Desde el 2006 que el país anda dando vueltas con la compra de un reactor atómico a China. Aparentemente, Milei piensa darle un corte definitivo a este asunto, sacándolo de Atucha y trasladándolo a la Patagonia para alimentar programas de Inteligencia Artificial. El asunto es muy complejo, hay muchos intereses en juego y no puede tratarse a las apuradas.
Por Juan Vernieri
No obstante encontrase el preacuerdo en suspenso, por falta de definición de las cláusulas condicionantes y la cantidad de razones expuestas por científicos argentinos de la inconveniencia de la compra, José Luis Antúnez, entonces presidente de Nucleoeléctrica, irresponsablemente en enero de 2023 celebró contratos con empresas para la realización de movimientos de suelos, preparatorios para la instalación del reactor.
Pero la situación económica financiera de Nucleoeléctrica no era nada buena. La irresponsabilidad de Antúnez quedó evidente en su nota a la secretaria de Energía, Flavia Royón, fechada el 17 de noviembre de 2022, donde le advirtió que “nos veremos obligados al despido de 510 personas pertenecientes a los gremios UOCRA y UECARA el día 30 del corriente, con el consabido impacto social en la zona de influencia del complejo nuclear Atucha”.
Sin ningún apuro ni necesidad, Antúnez había contratado a dos empresas, Henisa Sudamericana y Hurón, para la preparación del terreno donde se instalaría el reactor Hualong, a pesar de que el preacuerdo aún estaba en suspenso y había gran incertidumbre si se concretaría o no.
El personal a que ser vería obligado a despedir eran los trabajadores de esas empresas contratistas.
En la misma nota, Antúnez solicitó un crédito presupuestario por un valor de 10.000 millones de pesos, equivalentes a casi 70 millones de dólares.
Por entonces el proyecto Hualong tenía pocas perspectivas de concretarse, y el puesto de Antúnez pendía de un hilo. UOCRA llamaba a un paro de actividades en el predio asignado las dos contratistas.
La irracionalidad económica y técnica subyacente al plan de acción de Nucleoeléctrica, chocaba con la realidad de la economía Argentina, que no da sustento a los faraónicos proyectos nucleares sin suficientes partidas presupuestarias.
Eso no le impedía a la empresa estatal presionar con todos los recursos disponibles en la arena política: una estrategia de hechos consumados, junto con amenazas de despidos, de renuncias, de problemas operativos, etc.
Ahora en un nuevo episodio para este novelón, Milei quiere impulsar con aportes privados la construcción de la cuarta central nuclear argentina, pero descarta hacerlo en el predio del Complejo Nuclear Atucha.
Habrá que ver si se consiguen los capitales necesarios. Normalmente, la energía nuclear no es rentable y avanza especialmente por el apoyo de los estados por su connotación militar. Milei apunta al sur y tratará de obtener el apoyo de las empresas de Inteligencia Artificial, grandes consumidoras de electricidad. Las especialistas aún no se han expresado.
De todas maneras como no hay información concreta sobre el plan, habrá que esperar hasta mañana viernes 20.
El primer interrogante que se me presenta: El Plan ¿definirá qué haremos con los combustibles gastados altamente radiactivos perdurables por milenios, de los que ya tenemos más de seis mil toneladas acumuladas sin destino?
Después de tantas idas y vueltas Milei debiera darle un corte definitivo al asunto mandando al archivo las actuaciones. Argentina no puede hipotecarse en más de ocho mil millones de dólares para comprar el innecesario reactor chino.
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