Un
trabajo en colaboración entre diversas instituciones universitarias
y de entidades ligadas al tema ambiental plantean "recomendaciones
para la restauración ecológica" tras el impacto del fuego. En
lo quye va de este año se quemaron unas 17 mil hectáreas en
Córdoba.
por
Fernando Colautti
Los
incendios forman parte de la historia cordobesa. Pero su acumulación
a través de los años genera impactos que debieran evitarse o
mitigarse, fundamentalmente en el área serrana, clave para la
sustentabilidad ambiental e hídrica de esta provincia.
Una
serie de incendios conmovieron a los cordobeses en las últimas
semanas: cerca de 11 mil hectáreas serranas se quemaron en sólo 10
días.
El
trabajo fue elaborado en forma colaborativa. Hace foco, sobre todo,
en la idea de recuperar la vegetación autóctona serrana.
Lo
básico
"Un
ecosistema quemado sigue estando vivo aunque no lo veamos, ya que las
raíces siguen activas y casi todas las plantas rebrotan con fuerza
para así comenzar la larga recuperación natural postfuego. La
restauración activa de ecosistemas nativos es importante donde
fuegos reiterados, ganadería, agricultura, urbanización e invasión
por plantas exóticas ya redujeron mucho la capacidad regenerativa
del sistema. Para contribuir a una restauración activa es importante
capacitarse ayudando en proyectos existentes, realizando cursos y
leyendo sobre el tema. Por eso, estas recomendaciones son
orientativas y de ninguna manera son una receta. Es importante
realizar una observación previa para adaptar estas recomendaciones a
cada situación particular", señala como introducción.
1.
¿Qué hacer durante los primeros meses?
Luego
de ocurrido un incendio la prioridad es evitar la pérdida de suelos
y la instalación de especies leñosas exóticas invasoras (por ej:
acacia negra, siempreverde, olmo, grateus, zarzamora, entre otras).
El
suelo queda sumamente desprotegido y frágil. Por ello, cualquier
intervención sobre ese suelo debe estar bien planificada.
1.1.
Controlar el ganado
La
mayoría de las áreas afectadas por los incendios en la zona serrana
son utilizadas para la ganadería. De hecho, la quema de pastizales
es una práctica común para favorecer el rebrote de los pastos
forrajeros. Es muy importante evitar que el ganado transite por las
áreas recientemente quemadas al menos por una temporada de lluvias
(hasta mayo del siguiente año). El grado de fragilidad que tiene el
suelo por la ausencia de vegetación y el impacto de estos animales
con su pisoteo hacen que se pierdan y/o degraden grandes cantidades
de suelo.
Sin
duda, esta es una tarea muy difícil. Sin embargo, productores
ganaderos que piensen en la sostenibilidad de su campo a mediano y
largo plazo sabrán la importancia de esta medida. Por otro lado,
sería interesante comenzar a exigir políticas públicas en este
sentido.
1.2.
Construir fajas de retención de suelo y agua
Para
reducir la erosión hídrica en zonas con pendiente, podemos
construir fajas de retención con ramas de árboles o arbustos
nativos quemados que se encuentren en el suelo (las ramas que se
encuentran en pie podrían rebrotar). También podemos usar leño de
especies exóticas (ver punto 1.3)
Las
fajas deberán construirse de forma perpendicular a la pendiente y
paralelas entre sí. Si hay piedras, se pueden utilizar como
“colchón” y sobre ellas acumular las ramas. El tamaño
recomendable de las fajas es de 30 cm de alto y 1 metro de ancho
aproximadamente, con una longitud que deberá cubrir toda la
extensión del terreno, pudiendo interrumpirse en lomadas. Repetir
las fajas cada 15 metros. Si las fajas no son perpendiculares a la
pendiente pueden generar escorrentías no deseadas y mayor erosión
del suelo.
Estas
fajas no contienen totalmente el agua, pero retienen el suelo y las
cenizas cuando las primeras lluvias de la estación empiezan a
arrastrarlas pendiente abajo. Además, acumulan semillas, reducen la
velocidad del agua y la conducen a sitios con mejor infiltración.
Si
sobran ramas se pueden dispersar por todo el terreno quemado e
incluso traer guano y otros restos vegetales de zonas no quemadas
para aportar materia orgánica al suelo.
1.3.
Controlar especies exóticas invasoras
En
caso de encontrar especies leñosas exóticas (quemadas o no
quemadas), cortarlas y utilizar el leño para construir las fajas de
retención. Además, para dificultar la recolonización por semillas
desde los lugares no quemados cercanos al incendio, recomendamos
extraer estas especies de dichos lugares y usarlas para las fajas.
Si
hay plantas de especies invasoras en las viviendas o espacios
públicos de localidades y zonas cercanas a las áreas incendiadas,
es relevante evitar la diseminación de sus semillas. Todo recaudo
para evitar la dispersión es bienvenido, por ejemplo la poda o
extracción de los ejemplares.
1.4.
Revegetar con herbáceas (enriquecer el banco de semillas)
Luego
de los incendios el banco de semillas (semillas disponibles en el
suelo) queda empobrecido, lo cual puede hacer más lenta la
recuperación de las especies herbáceas una vez que comienzan las
lluvias.
Esta
recuperación es importante ya que las especies herbáceas a medida
que crecen van protegiendo el suelo y evitan la erosión. Para
incorporar semillas de especies herbáceas en algunos sectores de la
zona incendiada, se puede juntar mantillo de los alrededores del
incendio y esparcirlo en la zona quemada, ya que éste suele contener
semillas que se dispersaron durante el otoño anterior. Hay que tener
la precaución de no juntar el mantillo en zonas invadidas por
especies exóticas.
