por
Raquel Montón
El
CSN informaba que Almaraz I (Cáceres) se había parado porque
se interrumpió la electricidad para una de las bombas de agua del
sistema de refrigeración.
Almaraz
I va a cumplir 37 años. Está envejecida, es decir, muy cerca de su
vida de diseño, que es el periodo de tiempo durante el cual se
garantizó que sus componentes cumplirían con las especificaciones
técnicas bajo las que fue construida. A ello se suman el número de
descargas del reactor y el agotamiento del ciclo de carga. El
envejecimiento físico de los sistemas, de las estructuras y de los
componentes va en paralelo al envejecimiento tecnológico y
conceptual, ya que solo es posible una implementación limitada de
las nuevas tecnologías y los conceptos de seguridad. Este
envejecimiento, unido a los factores "blandos” como un
mantenimiento cada vez más cuestionable, hace que el nivel general
de seguridad de los reactores más viejos sea cada vez más
insuficiente para los estándares modernos.
El
aumento de la potencia de un reactor puede comprometer aún más los
márgenes de seguridad, tal es el caso de Almaraz ya que el aumento
de la producción de energía térmica supone un aumento de la
producción de vapor y de agua de enfriamiento, lo que da lugar a
mayores tensiones en las tuberías y sistemas de intercambio de
calor, por lo que se agravan los procesos de envejecimiento. Las
modificaciones necesarias para el aumento de la potencia pueden
introducir además nuevas causas de fallo potencial debido a las
desfavorables interacciones entre equipos nuevos y viejos. Por lo
tanto, la ampliación de la vida útil, como el aumento de la
potencia, disminuyen los márgenes de seguridad diseñados
originalmente y aumentan el riesgo de fallos.
Si a
todo ello le añadimos que Almaraz continua sin válvulas de
seguridad para prevenir una explosión de hidrógeno, sin medidas
eficaces de gestión de accidentes para asegurar la integridad de la
contención de la radiactividad durante un accidente grave en ninguna
de las dos unidades de la central; sin evaluación de los riesgos
naturales; sin sistemas de ventilación con filtro; sin la
implementación de un sumidero final de calor alternativo que ni
siquiera está previsto, exigencias todas ellas derivadas de las
Pruebas de Resistencia que se efectuaron tras el accidente nuclear de
Fukushima en 2011, y además sabemos que tal y como informó el CSN,
algunos de sus componentes se encuentran entre los que Areva informó
había irregularidades, todo ello nos obligan a concluir que la
situación es para preocuparse.
Por
todas estas razones, vemos inexcusable el cierre de la central
nuclear de Almaraz I. Iberdrola, Gas Natural Fenosa y Endesa,
propietarias de la planta, deben dejar de lado su lucro con energías
sucias y peligrosas. Por eso, miles de ciudadanos han firmado ya para
pedir al Gobierno que no conceda más licencias a las centrales
nucleares, para que estas no sobrepasen los 40 años. ¡Firma la
petición y exige que actúen contra las energías sucias!
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de blog por: Raquel Montón
Responsable
de la campaña antinuclear de @greenpeace_esp #NuclearesNo
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Fuente:
Raquel Montón, Problemas en la nuclear de Almaraz, 11/04/17, Greenpeace España.
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