Ese incendio
seguía activo anoche, cerca de la ruta entre La Calera y el dique
San Roque. Hubo otros focos, controlados antes de su expansión. Hoy
puede ser otro día complicado.
por Fernando
Colautti
Se venía
anticipando, entre los sectores ligados al control del fuego en
Córdoba, que agosto y septiembre serían meses especialmente
complejos.
A las condiciones
climáticas esperables -y que se están cumpliendo- se sumaba una
masa combustible en forestaciones y pastizales recargada por tres
años con lluvias por encima del promedio histórico y con incendios
por debajo de lo habitual.
Agosto cumplió
ese pronóstico, con unas 3.500 hectáreas quemadas en Córdoba. Y
septiembre empezó aun peor: ayer, con vientos intensos y escasa
humedad, el fuego ardió en un solo día sobre unas 2.500 hectáreas,
en un foco que se inició en la noche del jueves cerca de Santa María
de Punilla y que 24 horas después seguía activo, tras avanzar en
dirección a La Calera y Villa Allende, hacia la región de Sierras
Chicas.
Anoche, al cierre
de esta edición, las llamas amenazaban con llegar hasta la ruta que
une La Calera con el dique San Roque, a la altura del paraje Casa
Bamba, donde 16 personas fueron preventivamente evacuadas.
Durante el día,
con 150 bomberos y los aviones hidrantes de la Provincia y la Nación,
se controló el avance hacia la localidad de Santa María de Punilla,
pero el viento (que en la zona montañosa llegó a los 75 kilómetros
por hora) expandió las llamas en otras direcciones. Hacia el norte,
avanzó en dirección al cerro Pan de Azúcar (Cosquín), aunque a la
noche esa línea parecía ya controlada. Mientras, hacia el este las
complicaciones se mantenían.
Una imagen
satelital a las 14 ya advertía que unas 1.800 hectáreas ya se
habían quemado. Esta vez, la mayor parte fue de pastizales serranos
y la superficie de bosques resultó minoría.
Ayer hubo decenas
de focos menores pero al menos dos más requirieron alguna
movilización mayor. Uno fue en Salsipuedes, con supuesto origen en
quemas del basural municipal. El otro se registró en las Altas
Cumbres, con inicio en un campo vecino al Parque Nacional Quebrada
del Condorito, donde las llamas alcanzaron a entrar, pero afectando
una escasa superficie antes de ser sofocadas. En ese caso, se lo
adjudicaba anoche a un puestero que iniciaría con frecuencia fuegos
para quemar pastos secos.
Para hoy, un
riesgo apenas menor
Hoy el viento
rotaría al sur y haría bajar la temperatura y subir la humedad. De
riesgo extremo se pasaría a alto.
Alto impacto en
la reserva natural La Calera tras los seis días de fuego
De todos los
fuegos de este año, el que durante seis días de la semana pasada
avanzó sobre la reserva natural militar La Calera fue el de peores
consecuencias en lo ambiental. Quemó unas 2.500 hectáreas de
bosques y pastizales en un “área protegida” entre la Capital y
Carlos Paz.
La primera cifra
en base a imágenes satelitales, apenas controlado el fuego, estimaba
la superficie afectada en dos mil hectáreas. Las ahora actualizadas
muestran que fueron algo más de 2.500, de las 13.800 hectáreas que
componen esa “Reserva Natural de la Defensa”. Son tierras que
pertenecen al Ejército pero que desde 2009 son consideradas área
protegida y desde 2012 gestionadas entre la fuerza militar y la
Administración de Parques Nacionales.
Marcos Ferioli,
director de la Región Centro de Parques Nacionales, admitió que el
impacto para la reserva es elevado. “Además de afectar casi el 20
por ciento de su superficie, más de la mitad de lo quemado fue hacia
el oeste, en la zona cercana al dique San Roque y Malagueño, donde
se ubica el bosque nativo maduro”, graficó.
