Casi de manera
simultánea, coincidieron diferentes crisis en las 2 fuentes de agua
de Córdoba: la cuenca del San Roque y la cuenca Los Molinos. En el
último caso, la peligrosidad latente fue mayor y puso en vilo al
menos al 30 % de la población de la ciudad. El biológo Raúl
Montenegro explica por qué sucedió lo que sucedió.
por Gimena
Fernández
El martes a la
noche, los mensajes por whatsapp y por redes sociales se empezaron a
multiplicar. Sin un remitente claro, se hablaba de un derrumbe en la
planta Taym que había contaminado el agua. Probablemente, miles de
cordobeses no habían escuchado hablar de esa planta y la psicosis
generada comenzó a circular por la zona sur de la ciudad,
fortalecida por la falta de respuesta oficial rápida y oportuna.
Hoy para el
gobierno la crisis ya pasó y se restableció el servicio. Pero para
la mayoría de los ciudadanos el panorama no está claro. La
Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM) presentó una
denuncia penal por el derramamiento y amplio la ya existente contra
CORMECOR por la instalación en el predio. Su fundador, Raúl
Montenegro, prestigioso biológo y ambientalista, explica cómo se
llegó a esta situación.
- ¿Qué fue lo
que sucedió con el derrumbe del terraplén de contención de la
planta Taym y cómo se conecta con el basural de Villa Santa Ana?
- Primero es
necesario explicar cómo es el funcionamiento de la planta Taym.
Nosotros hablamos de impericia tanto del Estado como de la empresa.
El sitio donde se encuentra Taym es un terreno con escorrentías.
Allí es donde CORMECOR también quiere instalar la planta. Por la
ubicación, por el agua y la velocidad, Taym debería haber tenido un
sistema antisísmico (desconozco si lo tiene) y uno resistente a
volúmenes de agua, volúmenes de agua incluso mucho mayores que
éste. Esta no fue una lluvia de las más intensa.
Pero muchos
cordobeses, hasta el martes, no habían escuchado nunca hablar de
Taym, una empresa del Grupo Roggio (como también lo es Aguas
Cordobesas) cuya actividad principal es funcionar como depósito de
residuos industriales. “Taym funciona como un “aguantadero” con
perdón de otra palabra más adecuada porque no es una planta de
tratamiento sino un depósito, es decir, se mantienen ahí los
residuos mientras se paga un canon. Sólo 5 provincias en todo el
país permiten el ingreso de residuos industriales; si querés llevar
residuos industriales a Buenos Aires, por ejemplo no podés. Córdoba
lo permite, y por su ubicación en el centro del país, aquí se
concentra gran parte de la basura industrial del resto. Por ejemplo,
podemos encontrar residuos petrolíferos del sur. Tiene una capacidad
de 7500 toneladas al año de diferentes tipos de residuos. De las 40
variedades listadas por ley, Taym tiene autorización de depositar 30
que son tan variadas como productos farmacéuticos, deshechos de
producción y utilización de plaguicidas, mezclas y emulsiones de
aceites e hidrocarburos, tintas colorantes pinturas y barnices. Se
producen mezclas complejas de composición muy variadas totalmente
impredecible. Además estamos hablando de una empresa con un propio
historial de irregularidades, multas y presentaciones judiciales. No
estamos hablando de una empresa modelo que además, está ubicada en
una zona que por las características propias de escorrentías
fuertes y violentas debía tener un sistema de protección de
residuos en fosa”.
- El segundo
punto importante que nos convoca a la charla entonces, es qué pasó.
- Nosotros
decimos que hubo impericia del Estado y de la empresa. Del estado
porque tiene que asegurarse que se establezcan las condiciones de
seguridad para proteger a la gente y de la empresa porque se llenó
una fosa que evidentemente no estaba protegida. Con sólo ver las
imágenes bajo ningún punto de vista se puede considerar que estaba
salvaguardado. Al no tener un sistema de protección, los residuos
viajaron fuera del predio por la Ruta Nacional 36 e ingresaron al
canal Los Molinos Córdoba.
La Secretaría de
Ambiente es la autoridad de aplicación, debe asegurarse de que se
establezcan las condiciones de seguridad para proteger a la gente y
no a los intereses económicos. “Ayer estuve en Taym y caminé
sobre los barrios contaminados del predio. Lo que pude medir de
radiación dio negativo, pero pisé los suelos, recorrí y llegué a
la puerta. Después de lo que había pasado, estaba todo abierto, no
había ningún sistema de perimetración, no había policías, es
decir, no había un protocolo en marcha.” Según el análisis de
Montenegro, no se había previsto un plan de contingencia.
- Muchos
ciudadanos hoy tienen dudas acerca del uso del agua ¿qué
recomendación podría hacer?
- La UTN Y el
ERSEP tomaron muestras, midieron pero midieron las sustancias que son
estándares, pero eso no nos dice mucho. Para medir la contaminación
del agua tenés que buscar algo en particular, no es que ponés una
muestra en una maquinita y te dice qué hay, tenés que buscar algo
específico. Mi preocupación no es que haya cromo o plomo, porque
eso se detecta fácilmente. Mi preocupación son las mezclas
complejas que se generan por lo que te decía anteriormente. Javier
Britch, el Secretario de Ambiente, minimizó el hecho diciendo que
había hidrocarburos, diciendo que era para llevar tranquilidad pero
en un acto de desconocimiento o en un desliz reconoció la gravedad
al admitir que había estos residuos ¿Qué hidrocarburos? ¿Cuáles?
¿Cuál es su peligrosidad? Hoy tomar el agua es un acto de fe.
Pero esta no es
la primera información que se tiene del “problema de la basura”
en Córdoba. Bajo la consigna “mi pueblo no es un basural” los
vecinos de Santa Ana y Santa María vienen llevando acciones para
evita la instalación de plantas de residuos.
“Hay una
decisión política de generar una zona de sacrificio en la zona sur
de la provincia. Y te puedo listar los motivos. En el mismo espacio
estaba el vertedero de Bower con 12 millones de toneladas de basura,
estaba el incinerador de residuos peligrosos que no se ha
neutralizado, la fosa de residuos de Renault, Piedra Blanca donde se
entierran 4 millones de toneladas de basura y está el proyecto de
CORMECOR para 30 millones de toneladas de basura. Hubo una decisión
política de que fuera así”.
Según el
análisis de Montenegro, no se había previsto un plan de
contingencia y no hubo la vigilancia adecuada. “Pero además, y
esto es importante decirlo, no se analizó el costo psicológico ni
económico para la gente. Hubo una psicosis totalmente fundada y
muchos salieron a provisionarse de bidones. La gente que lo pudo
pagar, pudo también manejar la carga psicológica pero hubo muchos
otros que no tuvieron para salir a comprar, personas con hijos que no
sabían qué le estaban dando de tomar debido también a la pésima
información del Estado. Es decir, no hubo una crisis ambiental,
psicológica y económica.
- Además
veníamos de un problema con el San Roque, de golpe, los cordobeses
no podíamos tomar agua.
- Sí, usted lo
ha dicho muy bien. Coincidieron crisis en las dos fuentes de agua ya
que la ciudad se provisiona de dos cuencas hídricas totalmente
desmanejadas. Córdoba es una de las provincias con peor
administración de ambiente.
Fuente:
Gimena Fernández, Raúl Montenegro: “Tomar agua en Córdoba es un acto de fe”, 02/04/17, Matices.
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