El
25 de septiembre se reanuda el proceso contra un acusado de ser el
actor intelectual del crimen, aunque Berta Zúñiga no confía en la
justicia. "Tratan de ocultar a los máximos responsables".
por
Carlos Salinas Maldonado
Empresarios,
militares en activo y políticos hondureños se conchabaron para
asesinar a la ambientalista hondureña Berta Cáceres, según
denunció este martes en Guatemala su hija, Bertha Zúñiga. El
crimen se cometió el 2 de marzo de 2016 en la casa de la activista
-a 190 kilómetros de Tegucigalpa, la capital. En una conferencia de
prensa organizada en la Casa de la Memoria de Ciudad de Guatemala,
Zúñiga afirmó: "Los asesinos recibieron órdenes, apoyo
logístico y luego dinero de actuales y antiguos gerentes de
Desarrollos Energéticos S.A. [DESA] y personal militar activo",
afirmó Zúñiga, quien informó en entrevista con EL PAÍS que la
fiscalía de Honduras le comunicó hoy que la audiencia inicial
contra David Castillo, presidente ejecutivo de DESA y señalado de
ser el autor intelectual del homicidio contra la activista, se
reanudará el 25 de septiembre. La familia espera que él sea
enjuiciado y condenado.
El
juicio contra Castillo fue suspendido en septiembre del año pasado,
después de que familiares de Cáceres denunciaran irregularidades en
el proceso. La fiscalía de Honduras afirma en su acusación que
Castillo pidió al jefe de seguridad de DESA, el militar retirado
Douglas Bustillo, que organizara el homicidio. Bustillo acudió a un
viejo amigo del Ejército, el mayor Mariano Díaz Chávez, instructor
de la Policía Militar y miembro de las Fuerzas Especiales, para que
contratara a unos sicarios. Se les pagó hasta 2.200 dólares (1.986
euros) para cometer el crimen,según la Fiscalía. Zúñiga asegura
que participarán en el proceso contra Castillo, aunque no confía en
la justicia hondureña. "Se han demostrado muchas
irregularidades que tratan de ocultar a los máximos responsables.
David Castillo es un actor intelectual, pero él es un subordinado de
los intereses de los directivos, de los dueños de la empresa que
siguen en la impunidad", afirma Zúñiga a este diario. La mujer
dice que "no hay voluntad política" del Estado hondureño
para esclarecer un caso emblemático, que ha atraído la atención
internacional. A pesar de la "negligencia del ministerio
público, hay mucha información sobre este caso, una violación a
los derechos humanos. La causa para la búsqueda de justicia por
Berta Cáceres se quiere cerrar con David Castillo".
DESA,
propiedad de la poderosa familia Atala, se ha deslindado de los
hechos. Berta Cáceres había denunciado públicamente a Castillo por
amenazas de muerte. La ecologista se había opuesto abiertamente a la
construcción de la presa de Agua Zarca, un proyecto hidroeléctrico
que afectaría al río Gualcarque, importante fuente de recursos para
comunidades indígenas hondureñas. Cáceres movilizó a los
indígenas, denunció el proyecto allá donde viajaba y atrajo la
atención internacional. Por su lucha ecologista le fue otorgado el
Goldman Enviromental Prize, el galardón más prestigioso en su ramo.
"La justicia verdadera no llegará hasta que sean enjuiciados
los máximos responsables y sea cancelada la concesión a ese
proyecto de muerte, que se mantiene vigente por 50 años", dice
su hija.
Bertha
Zúñiga afirma que ejecutivos de DESA dieron su consentimiento para
el asesinato de Cáceres y así "neutralizar su resistencia al
proyecto". "Ellos interceden con ministros y personas con
alto nivel en Honduras, para tener presencia policial y militar en la
región y atacar a la comunidad. Se asociaron ilícitamente para
atacar a Berta Cáceres porque pensaron que asesinándola iban a
detener su lucha".
Un
informe publicado por expertos internacionales en noviembre de 2017
denunciaba que "la evidencia existente es concluyente sobre la
participación de numerosos trabajadores del Estado (policías,
militares y funcionarios), así como de directores y empleados de
DESA en la planeación, ejecución y encubrimiento" del
asesinato. El plan se gestó en noviembre de 2015, según el
documento titulado Represa de violencia: el plan que asesinó a Berta Cáceres, elaboraron por juristas de Colombia, Estados Unidos,
Guatemala y Holanda. Ellos, además, denunciaron una "conspiración"
para obstruir la justicia. "Los agentes a cargo de la
investigación no han seguido las normas para procesar, juzgar y
sancionar a todas las personas responsables del asesinato de Cáceres
y la tentativa de asesinato de Gustavo Castro", el único
testigo del crimen de la reconocida ecologista.
En
una entrevista concedida a El País en 2016, Castro contó que los
sicarios entraron por la cocina de la casa de Berta Cáceres. Uno de
ellos se dirigió a la habitación de la activista. “No se
esperaban que yo estuviese en la casa. Pensaban que Berta iba a estar
sola, porque la noche anterior su hija había volado a la Ciudad de
México. Estaba todo planeado”. Uno de los sicarios disparó contra
el también ecologista. “Me salvé por una milésima de segundo, si
me hubiese movido un poco antes o después, estaría muerto”.
Honduras
es considerado el país más peligroso del mundo para los
ecologistas, según un informe de la ONG internacional Global
Witness, que documenta los crímenes contra ambientalistas a nivel
internacional. El organismo ha denunciado que entre 2010 y 2017 han
sido asesinados 123 ecologistas en el país centroamericano. En estos
crímenes, ha advertido, han estado ligados “altos cargos políticos
y élites empresariales” hondureños. Este martes, desde Guatemala,
Bertha Zúñiga exigió "la captura y enjuiciamiento de los
demás autores intelectuales" del asesinato de su madre, en su
lucha incansable por lograr justicia. "Las autoridades
hondureñas parecen ser bastante ineficientes, no han respetado los
estándares internacionales. Sin embargo, hay muchas pruebas. Más
allá de confiar en el Ministerio Público, confiamos en esas
pruebas, en que es clara la culpabilidad de David Castillo y en que
no hay manera, si se respeta el debido proceso, de detener ese
juicio".
Fuente:
Carlos Salinas Maldonado, La hija de Berta Cáceres denuncia “colusión entre militares y empresarios” para asesinar a su madre, 10 septiembre 2019, El País. Consultado 16 septiembre 2016.
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