Una agencia gubernamental reprocha a la Comisión Reguladora Nuclear norteamericana (NRC) por ignorar las repercusiones de la crisis climática en la seguridad nuclear.
Por Juan Vernieri
El informe de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos dice que la NRC debe tomar medidas para considerar los efectos potenciales del cambio climático.
En el informe se critica a la NRC por no realizar evaluaciones para las centrales nucleares comerciales proyectando los riesgos climáticos e incorporando márgenes de seguridad adecuados tanto en los diseños antiguos como en los nuevos.
Estos riesgos incluyen un empeoramiento de los peligros naturales y abarcan el calor y el frío, la sequía, los incendios forestales, las inundaciones, los huracanes y el aumento del nivel del mar, todo lo cual podría poner en grave peligro el funcionamiento seguro de la flota actual de la nación que está pasando por renovaciones extremas de licencia ―y cualesquiera nuevos― si no se salvaguardan adecuadamente.
En una palabra, las conclusiones y recomendaciones del nuevo informe dicen que la agencia no puede seguir ignorando los impactos en la seguridad de las centrales nucleares, derivados del empeoramiento de la crisis climática.
“La NRC está procediendo a la prórroga de las licencias de explotación de varias centrales nucleares vulnerables sin ningún análisis de riesgo de cambio climático”, dijo Paul Gunter, analista político y portavoz de Beyond Nuclear.
“Peor aún, el personal de la NRC afirma que prepararse para los efectos de la crisis climática está fuera de su ámbito”.
Y, sin embargo, como señala Gunter, una de las candidatas a ampliar su licencia hasta 2053 y 2054 es la central nuclear de Turkey Point, de dos unidades, situada en la costa sur de Florida, donde se prevé un aumento del nivel del mar.
Otra es la central nuclear de tres unidades de Oconee, en Carolina del Sur, que también solicita una segunda prórroga de 20 años que podría prolongar su funcionamiento otros 30 años.
“Oconee se encuentra precariamente aguas abajo y a 90 metros por debajo del nivel superior del lago Jocassee, detrás de una presa de tierra llena de rocas que retiene más de un kilómetro cúbico, de agua”, dijo Gunter.
“Ya estamos siendo testigos de precipitaciones extremas recurrentes, incluidos prolongados ríos atmosféricos atribuidos al cambio climático. Y, sin embargo, el personal de la NRC ha argumentado que 'Los efectos del cambio climático en los sistemas, estructuras y componentes de la estación de Oconee están fuera del alcance de la revisión medioambiental de la renovación de la licencia por parte del personal de la NRC'. Esto no solo es falso, sino peligroso”, añadió Gunter.
La Oficina entrevistó al personal de la NRC, que reconoce que la agencia rehúye el uso de datos específicos sobre los riesgos del cambio climático en sus análisis de concesión de licencias, debido a los problemas que plantea la incertidumbre.
“Sin incorporar la mejor información disponible a sus procesos de concesión de licencias y supervisión, no está claro si los márgenes de seguridad establecidos durante el periodo de concesión de licencias ―en la mayoría de los casos hace más de 40 años― son adecuados para hacer frente a los riesgos que el cambio climático supone para las centrales”, agregó finalmente Gunter.
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