Una obra de toma
de agua potable justo en un sitio histórico preocupa a los vecinos.
Plantean que se suma a otras extracciones. La Provincia asegura que
no agregará impacto sobre el río de los Sauces, el principal del
valle.
Luego del
malestar causado en la población de Villa Dolores y zona por una
obra realizada justo sobre un sitio histórico y turístico del río
de los Sauces, los vecinos temen por el futuro del principal curso de
agua del Valle de Traslasierra, en su cuenca baja. Por eso, solicitan
que la Provincia declare como área protegida el cauce entre el dique
La Viña y la localidad de San Vicente. También, que se controlen el
agua y la contaminación desde las viviendas, y que se asegure un
mínimo caudal ecológico para que conserve su biodiversidad.
Sobre la nueva
obra de toma de agua sobre el río, funcionarios de Recursos Hídricos
de la Provincia transmiten tranquilidad asegurando que el impacto es
mínimo y que la fisonomía del lugar volverá pronto a ser la misma.
“No queremos
encontrarnos con una obra inconsulta que transforme nuestra zona, no
sabemos qué consecuencias va a tener esto, el río ya trae poca agua
y se le quitará más; queremos conocer y acordar qué se hará sobre
el cauce”, planteó Leandro López, miembro del centro vecinal de
Piedra Pintada, un barrio de Villa Dolores.
A principios de
abril, los vecinos se sorprendieron porque en pleno balneario, y
donde se encuentran los petroglifos de aborígenes que le dan nombre
al lugar, una obra especialmente invasiva lo había trastrocado. Se
trata de una toma subálvea destinada a llevar agua a la comuna de
Sauce Arriba, según explicaron desde la Secretaría de Recursos
Hídricos de la Provincia.
Petitorio
A solicitud de
los vecinos, el Concejo Deliberante de Villa Dolores aprobó un
petitorio dirigido a la Provincia. “No encontramos ningún
documento sobre el impacto de la obra. Por otra parte, siempre
influyeron los regantes de campos, que se llevan la mayor parte del
agua, y siguen usando sistemas que la derrochan”, apuntó Gerardo
Coria, biólogo de la ONG Prevenir, que hace años se ocupa del río.
Coria marcó que
se reclama “un área protegida que sirva para planificar
ordenadamente el desarrollo urbano de las poblaciones que rodean el
río, no sólo con el agua, sino también con aspectos como el uso de
áridos, la extracción de leña o los residuos, que implican
variables sociales para atender”.
“Queremos hacer
un plan de manejo que no implique que no se pueda tocar nada, sino un
ordenamiento, con sectores destinados al turismo, a la educación, a
la recreación, a la producción; no queremos que el río caiga en el
olvido, como viene sucediendo”, enfatizó Coria.
“Llevar
tranquilidad”
Pablo Wierzbicki,
director de Aprovechamiento de los Recursos Hídricos de la
Provincia, reconoció: “Es cierto que debimos socializar la obra un
poco más, pero la toma era necesaria, y si bien impacta en su
construcción, posteriormente no tiene pasivo ambiental; el sistema
captará menos de 10 litros por segundo en un río que, en el peor de
los casos, lleva un caudal de 450 litros por segundo”, remarcó.
Vecinos apuntan
que el caudal promedio es de 300 litros por segundo.
El funcionario
explicó que una captación de este tipo filtra el agua en el lugar y
la envía ya con una mejor calidad para el consumo humano, en este
caso hacia la comuna de Sauce Arriba, que hace años la requiere.
Wierzbicki
destacó que esto no hubiera podido hacerse si se tomaba el agua de
un canal de riego, como proponían algunos vecinos. “El canal lleva
agua cruda a cielo abierto, y la corriente a veces se corta por
varios días”, precisó. Resaltó además que en la Provincia
funcionan numerosas captaciones de este tipo, y aseguró que ya no se
prevén otras obras sobre el mismo río.
La verdad sobre
el caudal estará más cerca cuando funcionen los aforadores
(instrumentos de medición) que, a pedido de los vecinos, el Gobierno
prometió instalar, junto con la reparación de compuertas en la
pileta del balneario de ese sitio.
Evitar que entre
en agonía
El negocio
inmobiliario parece vender aún un prestigio que puede apagarse. Los
desmontes en la región siguen y la aridez continúa.
La población en
Traslasierra crece constantemente. El turismo que llega al valle,
también. Su principal proveedor de agua es el río de los Sauces,
que nace de la unión del Panaholma y del Mina Clavero y baja las
laderas atravesando nueve pueblos y dos embalses -La Viña y Boca del
Río- que regulan la distribución de agua priorizando la que se
destina a las zonas urbanas y a 13 mil hectáreas rurales bajo riego.
Hace años que
pobladores de Villa Dolores y de pueblos como Villa Sarmiento o San
Pedro reclaman un “caudal ecológico” mínimo y una atención
especial del río en su tramo final. Pero autoridades y los mismos
vecinos (que lo contaminan) lejos están de escucharlos.
Las redes de
cloacas se demoran en la cuenca alta. En 2011, se inauguró un
sistema de riego que deja menos agua al río. Los basurales
espontáneos son permanentes. El sector agrícola sigue en su mayor
parte regando por simple inundación, que es derroche del recurso. El
control de la extracción de áridos es endeble. Los proyectos de
parquización y costaneras naufragaron. Mientras, la infraestructura
turística suma inversiones en la cuenca alta, pero nada en la baja.
El negocio
inmobiliario parece vender aún un prestigio que puede apagarse. Los
desmontes en la región siguen y la aridez continúa. La reciente
eliminación del inmenso Balneario Central de Villa Dolores es casi
un tiro de gracia en ese final del río.
En síntesis: la
misma población que ha vivido del generoso río está haciendo mucho
para asegurar su agonía.
Fuentes:
Traslasierra teme por el futuro de su río clave, 29/05/18, La Voz del Interior. Consultado 29/05/18.
Evitar que entre en agonía, 29/05/18, La Voz del Interior. Consultado 29/05/18.
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