lunes, 10 de abril de 2017

Cómo están hoy los principales embalses de Córdoba

Relevamiento de la situación de los diques más importantes de la provincia. Lagos cordobeses: el riesgo de terminar como el San Roque.

Los principales cuerpos de agua artificiales de la provincia tienen diversos niveles de eutrofización. Piedras Moras, Embalse, La Viña, La Quebrada y Los Molinos, entre algunos de los analizados por el relevamiento.

Embalse, con luces de alerta
Sobre el río Tercero, en Calamuchita, es el mayor de Córdoba, con 5.600 hectáreas. Su estado ambiental, aunque diste de la situación del San Roque, enciende luces de alerta. “Sobre la base de muestreos de equipos del Conicet y de la Universidad Nacional de Río Cuarto, las variables medidas en los últimos años encuentran valores dentro de lo aceptable”.

Sin embargo, “se vienen advirtiendo un aumento en la concentración de clorofila y una disminución en la transparencia del agua, lo que refleja un aumento en el estado trófico”, apuntó el biólogo Matías Bonansea, de ese grupo de investigación.

Estas condiciones coinciden con una alta abundancia de Ceratium sp, un dinoflagelado, y si bien su presencia no presentaría riesgos para el consumo humano de agua, las plantas potabilizadoras han sufrido frecuentes obstrucciones de filtros, más coloración y olor en el agua para consumo”, añadió.

El investigador recordó que “desde hace algunos años se registran olores desagradables relacionados con procesos de anoxia”.

Los factores de impacto están vinculados con la escasa existencia de cloacas en localidades ribereñas y el uso del suelo en la cuenca: deforestación, nuevas urbanizaciones y mayor superficie cultivada con uso de agroquímicos. Sobre la incidencia de la Central Nuclear, el estudio de impacto ambiental realizado para el proyecto de extensión de su vida útil destaca que no afecta la calidad del agua, aunque grupos ambientalistas dudan.

Piedras Moras, el que está en mejor estado
Es el último de los que embalsa el río Tercero. Un informe del Instituto Nacional del Agua, de 2014, lo situaba entre los de agua más transparente y en mejor estado de la provincia. Destacaba que los disturbios se mitigan por la rápida renovación del agua: el tiempo que tarda en “cambiarla” es de apenas 30 a 50 días, frente a los seis a 12 meses que demanda el San Roque, por ejemplo.

Lo favorece además que otros cinco diques contienen sedimentos aguas arriba. De todos modos, la presencia de algas ya es una realidad, por momentos bien visible. Como ventaja, tiene una sola ciudad costera: Almafuerte. La desventaja es que esa ciudad no cuenta con redes cloacales, lo que impacta en la salud del embalse. Están prohibidas las embarcaciones a motor y eso ayuda.

La Quebrada, mejor que en otras épocas
Es uno de los más pequeños pero clave para una zona muy habitada: Sierras Chicas. Presenta hoy una situación menos comprometida respecto a las épocas de sequías y de mayor proliferación de algas. La calidad del agua cruda que se extrae para distribuir en Río Ceballos, en Unquillo y en Salsipuedes no presenta mayores inconvenientes. Pero el crecimiento poblacional en loteos ya cercanos aparece como una amenaza. También persisten la falta de regulación y el control del ganado que emerge como otro factor contaminante.

Otros. El dique de Cruz del Eje y otros menores y más aislados como Cerro Pelado, Pichanas, El Cajón, Los Alazanes y Pichanas se ven menos comprometidos por menos impacto poblacional e industrial en sus alrededores, aunque en todos se perciben signos de deterioro.

La Viña, cada fin de verano con algas
El embalse de Traslasierra deja ver, cada fin de verano, la proliferación de algas a causa del material orgánico que recibe de los pueblos de su cuenca. Incluso en ocasiones con mortandad de peces y mal olor. Este año, ese fenómeno aún no se ha hecho sentir con intensidad.

Villa Cura Brochero, Mina Clavero, Nono y otros pueblos carecen de sistemas cloacales y el dique recibe las napas contaminadas”, apunta Jorge Gasser, técnico del consorcio de riego regional. Toda esa área ha sumado más población y es la que más ha crecido en emprendimientos turísticos. En su cuenca inferior, el embalse aporta a unas 14 mil hectáreas de riego y se potabiliza su agua para unos 70 mil habitantes.

Los Molinos, el segundo más complicado
Ubicado entre los departamentos Calamuchita y Santa María, es el segundo más grande.

En los últimas dos décadas crecieron notoriamente las urbanizaciones en sus costas, pero sin sistemas eficientes de tratamiento cloacal. Luego del San Roque, es el más complicado por la densidad de algas. “Muestra un deficiente tratamiento de las descargas cloacales urbanas que acompañan el crecimiento urbano que ha habido en su cuenca”, apuntó la bióloga María Alejandra Bustamante, coordinadora del Programa de Investigación sobre Ecosistemas Acuáticos del Instituto Nacional del Agua. La materia fecal humana, pero en este caso también animal (por la presencia de ganadería en la zona costera), aportan los nutrientes que multiplican las algas. Hace más de una década se mejoró un aspecto: se prohibió el cultivo de papa en su cuenca, con lo que se redujo el impacto de los agroquímicos usados y la presencia de otro tipo de complejas algas rojas.

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