También
se pueden juntar semillas directamente de las plantas nativas en los
casos en que éstas persistan. Una forma para facilitar la siembra es
preparando baldes con agua y mantillo y dispersar ese lodo con
movimientos amplios para que se distribuya en mayor superficie.
1.5
Poner en marcha acciones preventivas
El
deseo de ponerse en marcha para recuperar las zonas afectadas también
puede encauzarse hacia acciones preventivas que se sostengan en el
tiempo, como campañas de educación, el armado y gestión local de
viveros de leñosas y herbáceas nativas, u otras iniciativas. Por
ejemplo, demandar acciones estatales en todas las escalas de gestión
y políticas públicas ambientales para la prevención de incendios,
manejo del fuego, restauración, protección de cuencas y bosques.
2.
¿Qué hacer después de un año?
Luego
de proteger el suelo podemos ayudar al ecosistema a recuperarse, en
particular a los árboles y arbustos, que son los que más tardan en
crecer.
El
sistema tiene alta resiliencia (capacidad de volver al estado
anterior) debido a que la mayoría de las plantas leñosas no mueren
después del incendio.
Muchas
veces parecen completamente muertas, pero sus raíces o troncos están
vivos, y cuando comienzan las lluvias las plantas rebrotan. La
supervivencia es generalmente de entre un 70 y 90 % dependiendo de la
especie, la intensidad del fuego y otros factores.
Para
que los árboles y arbustos rebrotados puedan crecer y recuperar su
tamaño anterior al fuego, es necesario que no sean sombreados por
las especies exóticas, que en general tienen una velocidad de
recuperación más alta, y que no sufran nuevos disturbios
(principalmente herbivoría por ganado doméstico u otro fuego)
durante los años siguientes.
2.1.
Con el ojo en las exóticas invasoras
Así
como gran parte de las plantas nativas sobreviven también lo hacen
muchas leñosas exóticas. Recomendamos combatir los rebrotes y si es
posible extraerlas de raíz. También es necesario monitorear el
establecimiento de nuevos ejemplares y en el caso de encontrarlos
extraerlos para evitar una posible invasión. Además, seguir
combatiendo las especies exóticas invasoras que se encuentren sobre
los bordes del área quemada para prevenir su avance hacia el
interior de la misma. Las acciones de control de especies exóticas
deberían sostenerse hasta que no se identifiquen ejemplares.
2.2.
Cuidar a las especies leñosas nativas rebrotantes
Muchas
veces no se reconoce el rebrote, y se extraen los esqueletos muertos
para leña. Al hacer esa extracción, se daña el rebrote. Al mismo
tiempo, el ganado tiende a consumirlo, por lo cual es deseable que
incluso pasado el año del incendio, las cargas animales se mantengan
más bajas de lo normal.
2.3.
Que vuelva la biodiversidad
Si
dejamos los árboles y arbustos quemados en pie, favorecemos que las
aves las usen como “perchas” y allí se posen para defecar
semillas (nativas y exóticas, ver punto 2.1), ayudando a enriquecer
la biodiversidad del sistema.
Por
otro lado, los restos de árboles y arbustos quemados sirven como
apoyo para enredaderas, nidos de aves y refugio para insectos.
2.4.
¿Plantar nativas?
Plantar
especies leñosas nativas generalmente no es necesario, debido su
alta capacidad de rebrote después del fuego. Sin embargo, puede ser
una estrategia que ayude a la recuperación, en particular en casos
donde el incendio fue muy intenso y la mortalidad fue más alta que
lo normal, o en caso donde ya quedaban pocos árboles antes del
incendio. Idealmente se trabaja con plantas cultivadas con semillas
procedentes de la zona. Las mismas se pueden plantar muy próximas a
las fajas de retención para que queden protegidas. Las especies que
se seleccionen para implantar deben responder a una planificación
con el objetivo de restaurar el ecosistema local.
Plantar
especies nativas también es recomendable como actividad educativa.
Aunque al igual que con el cuidado del rebrote, el ganado doméstico
puede consumir los plantines, por lo cual es nuevamente necesario
bajar las cargas ganaderas y monitorear su impacto.
Quiénes
participaron
Autores.
Joaquín Piedrabuena, Ana Cingolani, Melisa Giorgis, Natalia De Luca,
Cecilia Eynard, Daniel Renison, Laura Cavallero, Antonia Oggero,
Esteban Kowaljow, Romina Torres, Benjamin Marsal, Elisa Sosa, Pablo
Friedlander, Evangelina Natale, Adriana Verdini, Paola Peltzer.
Instituciones
participantes. Ecosistema Argentinos (EA); Red de Restauración
Ecológica Argentina (REA, Nodo Centro); Instituto Multidisciplinario
de Biología Vegetal (IMBIV-CONICET); Centro de Ecología y Recursos
Naturales Renovables (CERNAR); Vivero Escuela y Banco de Semillas de
Especies Nativas; Vivero Municipal de Alpa Corral; Guardas
Ambientales Voluntarios de Alpa Corral; Reserva Bosque Autóctono del
Espinal (UNRC).
Fuente:
Fernando Colautti, Consejos de especialistas: cómo restaurar los suelos serranos tras los incendios, 8 octubre 2019, La Voz del Interior. Consultado 9 octubre 2019.
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