 |
| Gentileza de Alex Dukal. |
Por Pablo Lada
Un 17 de junio de 1996, hace 29 años, miles de chubutenses, junto a vecin@s de otras provincias, llegábamos a Gastre en interminable caravana para expresar nuestro rotundo rechazo al “basurero nuclear de Gastre”, tal como se lo conoció popularmente, el primer (y único) repositorio de residuos radiactivos de alta actividad del mundo.
A la fecha no hay ninguno construído y finalizado. Finlandia encaró la construcción de un repositorio muy parecido al que pretendía construirse en Gastre pero todavía no está activo.
La prensa de Argentina y del mundo se enteraba ese 17 de junio que el pueblo de Chubut estaba dispuesto a luchar para evitar transformarse en la cloaca radiactiva del planeta.
La figura de Javier Rodríguez Pardo emerge heroica en esa épica que lo tuvo de protagonista, siempre presente.
Lamentablemente, nada hemos aprendido durante este tiempo, se siguen generando residuos radiactivos y el equilibrio del mundo pende de un hilo con la posibilidad cierta del uso de armas nucleares, medio oriente es por estas horas un polvorín nuclear a punto de estallar. De suceder, la vida de todos cambiaría radicalmente, ahí nos daríamos cuenta de lo cerca que está Gaza.
Lo repetiremos hasta el hartazgo propio y ajeno, mientras haya centrales nucleares "pacíficas" encendidas seguiremos generando los desechos industriales más tóxicos y peligrosos jamás inventados por el ser humano y aumentando la proliferación de armamento atómico.
La millonésima parte de un gramo de plutonio-239 causa cáncer y su vida media es de 24.100 años, período de tiempo durante el cual permanecerá intacto, pero estará activo durante 241.000 años.
Son tiempos que escapan a la escala humana, sencillamente no encontramos vestigios de esto que llamamos "civilización" más alla de los 10.000 años.
Peor aún, el gobierno provincial pretende avanzar con la minería de uranio, la peor forma de megaminería, la radiactiva.
Si dijimos no a Gastre, tenemos que decir no al uranio que da vida a los residuos radiactivos
¿Nuclear? No, gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario