Especialistas
de la Universidad participaron en el proceso de saneamiento del
espejo de agua emblemático de Río Cuarto. Volvió a convertirse en
el reservorio de biodiversidad más importante de la ciudad, después
del río.
por Fredy
Dutra
Los
lagos urbanos son el hogar de una innumerable cantidad de seres vivos
y también conforman la identidad geográfica de una comunidad. El de
Villa Dalcar, después de muchos años de un marcado deterioro
ambiental, hoy vuelve a mostrarse como una de las mejores postales de
Río Cuarto. Recobró el esplendor de otrora y las 350 especies que
actualmente lo habitan hacen otra vez de este lugar el reservorio de
biodiversidad más importante de la ciudad, después del río.
Y
no sólo eso. La cantidad de especies de peces del lago Dalcar es
superior a la reportada en ambientes urbanos o periurbanos de otras
provincias del país, como el del Parque San Martín de la ciudad de
9 de Julio (7 especies) y el de Colón (9 especies), en la provincia
de Buenos Aires, o el de Arocena en La Pampa (2 especies), incluso de
embalses de Córdoba, como La Viña y Piedras Moras.
Este
espejo de agua emblemático de Río Cuarto es la morada de 63
especies de aves, 16 de peces, 35 de plantas acuáticas, de 37
taxones (grupos) de macroinvertebrados acuáticos y de 175 taxones de
fitoplancton, para citar algunos.
Es
el resultado del proceso de saneamiento del Lago Villa Dalcar que
comenzó en 2017, cuando los vecinos de Río Cuarto tomaron la
iniciativa y presentaron un proyecto en el programa municipal
Presupuesto Participativo. Esta propuesta fue elegida por mayoría
tras una votación y significó el primer paso para hacer realidad
esa obra, que demandó el aporte interdisciplinario del Municipio, el
Club Náutico El Malón y la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Fueron
dos años de trabajo, en los que se recolectó información sobre la
historia, la calidad del agua (características físico-químicas,
bacteriológicas y estado trófico) y las principales comunidades
(fitoplancton, zooplancton, vegetación, macroinvertebrados, peces y
aves) del lago Dalcar.
Todos
los estudios y relevamientos que se hicieron involucraron a casi
treinta profesionales de las facultades de Agronomía y Veterinaria y
de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Río Cuarto, del
Conicet, de la Universidad Nacional de La Pampa, de la Universidad
Federal Rural do Río de Janeiro, Brasil, de Río Cuarto Bird Club y
del cuerpo de guardaparques de la provincia de San Luis.
Cada
paso de esta minuciosa tarea de remediación está actualmente
detallado en el libro “El lago urbano Dalcar: Estado ambiental y su
importancia en la conservación de la biodiversidad”, cuyo
compilador es el doctor Miguel Mancini, docente e investigador de la
UNRC.
Deteriorado
El
lago y su entorno estaban muy deteriorados ya que durante mucho
tiempo no contó con la provisión de agua necesaria en calidad y
cantidad, lo que provocó su progresiva decadencia.
El
desafío fue, primero, recuperar el ecosistema y, después, conservar
su riqueza ambiental.
La
construcción del lago comenzó en 1943 y se llenó de agua por
primera vez en 1948.
Junto
con el del Parque Sarmiento, en Banda Norte, son los únicos que
posee la ciudad dentro de su ejido urbano y dos de los espacios
verdes más representativos de la ciudad.
En
los últimos 30 años, el lago Dalcar sufrió una serie de sucesos
que impactaron sobre su estado ambiental. El año 2000 fue uno de los
más desfavorables para su situación. Un estudio microbiológico
reveló la presencia de la bacteria E. coli. Además, este espejo de
agua experimentó un crecimiento incontrolado de plantas acuáticas
durante la estación cálida.
Prácticamente,
desde 1990, diferentes procesos de deterioro ambiental se han
registrado en el lago, entre los que se destacaron efectos sobre los
organismos de diferentes comunidades, bajas del volumen de agua,
polución, mortandades de peces y claros signos de eutrofización
(acumulación de residuos orgánicos) con crecimiento desmedido de
fitoplancton, macroalgas y macrófitas. Este último fue uno de los
aspectos estéticos que más críticas recibió por parte de la
prensa y la ciudadanía, recordó el doctor Mancini.
Explicó:
“La constante acumulación de restos de plantas acuáticas y de
materia orgánica de diferente naturaleza ha provocado una marcada
colmatación, por ejemplo, en el sector del antiguo ingreso de agua
donde prácticamente ha desaparecido la zona litoral. Eso se tradujo
en una reducción de la profundidad del lago que favoreció el
crecimiento de organismos autótrofos, potenciado por la mínima o
nula renovación de agua. Por su parte, la marcada afluencia de
personas siempre impactó sobre el paisaje, en especial por la
presencia de residuos no biodegradables, plásticos, nylon, latas y
envases de vidrio”.
Sin
embargo, hoy el lago Dalcar luce su mejor rostro y goza de muy buena
salud.
Un
equipo de investigadores universitarios que, además del doctor
Mancini, también integraron Víctor Salinas, Juan Marzuoli y Lorenzo
Regis, de la UNRC, y Carla Sardella, de la Universidade Federal de
Río de Janeiro, halló peces pertenecientes a 14 especies, pero
mediante la observación de las capturas de los pescadores
recreativos se confirmó la presencia de otras dos: tararira y carpa
herbívora, con lo cual la riqueza de la ictiofauna del lago Dalcar
totaliza 16 especies.
El
trabajo de los investigadores reveló que los peces denominados
comúnmente orilleros, tubitos o madrecitas del agua fueron muy
numerosos y representaron más del 50 % del total de los especímenes
capturados.
Los
profesionales universitarios destacaron también la elevada captura
de pejerrey, pez del cual se tenía conocimiento de su presencia,
aunque no de las tallas y numerosidad observada. Esta especie
representó el 14,5 % de las capturas y fue la segunda en
importancia. El ejemplar de mayor porte midió 302 milímetros de
longitud total y registró un peso de 246 gramos.
Así
es como el lago Dalcar se convirtió en el hogar de especies como
pejerrey, carpa herbívora, carpa, orillero, madrecita, mojarra cola
colorada, mojarra fina, dientudo, mojarrita, tararira, chanchita,
palometa, limpiafondo, vieja del agua, bagre cantor, bagre negro y
anguila.
El
orillero y la madrecita del agua representan en este momento la mitad
porcentual de los peces del lago Dalcar. El pejerrey, en tanto, es la
tercera especie en importancia. Su introducción ha sido intencional
y seguramente con fines deportivos.
La
palometa y la chanchita están menos representadas, quizás por la
extracción permanente que hacen los pescadores con cañas
mojarreras.
Según
los investigadores, el lago es un sitio de importancia para las aves
acuáticas y migratorias de la región, no sólo como lugar de paso y
descanso, sino también como sitio de alimentación, dormidero y
reproducción.
Un
equipo integrado por Pablo Brandolín (UNRC), Miguel Ávalos y Ramiro
Ramírez (Río Cuarto Bird Club) y Samuel Olivieri Bornand (cuerpo de
guardaparques de la provincia de San Luis) realizó una docena de
muestreos que permitió registrar 63 especies de aves en el lago
Dalcar y sus adyacencias.
De
ese total, el 30 % son aves acuáticas y el 70 % restante son
terrestres.
El
estudio precisa que, de acuerdo a su estatus migratorio, 46 especies
son consideradas residentes y comunes para la región y 9 son
migrantes estivales. Destaca la presencia del pitotoy chico, el cual
es una especie migratoria transhemisférica. Por su parte, el cisne
cuello negro, a pesar de no ser considerado migratorio, es una
especie que presenta movimientos regulares entre sitios del centro
del país y más al sur.
Tres
especies registradas en las inmediaciones del lago Dalcar son
exóticas: la paloma bravía o doméstica, el gorrión y el estornino
pinto. Esta última es una especie originaria de Eurasia, introducida
en diversas partes del mundo y considerada una de las aves con mayor
potencial invasor y generadora de importantes poblaciones plagas. En
diversos lugares, fue introducida para controlar plagas de insectos,
pero en Argentina se cree que su introducción se debe al escape
consecuencia del mascotismo. Particularmente, en el lago Dalcar se
registró a esta especie con eventos exitosos de nidificación.
El
listado de aves que habitan en este lugar de Río Cuarto es extenso,
pero entre algunas, además de las mencionadas, se pueden hallar las
siguientes: pato capuchino, pato barcino, biguá, macá pico grueso,
garza mora, garza blanca, garcita blanca, chiflón, garza bruja, jote
cabeza negra, taguató común, pollona pintada, pollona negra,
gallareta ligas rojas, gallareta escudete, gallareta chica, tero
común, palomas, torcacita común, torcaza, lechucita vizcachera,
picaflor común, martín pescador grande y chico, carpintero,
carancho, chimango, cotorra, hornero, benteveo, tijereta,
golondrinas, zorzal, calandria, jilguero y tordo, entre otras.
Los
doctores César Núñez, María Amuchástegui y Juan Cantero (UNRC),
por su parte, llevaron a cabo más de 15 censos en puntos
estratégicos del lago.
Determinaron
que, en su mayoría, este espejo de agua está colonizado por
especies nativas, dado que del total de la flora relevada, 27
especies se encuadraron en este origen. “El lago Dalcar posee una
alta riqueza de plantas, acuáticas y palustres, así como de formas
de crecimiento que se deberían preservar para mantener las funciones
vitales del lago y la biodiversidad asociada a estas plantas”,
remarcó este grupo de investigadores.
