Entrevista al
ingeniero agrónomo Lucas Garibaldi. El joven científico distinguido
recientemente con el Premio Houssay, reconocimiento que otorga el
Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación
para homenajear a científicos e investigadores que se destacan por
su trayectoria, dialogó con Universidad sobre sus próximos desafíos
y la importancia de la ciencia para la vida cotidiana.
Ingeniero
agrónomo y doctor en Ciencias Agropecuarias por la Universidad
Nacional de Buenos Aires (UBA), Lucas Garibaldi se destaca como joven
investigador. Además de haber recibido el Premio Houssay, su
vigésimo quinto galardón obtenido, recientemente fue reconocido
como uno de los diez jóvenes más destacados en la academia
argentina.
Además dirige en
la actualidad el Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales,
Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD) de la Universidad Nacional
de Río Negro (UNRN). Sus estudios se enmarcan en áreas tales como
agroecología, apicultura, biodiversidad, servicios ambientales y su
contribución al bienestar humano. Mediante investigaciones, propone
fomentar la sostenibilidad ecológica, social y económica de los
sistemas agropecuarios y forestales.
A semanas de
recibir el prestigioso premio que otorga el Ministerio de Educación,
Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación para homenajear a
científicos e investigadores que se destacan por su trayectoria,
Garibaldi dialogó con Universidad sobre sus próximos desafíos, el
trabajo del instituto que coordina y el rol de la divulgación dentro
de la labor científica.
¿Qué significa
para tu carrera haber obtenido el reconocimiento de los premios
Houssay?
Somos muchos los
que estamos trabajando fuertemente día a día y buscando soluciones
a diversos problemas. Es tal vez el premio más importante que puede
recibir un científico en Argentina y es también un reconocimiento a
toda la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Estoy muy
contento. Es clave para difundir resultados positivos de muchas
investigaciones. En estas se demuestran que es posible lograr un
ámbito rural muy productivo cuidando el medio ambiente.
¿Por dónde
pasan hoy los desafíos de tu labor como científico e investigador?
¡Muchos! Hoy
como director del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales,
Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD). Un desafío clave es lograr
un espacio físico para las oficinas y laboratorios del IRNAD.
También poder contar con personal de apoyo (técnico y
administrativo).
¿Considerás
que la ciencia puede estar más cerca de la comunidad? ¿Qué puede
aportar más a mejorar la calidad de vida de las personas? En este
sentido, ¿qué papel creés que juega la universidad pública en esa
tarea? ¿qué podrías agregar desde tu experiencia personal en
relación al aporte de la universidad?
Sí. Me motiva la
investigación para lograr un medio rural con objetivos positivos en
las dimensiones sociales, económicas y ecológicas en el largo
plazo. Mis estudios tratan sobre agroecología, apicultura,
biodiversidad, interacciones entre plantas e insectos (herbivoría,
polinización, plagas), servicios ambientales y su contribución al
bienestar humano. Estos trabajos han tenido un énfasis cuantitativo,
desarrollando y aplicando nuevos modelos estadísticos. Quiero
contribuir hacia una ciencia predictiva, que sirva para prevenir
problemas ambientales-sociales y para proponer soluciones.
¿Qué papel le
otorgás a la divulgación dentro de la labor científica?
Le otorgo un
papel muy importante a la divulgación dentro de mi carrera. Me
interesa vincularme con los políticos, productores y consumidores de
modo que las investigaciones tengan impacto sobre la calidad de vida.
Dedico buena parte de mi tiempo trabajando ad-honorem en plataformas
intergubernamentales científico-políticas, asociaciones de
productores y apicultores, programas de radio, proyectos de ley, y
revistas sin fines de lucro, entre otros.
En estas
actividades mostramos, con base científica, que es posible realizar
algunos cambios al medio rural para mejorar nuestra salud, el medio
ambiente, la productividad y la justicia social. Estos cambios
dependen tanto de acciones por parte de los consumidores como de los
productores.
Un puente entre
la ciencia y el desarrollo
El IRNAD fue
creado por una resolución del 4 de diciembre de 2015 firmada por el
rector de la UNRN, Juan Carlos Del Bello. La experiencia es un muy
buen ejemplo de cómo la Universidad puede constituirse en un puente
entre la investigación y el desarrollo. Vale destacar alguno de los
objetivos que se fijó el Instituto desde el momento mismo de su
nacimiento. Los mismos dan cuenta de la necesaria contribución al
desarrollo, evaluación y monitoreo de tecnologías para el manejo
sostenible de los agroecosistemas, pero al mismo tiempo contemplan
también el avance en el conocimiento de los recursos naturales como
una herramienta para la gestión, su uso y manejo sustentable.
Es de destacar
que sin dejar de promover el trabajo académico y las horas de
investigación, el Instituto tenga dentro de sus fundamentos
originarios el impulsar y desarrollar líneas de investigación en
base a problemas concretos de las actividades económicas locales y
regionales relacionadas con las áreas rurales y los recursos
naturales.
Fuentes:
“Es posible lograr un ámbito rural muy productivo cuidando el medio ambiente”, 27/12/18, Página/12.
Un puente entre la ciencia y el desarrollo, 27/12/18, Página/12.
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