Se trata de uno
de los bosques autóctonos en mejor estado de conservación de toda
la provincia. Además, llevaba varias décadas sin tomar fuego.
“Ahora hay personal relevando los daños en terreno. Además de
cuánto se quemó hay que ver con qué intensidad de fuego, de eso
dependerán los tiempos de recuperación del monte”, señaló
Ferioli.
El área este de
la reserva, hacia La Calera y Capital, tuvo varios focos pero menores
y esa zona tiene más pastizales y arbustales que bosques maduros. La
reserva representa el pulmón verde más relevante del Gran Córdoba.
Combina, justo en un mismo territorio, dos ecorregiones: el espinal
(más arbustivo) y el bosque chaqueño (más arbolado).
El seguro impacto
inicial es que en las 2.500 hectáreas quemadas los suelos perderán
calidad y se facilitará su erosión ante las próximas lluvias,
sobre todo en terrenos con pendientes. Las cenizas además serán
arrastradas en buena parte hacia el río Suquía y el lago San Roque,
agravando su ya degradado cuadro.
A la vez, habrá
secuelas por medir en la fauna del lugar. Por ser espacios no
urbanizados y sin actividad productiva, la reserva ostenta gran
variedad de aves y reptiles, y mamíferos ya con muy escasa presencia
en Córdoba, como pecarí de collar, puma, corzuela parda, gato moro
o yaguarondí, hurón, gato montés y otros.
El impacto del
fuego puede generar ahora el debate sobre mejores medidas de
prevención de siniestros en ese espacio clave para la
sustentabilidad ambiental del área más poblada de la provincia.
Desde 2012,
cuando se creó el comité de gestión entre Ejército y Parques
Nacionales, se reglamentó que esas 13.800 hectáreas serán
preservadas en estado natural, sin posibilidad de uso para cultivos
agrícolas, actividades industriales o desarrollos urbanos.
Un tema por
revisar serán las líneas de Epec: una hipótesis es que el fuego se
inició al hacer caer el viento una línea eléctrica que cruza la
reserva. Otro punto es el vecino basural a cielo abierto de Carlos
Paz, donde las quemas sin control son periódicas.
A Juan y a Luis
se les quemó la peperina
La garita de
Yocsina, a un costado de la ruta de Córdoba a Carlos Paz, es la
posta en los viajes periódicos que Juan Moretta y Luis Barrionuevo
hacen para recolectar la peperina que c rece en las sierras. De su
venta viven.
Este miércoles
fue pobre la cosecha durante seis horas que recorrieron en los campos
de la reserva natural militar La Calera. La zona de monte nativo,
cercana al di que San Roque, fue devastada por el incendio forestal
que la semana anterior convirtió en cenizas mucho bosque. Y ahí
dentro, mucha peperina se hizo humo.
“El día que se
inició el fuego yo venía en el colectivo a hacer este trabajo y
cuando vi que se quemaba todo empecé a llorar”, dice Juan. El
miércoles volvieron y lo que encontraron fue un desastre. “Caminamos
seis horas: tres para lleg ar a la montaña y otras tres para volver
y nos vamos con muy poco”, apunta Luis.“Está todo quemado”,
agrega Juan, quien se lamenta que era de los mejores sitios que
quedaban par a la recolección del yuyo serrano.
“Desde mis 8
años junto peperina. Tengo 40 y toda mi familia se dedica a esto.
Ahora estamos en problemas”, cuenta Juan, qu e vive en Villa Unión,
en Córdoba.
Fuentes:
Fernando Colautti, Unas 2.500 hectáreas se quemaron ayer entre Punilla y las Sierras Chicas, 02/09/17, La Voz del Interior. Consultado 02/09/17.
Alto impacto en la reserva natural La Calera tras los seis días de fuego, 02/09/17, La Voz del Interior. Consultado 02/09/17.
A Juan y a Luis se les quemó la peperina, 02/09/17, La Voz del Interior. Consultado 02/09/17.
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