Sellafield tiene una fuga que podría representar un riesgo para el público. Las preocupaciones sobre la seguridad en la planta más peligrosa de Europa han provocado tensiones diplomáticas con Estados Unidos, Noruega e Irlanda.
Por Juan Vernieri
En Windscale, en el condado de Cumbria, dos reactores fueron construidos de forma apresurada como parte del proyecto de la bomba atómica británica. En el discurso de inauguración la reina mintió que su objetivo era la producción de electricidad.
El reactor número 1 inició funcionamiento en octubre de 1950 y el número 2 en junio de 1951.
El 10 de octubre de 1957 un incendio significó el peor accidente nuclear en la historia de Reino Unido, de una magnitud de nivel 5 de un máximo de 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares. Las instalaciones quedaron maltrechas.
Cada vez mayor, la fuga de un enorme silo de desechos radiactivos podría representar un riesgo para el público, según reveló The Guardian. Las instalaciones nucleares en parte fueron privatizadas y hoy se las denominan Sellafield.
Las preocupaciones sobre la seguridad en el edificio en ruinas, así como las grietas en un depósito de lodo tóxico, han causado tensiones diplomáticas con Estados Unidos, Noruega e Irlanda, que temen que Sellafield no haya logrado controlar los problemas.
Es probable que la fuga de líquido radiactivo de un edificio en descomposición en el vasto sitio de Cumbria conocido como el Silo de almacenamiento de virutas Magnox (MSSS) continúe hasta 2050. Esto podría tener consecuencias “potencialmente significativas” si se acelera, con el riesgo de contaminar las aguas subterráneas, según un documento oficial.
También se han desarrollado grietas en la piel de hormigón y asfalto que cubre el enorme estanque que durante décadas viene conteniendo lodo nuclear, residuos de la producción de armas.
Estas preocupaciones han surgido de una investigación de The Guardian de un año de duración sobre problemas que abarcan la piratería cibernética, la contaminación radiactiva y la cultura tóxica en el lugar de trabajo en el vasto vertedero nuclear.
Sellafield, un extenso sitio de 6 kilómetros cuadrados en la costa de Cumbria emplea a 11.000 personas, almacena y trata desechos nucleares de programas de armas y generación de energía nuclear, y es la instalación de este tipo más grande de Europa.
Existen preocupaciones generalizadas sobre una degradación de la seguridad en todo el sitio, advirtiendo sobre el “riesgo acumulativo” de fallas que van desde la seguridad nuclear hasta el asbesto y los estándares contra incendios.
Un científico dijo a The Guardian que los riesgos planteados por la fuga radiactiva y otras fugas químicas han sido “firmemente escondidos bajo la alfombra”.
Un informe de la UE de 2001 advirtió que un accidente en Sellafield podría ser peor que el de Chernóbil, que expuso a cinco millones de europeos a la radiación.
Sellafield contiene significativamente más material radiactivo que Chernóbil. Allí hay plutonio como para fabricar 20 mil bombas.
El informe dice que los eventos que podrían desencadenar una liberación atmosférica de desechos radiactivos en la planta incluyen explosiones y accidentes aéreos.
En la imagen piscinas de contención de residuos radiactivos en Sellafield.
Funcionarios estadounidenses han advertido sobre su frágil infraestructura en cables diplomáticos vistos por The Guardian. Entre sus preocupaciones se encuentran las fugas por grietas en el hormigón de los estanques tóxicos y la falta de transparencia de las autoridades del Reino Unido sobre los problemas del lugar.
La deficiente gestión de Sellafield también ha provocado tensiones con los gobiernos irlandés y noruego.
A los funcionarios noruegos les preocupa que un accidente en el lugar pueda provocar una columna de partículas radiactivas transportadas por los vientos predominantes del suroeste a través del Mar del Norte, con consecuencias potencialmente devastadoras para la producción de alimentos y la vida silvestre.
El gobierno irlandés intentó tomar medidas contra Sellafield remitiéndolo a un tribunal de la ONU en 2006 por preocupaciones sobre el impacto del sitio en el medio ambiente.
Los científicos están tratando de estimar el riesgo para el público por la fuga mediante “evaluaciones continuas de dosis radiológicas”, utilizando modelos estadísticos. Lleva más de tres años goteando. La tarea de limpieza podría llevar al menos 20 años.
Sellafield argumenta que la filtración hacia napas subterráneas no representa “ningún riesgo adicional” para el personal y el público.
En próxima nota abundaremos detalles del SITIO NUCLEAR MÁS PELIGROSO DE EUROPA.
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