jueves, 18 de octubre de 2018

La subida del nivel del mar pone en peligro el patrimonio cultural de la humanidad en las costas del Mediterráneo



Un estudio alerta de que la erosión y las inundaciones afectarán a casi medio centenar de lugares de valor único.

por Francesco Rodella

La integridad de decenas de localidades costeras del Mediterráneo declaradas patrimonio mundial cultural de la humanidad está en peligro. Un estudio publicado este martes en Nature Communications muestra que estos sitios, en su mayoría, están amenazados por la subida del nivel del mar, una de las consecuencias del calentamiento global. La investigación evalúa cómo la combinación de este factor con eventos meteorológicos extremos puede provocar un aumento de la erosión y de las inundaciones en las costas. En total, hasta 47 de los 49 lugares analizados podrían sufrir impactos negativos por uno de estos dos fenómenos (o ambos), según concluye. Los autores consideran necesario que los Gobiernos tomen medidas ajustadas en cada sitio para garantizar su protección.

Algunos lugares mediterráneos declarados patrimonio de la humanidad ya sufren los impactos derivados de la subida del nivel del mar, explica Lena Reimann, investigadora de la Universidad de Kiel (Alemania) y autora principal del estudio. Un caso emblemático es la laguna de Venecia, sujeta periódicamente a inundaciones parciales. En esta ciudad italiana, desde hace 15 años se construye un sistema de barreras que permitiría reducir el impacto de las mareas altas, explica la científica.

Las cosas en el Mediterráneo no irán a mejor, según evidencian las proyecciones de cambio climático en la región. “La amenaza principal será representada por las inundaciones costeras”, explica Reimann. “Se verán niveles del mar más extremos, con edificios, iglesias, templos y estatuas claramente amenazadas”, detalla. “La erosión costera avanza más lentamente, pero podría afectar a determinadas estructuras, así como a las características de paisajes culturales como el delta del Po (Italia)”, agrega.

La investigación plantea para el año 2100 cuatro posibles escenarios de aumento de subida del mar en combinación con eventos extremos. Para cada uno de los sitios analizados y por cada escenario, el estudio compara la situación en el año 2000 con cómo podría haber evolucionado un siglo después. Los autores prevén que, en el caso más desfavorable, el nivel del mar subiría en cien años de hasta 1,46 metros. Como consecuencia de este fenómeno, las inundaciones en el área mediterránea podrían incrementarse hasta un 50% y la erosión costera hasta un 13%. El resultado final del estudio es un índice de exposición a la erosión o a las inundaciones de cada uno de los lugares analizados.

Con respecto al riesgo de inundaciones, algunas de las condiciones más extremas se pueden encontrar en la parte norte del mar Adriático, que acoge muchos sitios declarados patrimonio de la humanidad”, asegura Reimann. “Esta zona incluye Venecia y su laguna, Ferrara y el delta del Po y la catedral de San Jacobo en Sibenik (Croacia)”, explica. Los resultados referidos al aumento de las condiciones de erosión de las costas, en cambio, evidencian que los tres lugares más vulnerables a este fenómeno son las joyas arqueológicas de Tiro (Líbano), Tarragona y Éfeso (Turquía).

Los países que concentran el porcentaje más alto de patrimonio de la humanidad amenazado por la subida del nivel del mar son Italia, Croacia, Grecia y Túnez, según el estudio. Para España, además de Tarragona, se ha estudiado la sierra de Tramontana en Mallorca. En este caso, la investigación señala un índice especialmente elevado de exposición a la erosión. Solo la Medina de Túnez (el casco antiguo de la capital del país norteafricano) y las ruinas de Xantos-Letoon (Turquía) no corren riesgo de sufrir impactos por erosión o inundación.

Cómo afrontar la marea

Fuentes de la Unesco aseguran que el cambio climático es “una amenaza creciente” para los sitios declarados patrimonio de la humanidad. “Los impactos son variados, y la subida del nivel del mar es solo uno de ellos”, agregan estas fuentes. En 2017, un estudio realizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza destacó que el número de lugares naturales impactados por el cambio climático se había duplicado en tres años. “La situación no es muy diferente para los sitios de carácter cultural”, comparan las fuentes citadas anteriormente.

