El 80 % de las centrales nucleares del mundo se construyeron
hace más de 20 años, lo cual plantea problemas de seguridad, según el borrador
de un informe de la
Agencia Internacional de la Energía Atómica
que aún no se ha hecho público. El documento señala que muchas empresas han
comenzado programas para que los reactores sigan funcionando durante más tiempo
del previsto inicialmente o han anunciado su intención de hacerlo.
"Hay cada vez más expectativas de que los reactores
nucleares más antiguos deben cumplir unos objetivos más estrictos en materia de
seguridad, similares a los fijados para los reactores construidos recientemente
o los que se construirán en el futuro", se lee en la Revisión de la Seguridad Nuclear ,
que la AIEA
publica anualmente. "Preocupa la capacidad del conjunto de las
instalaciones más antiguas para cumplir esas expectativas", explica el
texto.
El director general de la AIEA , Yukiya Amano, afirmó la semana pasada que
ahora, un año después de la crisis nuclear desatada en la central atómica de
Fukushima de Japón tras el terremoto y el posterior tsunami del 11 de marzo de
2011, la energía nuclear es más segura.
El informe confirma que el nivel de seguridad de las plantas
nucleares del mundo "sigue siendo alto" y menciona como mejora las decisiones
que se han tomado en los últimos años de apagar varios reactores antes de lo
previsto.
Sin embargo, el documento, que tiene 56 páginas y ha sido
entregado inconcluso a los países miembros de la AIEA , destaca que el 80 % de
las 435 instalaciones atómicas que hay en el mundo tenían más de 20 años a
finales del año pasado y que el 70 % de los 254 reactores han estado funcionando
durante más de 30 años y "muchos de ellos han superado el periodo de vida
para el que fueron diseñados".
Esto "podría tener efectos sobre la seguridad y sobre
la capacidad de satisfacer la demanda de energía en los estados miembros de una
manera económica y eficiente", así que las empresas y los organismos
reguladores del sector que quieren ampliar la vida útil de las centrales
"deben analizar a fondo los aspectos relacionados con la seguridad de
componentes claves e irreemplazables que se están quedando antiguos",
advierte el informe.
El accidente en la central nuclear de Fukushima se produjo
como consecuencia de un terremoto y un tsunami que provocaron la muerte o la
desaparición de unas 19.000 personas y una serie de fallos en las instalaciones
de la planta. Los reactores fueron estabilizados en diciembre, pero los altos
niveles de radiación en la zona dificultan las labores de limpieza, que se
prolongarán durante varias décadas.
Tras el accidente, Alemania, Suiza y Bélgica decidieron
dejar de lado la energía nuclear en favor de las energías renovables. Pero
otros países, como China e India, siguen usando las centrales atómicas para
satisfacer sus necesidades energéticas, según el informe de la AIEA , que añade que en
algunos casos "incluso se están acelerando los programas de energía
nuclear". Francia, por ejemplo, está construyendo su primer reactor
"avanzado" y Rusia pretende duplicar la producción de energía nuclear
para 2020.
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