambiente son los recorridos paisajísticos y de
interpretación ambiental, además de la observación de flora.
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