Para hacer frente a la situación, los autores del estudio publicado este martes consideran que hacen falta medidas de protección adaptadas a las características de cada uno de los lugares amenazados. Por ello, sostienen la necesidad de realizar estudios individuales. “Se puede imaginar una clasificación de los sitios donde se pueden aplicar estrategias similares”, afirma Reimann. “Pero una solución que valga para todos no parece plausible”, agrega. En su opinión, se necesitan “planificación temprana y una adaptación proactiva, que incluya soluciones innovadoras para los distintos sitios”.

Por su lado, la Unesco afirma que la cuestión de fondo sigue siendo la necesidad de que se reduzcan la emisiones de CO2 y se limite el aumento medio de la temperatura global “al menos por debajo de 1,5 grados centígrados”, como quedó establecido en el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Si los Gobiernos no logran esos objetivos, “el futuro de muchos de nuestros sitios declarados patrimonio mundial será sombrío”, alerta.

Riesgos alargados

Íñigo Losada, catedrático de Ingeniería Hidráulica en la Universidad de Cantabria, destaca que el nuevo estudio no considera en su análisis las características específicas de los sitios incluidos. En opinión de este experto, eso constituye una limitación, porque los resultados de los efectos de inundaciones y erosión ilustrados para cada lugar podrían ser sobreestimados. “Una inundación no afecta de la misma manera a una catedral o a unas ruinas arqueológicas”, explica. El catedrático también pone el acento en que hay que evaluar que algunos de estos elementos están protegidos por encontrarse en una ciudad o estarán amparados por estructuras de defensa, como en el caso de Venecia.

Pese a estas observaciones, Losada considera innegable que la subida del nivel del mar es un peligro real para muchas localidades costeras del Mediterráneo, incluidos sitios declarados patrimonio de la humanidad. “En término de cambio climático, nuestro patrimonio universal más expuesto es aquel situado en la costa sometido a los impactos de la inundación y erosión”, afirma.

El experto agrega que en la costa mediterránea española hay también muchos sitios de valor histórico o cultural que están amenazados pero no figuran en el listado de la Unesco. “Sabemos que vamos a tener más erosión y más inundaciones. Habría que prestar a ese patrimonio la misma atención que dedicamos a ciudades, infraestructuras o ecosistemas”, concluye.

Barreras artificiales para proteger Venecia

En Venecia se empezó a construir en 2003 el Modulo Sperimentale Elettromeccanico (MOSE), un sistema de barreras que impediría la inundación de las zonas urbanas si el nivel de la marea alta supera los 1,1 metros. Las obras están completas al 94-95 % y se prevé que terminen este año, según fuentes de Venezia Nuova, el consorcio encargado de la construcción por el Ministerio de Infraestructuras y Transportes italiano. Actualmente está ya en funcionamiento una de las cuatro barreras previstas en el MOSE, aseguran las mismas fuentes. La puesta en marcha definitiva del proyecto está prevista para finales de 2021 tras un periodo de pruebas, agregan.

La búsqueda de nuevas soluciones en las costas catalanas

Agustín Sánchez-Arcilla, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), explica que en esa región la vulnerabilidad a la erosión costera se debe en particular a la falta de arena. “Es un bien escaso y hay que manejarlo con mucha inteligencia y precaución, porque sino no saldremos bien parados”, asegura.

El experto cuenta que un grupo de investigación de la UPC experimenta un método innovador de protección de la costa ante la subida del nivel del mar basado justamente en el uso de este material. La arena se utiliza para llenar sacos de fibra natural y crear así un tipo de barrera diferente a las de piedra, porque es flexible y adaptable a posibles aumentos del nivel de las aguas, explica Sánchez-Arcilla. También se puede cambiar fácilmente su ubicación si la línea de costa retrocede, agrega.

El catedrático confirma que también la zona donde se ubica el conjunto arqueológico de Tarragona, declarado patrimonio de la humanidad, está muy expuesta a la erosión. El sistema que experimenta la UPC sería eficaz para proteger esa línea de costa, explica. Las pruebas de este método están financiadas por la UE en el marco del proyecto Hydralab+.

Fuentes:
Francesco Rodella, La subida del nivel del mar pone en peligro el patrimonio cultural de la humanidad en las costas del Mediterráneo, 18/10/18, El País. Consultado 18/10/18.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Acqua alta" de la artista Laura Climent.

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