miércoles, 16 de octubre de 2024

Los ríos tienen sed

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte sobre la creciente escasez y estrés de los recursos hídricos mundiales. Hay menos agua disponible para las comunidades, la agricultura y los ecosistemas. A raíz del aumento de las temperaturas, el ciclo hidrológico se ha acelerado, lo que lo ha vuelto más irregular e impredecible.

Por Juan Vernieri

A medida que una sequía seca tramos del río Amazonas, Brasil recurre al dragado para tratar de mantener el flujo de alimentos, medicinas y personas a lo largo de la superautopista acuática.

En el último trimestre de 2021 en el Paraná se produjo la mayor sequía en 77 años, con efectos, entre otros, en la operación de los reactores nucleares de Atucha, que se refrigeran con agua del río.

A fines de 2022 y principios de 2023 la sequía extrema en Uruguay ocasionó problemas graves en el sector agropecuario, aumentó el riesgo de incendios forestales y complicó el abastecimiento de agua potable en algunos lugares del país y, además, provocó dificultades en las centrales de generación de energía hidroeléctrica.

Afortunadamente nuestro Dique Ameghino actualmente está en óptimas condiciones y asegura el agua para el verano en el Valle. Los responsables de la gestión hídrica en la provincia aseguraron que las reservas actuales permitirán afrontar el calor sin riesgos de escasez.

Según Esteban Parra, presidente del Instituto Provincial del Agua (IPA), el estado del embalse del Dique Ameghino es favorable. “Actualmente, el dique se encuentra en una cota de 154 metros, lo que representa un buen nivel si se lo compara con la situación crítica que vivimos hace un par de años, cuando el embalse estaba casi 15 metros más abajo”, afirmó Parra.

Este dato brinda tranquilidad para el abastecimiento de agua, tanto para el sistema de riego como para el caudal del río que llega a los diferentes municipios y poblaciones.

La escasez de agua en los ríos se debe a que, en los últimos 50 años, los glaciares sufrieron la mayor pérdida de masa registrada hasta la fecha.

2023 fue el año más cálido del que se tiene constancia, las elevadas temperaturas contribuyeron a prolongar las sequías. Fue el segundo año consecutivo en el que todas las regiones del mundo que cuentan con glaciares experimentaron pérdidas de hielo.

De esa forma, el ciclo del agua se está convirtiendo en el canario que avisa del peligro en la mina del cambio climático. (Fuente: ONU – Redacción Chubut)

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