La
Iglesia transmitió al Gobierno su preocupación por el intento de
modificar la ley de glaciares "con el fin de promover una mayor
explotación minera en el área cordillerana". Así lo expresó
la Comisión de Pastoral Social, que encabeza el obispo de Lomas de
Zamora, Jorge Lugones, en una carta abierta dirigida al ministro de
Energía, Juan José Aranguren .
Alertados
por la iniciativa, que según los obispos de la comisión contaría
con el aval, incluso, del gremio minero, del Ministerio de Trabajo y
de sectores industriales, Lugones advierte que "llama la
atención que en un tema de tamaña incidencia, desde el punto de
vista ambiental y social, no se mencionen los necesarios estudios y
aprobación previas, por parte de las instituciones encargadas de
velar por el adecuado manejo del ambiente del estado nacional, ni de
organizaciones de la sociedad civil".
La
carta refleja una cuestión "sensible" para la Iglesia, que
se suma a la reciente advertencia del Episcopado por el creciente
número de despidos, en momentos en que el Gobierno habilitó el
debate por la ley del aborto en el Congreso, al dejar en libertad a
sus legisladores a la hora de votar el proyecto. El cuidado del medio
ambiente es una premisa esencial de los obispos, especialmente a
partir de la encíclica Laudato sí, en la que Francisco alerta sobre
los efectos de la contaminación, el cambio climático, el
tratamiento de los residuos, la cultura del descarte y la importancia
vital del agua.
"Es
también lamentable que no habiéndose cumplido los necesarios
inventarios de glaciares y zonas periglaciares que actúan como
reservas hídricas existentes en el territorio del país, ya se esté
pensando en modificarla para hacerla menos estricta y menos
protectora de estas importantes fuentes hídricas, contrariando el
principio precautorio en materia ambiental", señala la carta
remitida por el obispo Lugones.
De
formación jesuita, Lugones explica a Aranguren que "la
protección del agua, el respeto por los deseos y el modo de vida de
las comunidades y el cuidado de la casa común, son temas mencionados
explícitamente en la encíclica Laudato Si por el papa Francisco".
La
Comisión de Pastoral Social recordó que "es sabida la
importancia que tiene esta problemática para las comunidades que
viven y cultivan la tierra en zonas cercanas a los glaciares y cuya
principal, cuando no única, fuente de agua son los ríos que surgen
de los deshielos de dichos glaciares. Y transmitió su inquietud "por
la contaminación, la sobreexplotación y la falta de estrictos
controles que hemos podido constatar, lamentablemente, en nuestro
país a lo largo de las últimas décadas y que han significado, como
consecuencia, reiterados accidentes por derrames de cianuro".
Al
citar palabras de Francisco, la carta enviada a Aranguren recuerda
que se trata de "un problema que afecta a todos y hace que
nuestra casa común sufra tanta miseria y clame por soluciones
efectiva" y sostuvo que "es necesario otorgar al agua la
centralidad que merece en el marco de las políticas públicas:
nuestro derecho al agua es también un deber con el agua".
En
ese sentido, reclamó que se impulse "un adecuado proceso de
diálogo y consulta previa, con la mayor cantidad de actores, para
llegar a consensos superadores, antes de promover iniciativas que
podrían perjudicar no solo al ambiente sino a nuestras comunidades
cordilleranas".
Fuente:
Queja de la Iglesia a Aranguren por impulsar cambios en la ley de glaciares, 12/03/18, La Nación.
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