Añadieron:
“Las especies problemas son las sumergidas arraigadas, debido a la
escasa profundidad del lago y a la alta deposición de detritus
(resultado de la descomposición de una masa sólida en partículas).
Tales condiciones permiten el excesivo crecimiento de estas especies
que invaden el lago alterando sus funciones recreativas y
turísticas”.
“El
problema de las malezas acuáticas debe formar parte de un programa
de manejo integrado del lago, el cual debe proveer de información
sobre las interrelaciones entre dichas especies y la biodiversidad
existente en dicho espejo de agua”, agregaron. Por eso, reclamaron
“estrategias de concientización y prevención que permitan evitar
la introducción de especies vegetales y animales, como así también
impedir el vertido de residuos urbanos al lago”.
El
trabajo también incluyó una descripción de la comunidad
fitoplanctónica del lago Dalcar y su variación estacional.
Esta
fue una tarea que llevaron a cabo los científicos locales Luciana
Cibils Martina, Leandro Gnesutta, Noemí Gari y María Elisa Luque.
Identificaron
175 taxones (grupos de organismos emparentados), algunos de los
cuales permanecieron presentes en todos los sitios de muestreo y en
todas las épocas del año.
El
lago Villa Dalcar reúne varias condiciones que propician condiciones
eutróficas (organismos que presentan buen estado de nutrición).
Además,
en comparación con otros lagos urbanos, la densidad de algas, según
este estudio, fue baja y la riqueza de especies alta. No se
encontraron en abundancia especies que produzcan toxinas, signos que
resultan alentadores para la salud del ecosistema.
En
tanto, los especialistas Alicia Vignatti, Santiago Echaniz y Gabriela
Cabrera, de la Universidad Nacional de La Pampa, y Miguel Mancini y
Víctor Salinas, de la UNRC, corroboraron que el lago Dalcar presenta
una elevada riqueza de zooplancton que podría deberse, por un lado,
a la reducida salinidad del agua y, por el otro, a la abundante
densidad de plantas macrófitas, que le sirven de refugio contra la
predación por parte de algunos peces que se alimentan de ellos.
Asimismo, la presencia de crustáceos relativamente grandes indicaría
una aceptable calidad del agua, ya que son conocidos los efectos
negativos de la polución sobre esta comunidad.
El
trabajo interdisciplinario que demandó el saneamiento del lago Villa
Dalcar también involucró la participación de los investigadores
Romina Príncipe y Javier Márquez, del Departamento de Ciencias
Naturales (Universidad Nacional de Río Cuarto), quienes lograron
recolectar en total 37 taxones de macroinvertebrados acuáticos.
Las
comunidades de macroinvertebrados están constituidas por
invertebrados acuáticos que a lo largo de su ciclo de vida alcanzan
un tamaño superior a 0,2 milímetros (principalmente insectos
acuáticos). Estos organismos viven asociados al sustrato del fondo,
como así también a otras superficies estables tales como ramas de
árboles, raíces y vegetación sumergida y emergente.
El
número de taxones y la abundancia de invertebrados fue mayor en
invierno, lo que puede atribuirse a una menor cantidad de lluvias en
ese período, ya que esto puede influir sobre el volumen de agua del
lago Dalcar y provoca, consecuentemente, una concentración de
individuos en el cuerpo de agua.
Este
estudio en particular incluyó, además, un relevamiento cualitativo
de libélulas adultas, en el que se registraron 11 especies.
Estos
insectos son considerados indicadores de la calidad ecológica. Son
insectos que viven en ambientes acuáticos durante su fase larval,
pero habitan ambientes terrestres como adultos voladores. Son
considerados excelentes organismos modelo para la caracterización
ambiental y el monitoreo debido a su apariencia atractiva, su
sensibilidad a diferentes factores de estrés, su ciclo de vida
complejo con larva acuática y adulto terrestre y por la posibilidad
de identificar las especies en el campo.
Los
resultados obtenidos en este trabajo científico mostraron que el
lago Dálcar presenta las características apropiadas para el
mantenimiento de una diversa fauna de invertebrados acuáticos.
La
investigación describió asimismo las condiciones bacteriológicas
del agua del lago Dalcar durante el período de un año en cuatro
épocas de muestreo, comenzando en verano, seguido de otoño,
invierno y primavera. El estudio permitió realizar un diagnóstico
de la situación referida a la calidad microbiológica del mencionado
recurso hídrico.
Fredy
Dutra, Prensa UNRC.
Fuente:
Fredy Dutra, Investigación de la UNRC: hay 350 especies de flora y fauna en el lago Villa Dalcar, 15 noviembre 2019, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 19 noviembre 2019.
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