sábado, 30 de diciembre de 2017

El cambio climático ya impacta en los monumentos históricos

Especialistas afirman que la mayor frecuencia de sequías o lluvias extremas afecta los bienes culturales. Hay síntomas en Córdoba. La Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos trabaja sobre la problemática y capacita a personal en todo el país.

por Claudio Minoldo

Jesús María. Además del paso del tiempo y de la acción humana, el cambio climático es el nuevo factor que viene afectando al patrimonio arquitectónico e histórico. Sobre esa nueva matriz viene trabajando la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos (CNMLBH), capacitando a los responsables del resguardo patrimonial en el país para que sumen esa perspectiva. Córdoba no es la excepción.

Los fenómenos extremos de clima, especialmente las sequías prolongadas o las severas inundaciones, vienen generando impactos sobre el patrimonio y obligan a una intervención interdisciplinaria para su resguardo. Para analizar las patologías de los edificios o lugares ya no basta con la intervención de un arquitecto, sino que se precisa del aporte de biólogos y arqueólogos, entre otros.

Para citar un ejemplo, las crecidas de 2015 arrasaron con gran parte del sistema hidráulico jesuítico de la estancia Santa Catalina y pusieron en riesgo la puesta en valor que sobre ese bien se venía realizando. El exceso de agua también trajo severos dolores de cabeza a la cúpula de la iglesia de la estancia Jesús María no tanto por las filtraciones como por la amenaza concreta a las pinturas, que datan de la época colonial.

En Córdoba, otro ejemplo donde el clima se suma a otros impactos es en la histórica capilla de Tegua, en el sur provincial. Las obras de restauración que hoy están en marcha no tendrían que haber sido tan extremas si la intervención se hubiese dado antes.

Aunque no hay evidencias científicas relevadas, especialistas de la CNMLBH admitieron a este diario que las consecuencias seguramente también son aplicables a clásicos monumentos históricos de la ciudad de Córdoba como la Catedral, el Teatro San Martín o puntos de la Manzana Jesuítica.

Otros casos por investigar son sitios como Cerro Colorado, donde el deterioro del arte rupestre en aleros serranos naturales es evidente y podría acelerarse.

Interdisciplinariedad
Los arquitectos Marcelo Fontanetto y Mariana Quiroga, de la CNMLBH, participaron de un reciente encuentro internacional en Jesús María donde se planteó esta nueva mirada.

Es muy importante el estudio de cómo también el cambio climático afecta al patrimonio cultural y al edificado, sobre todo para analizar interdisciplinariamente cómo encarar las patologías y comprobar cuántas están asociadas a ese factor”, explicó Fontanetto.

Para este Magíster en Conservación y Rehabilitación del Patrimonio, al cambio climático hay que comenzar a leerlo en los monumentos desde el suelo con estudios de arqueología, geoarqueología y microbiología, para después continuar con estudios sobre los materiales utilizados en las construcciones originales.

Durante la etapa colonial abundaba el uso de la cal y de la piedra, dos materiales muy porosos y altamente afectables por las humedades, por ejemplo.

Además, otra consecuencia es que aumentó la salinidad, que viene atacando los revoques. Mientras, las piedras se ven afectadas en el aspecto biológico con vegetación invasiva, más los problemas que les acarrean animales como murciélagos y palomas. Otro caso, entre muchos posibles: el aumento de lluvias fuertes y la mayor frecuencia de granizo impacta en las cubiertas de tejas musleras.

La arquitecta Miranda completó la mirada: “Procuramos que ya no haya intervenciones parciales en resguardo del patrimonio. Pasó en algún momento cuando se reemplazó cal por cemento y eso trajo infinidad de problemas, o cuando se utilizaron pinturas sintéticas que no dejaron respirar los muros. Si no se empiezan a amortiguar y mitigar ahora, no los vamos a poder dominar más adelante”.

La solución sugerida hoy es que se utilicen materiales similares a los originales, para poder trabajar la dilatación y la compresión por calor sin que los materiales añadidos se vuelvan independientes o se separen del resto.

Fuente:
Claudio Minoldo, El cambio climático ya impacta en los monumentos históricos, 28/12/17, La Voz del Interior.

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